Capítulo 25

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—¡¿Qué diablos le sucede a Simón?!— Mara agitaba sus manos en el aire.

No lo sé, lo único que se es que esa asquerosa llegó a la casa de Simón y se descontroló todo— alce mis piernas hacia mi pecho y recoste el mentón en mis rodillas.

—Lena, cariño aquí el problema no es Tamara, el problema es como reacciona Simón. ¡Se comportó como un completo imbécil!

Siempre lo hace— susurre. —El punto es que no quiero volver hoy a casa de Simón ¿Me puedo quedar aquí?

Me ofendes que no conozcas la respuesta a esa pregunta— Mara alzó  una ceja.
Eso es un sí, gracias— le di una sonrisa torcida.

Bueno, cambiemos de tema ¿Qué tal con Thomas?— la pregunta me tomó por sorpresa, no había pensado en él.
Mara se encontraba informada de todo, hablábamos mucho por chat porque nos quedaba poco tiempo para reunirnos y encontrarme con ella hoy era agradable, me devolvía a la vida que si era "normal"

—No lo sé, quedamos en salir pero no decidimos un día exactamente.— En ese momento sonó mi celular, prendí la pantalla para ver que era.

Mensaje de Thomas.

—¿De casualidad invocas muertos?— le pregunté a Mara.

—¿Por qué?— Le mostré la pantalla de mi celular. —A ver— en ese momento me arrancó el celular de las manos.
¡Es nota de voz!— Mara chilló de alegría.
Y en un parpadear la voz de Thomas salía del teléfono.
"Emm, Hola Lena, Lena Simón te manda a decir que mañana necesita que estés en el estudio a las nueve, yo estaré allá, así que pensaba que después de grabar podríamos ir a almorzar los dos ¿Que te parece?"

—Primero que todo, que orgullo el de Simón para no decírtelo personalmente, segundo, obvio que irás a almorzar con el.— Afirmó Mara.

—Dile que si nos veremos allá y que gracias por avisar.

—Listo ¿Ahora que?

¿Hacemos karaoke?

—Cuenta conmigo.

………………………………………………………

Me sentía agotada, no fue buena idea dormir menos de ocho horas, pero aún así me divertí mucho con Mara, la verdad necesitaba un poco de distracción y momentos con amigas.
Salí de la casa de Mara a las ocho, le dejé el desayuno hecho, ya que era mi única manera de pagarle por dejarme quedar en su casa y aguantarme.

Llegué al estudio media hora antes, pero bueno, mejor ser "puntual"
Todos los chicos me dieron un cálido abrazo, todos, excepto Simón, sólo pasó mi existencia por alto y me fue dando órdenes a montón.

Mientras llevaba y traía, salía y volvía, seguía esperando a Thomas, pero aún no llegaba.
Tal vez se retrasó por el tráfico.
Y en el momento en el que iba saliendo de nuevo, llega él.

Hey Lena— me plantó y suave y tierno en la mejilla. —¿A donde vas?

Iba a comprar un par de cafés ¿Quieres uno?

—¿Te acompaño?

—¿No te dicen nada?

—No, creo— hizo una cara de preocupación.

Me reí —No te preocupes, puedo ir sola.
—Claro que puedes ir sola— una voz salió detrás de mi, di media vuelta para ver a un Simón serio y con los brazos cruzados. —Te pago para que trabajes, no para que estés charlando con tu novio.— dijo.
Lo siento— fue lo único que pude decir.

Salí de ahí lo antes posible, no quería soportar sus malos tratos, comparando trabajos, prefería que me tratará mal Pedro.

En que maldito momento me metí en esto.

Después de 20 minutos (claro, camine a paso de tortuga) llegué al estudio de nuevo con dos cafés con leche.

—¿Que tal, Lena?— Me saludó Martín.

—Te tardaste veinte minutos en traer un café— el tono de Simón era irritado.
—Si ¿Y?— replique.

—No me hables así.

—Entonces no me trates así.

Salí de la habitación donde se encontraban grabando y me senté con enfado en el sillón que había en afuera del estudio.

Quería romper algo.

Lena ¿Quieres hablar?— dijo Thomas.
No es nada, solamente no entiendo porque se comporta así.— puse mis manos en mi cara.

Trata de no prestarle atención a su comportamiento ¿Si? Te prometo que después de grabar, la pasaremos genial, tengo un par de cosas planeadas— la mirada en Thomas era tierna, dulce.
Hacia que mi estómago diera un vuelco, era bonita la sensación.
Solamente asenti y en un segundo sus labios ya estaban en los míos, cálidos, sí, me gustaba mucho la sensación.
—¡Que bonitos!— aplausos llenaron el lugar —Que bonitos se ven sin estar trabajando, Thomas no deberías hacer eso, estas trabajando, mantente alejado de Lena.
—Pero...— Simón me interrumpió.

La misma cosa para ti— me señaló y se fue retirando, hasta que mi grito lo trajo de vuelta.

¡¿Qué mierdas te pasa?!

—No me pasa nada, sólo ustedes dos deben estar trabajando.

—¿Que no te pasa nada? ¡Te estas comportando como un completo idiota!— agite mis brazos en el aire —¡Que diablos quieres, primero pides que salga y después cuando consigo algo lo tratas de espantar!

—¡Baja la voz, Lena!

—No le grites— protestó Thomas —En este caso estoy de acuerdo con Lena, estas teniendo una actitud de porquería con ella.

—En tu contrato está no meterse en nuestros asuntos, maldito sapo— colocó su dedo índice en el pecho de Thomas — Y tu, vuelve al trabajo— me entregó unos papeles, supongo que para rellenar.
Los tire a sus pies, harta me tenía este tipo, la reacción de el fue seria y daba un poco de miedo —No volveré a una mierda.

—¡Lena!

—¡Dejame en paz, dejame disfrutar con Thomas, no te metas en mis mierdas!— lágrimas querían salir.

Entonces ¿También puedo traer a Tamara a mi trabajo y le puedo dar besitos cuando se me de la gana?— su tono era retador.

Simón, detente— Martín apareció detrás —Le haces daño— bueno, al parecer todo el mundo sabía sobre mi amor no correspondido.

Puedes hacer lo que se te de la gana, total, a ti no te importa lo que yo siento.

—Ok, ya que tu lo dices, la llamaré y veras como me divierto con ella.

—Lo veras tu sólo, porque yo me voy.
Salí del lugar y Simón me siguió.

—¿A donde diablos vas a ir? Yo tengo las llaves.

—No iré a tu mugrosa casa, y no te importa a donde me dirija— le grite.
Mi corazón se sentía arrugado, no quería nada en este momento, son en estas situaciones en las que extraño a mi hermana.

Yo contigo, tú conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora