Capítulo 37

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Lena:

Esta situación era estresante, el padre de Simón atacandolo, sin dejarlo tranquilo por una maldita vez ¿Todo era tan complicado para el bajista?

Al parecer sí.

Martín se fue hace unos minutos de mi habitación a informarse que estaba sucediendo, mientras que yo me quedé sola, mordiendome los dedos, pensar en que el idiota ese puso sus sucias manos sobre Simón, me da frustración porque no pude hacer nada para dejarlo en el lugar que merece.
Mi impaciencia me consumía, necesitaba noticias, queria saber si todo el escándalo ya había pasado, asi que trate de levantarme de la estupida cama que me ha tenido días amarrada, por ahora no tenía el dolor, pero se que en un par de horas volvería.
-Te dejamos un par de minutos sola, y ya estas tratando de levantarte- Con una ceja alzada Simón miraba en mi dirección.
Sonreí como tonta
-Ya deberias saber como soy- me acomode de nuevo la estupida cama, el rostro de Simón seguia severo, sin ningun rastro de humor y se que algo se encontraba mal, pero notaba que no era capaz de hablar.
-Sueltalo ¿Que pasa?- el rostro de Simón palideció -Simón ¿que hizo tu papá?- mi tono era frío.
-No es tanto papá, ya la policía se encargará de él, sino...- se cruzó de brazos, y su boca se cerro inesperadamente
-sino...
-Ah y tendrás que dar tu declaración, ya sabes para que el idiota pague
-¡Simón!- exclame desesperada, si el problema no era su padre, quien diablos mas iba a ser.
-Sino que se trata de tu madre Lena- soltó de una vez
-¿Que sucede con ella?
-Se unió con mi papá para hacerte daño, no sé si le pagó al bastardo
El aire salió de mis pulmones, mis manos temblaban y solo movía mi cabeza en negación.
-No- lagrimas querían salir -No, eso no puede ser
-Lena...- Simón ya se encontraba a mi lado con sus manos apoyadas en mis hombros -Mirame- y sus ojos se volvieron un tono mas oscuro -Papá me lo dijo, los vi hablando por eso me acerqué a él y se descontroló todo, yo lo sospeché, pero queria escucharlo de su propia boca- sus brazos se envolvieron alrededor de mi cuerpo, mis mejillas se encontraban mojadas y mi mente iba a mil por hora, nunca me imagine que mi propia madre tenia tanto odio hacia mi, por algo que fue un maldito accidente, que me persigue más a mi que a ella, no quería decirlo, pero la odiaba
La odiaba
-Todo sería diferente sin ese maldito accidente, yo también la extraño y mucho, compartimos el mismo dolor y ella no lo entiende- sollozé -La odio Simón, la odio
-Pequeña no- tomo mi rostro con sus manos -No la odias, solo te estas dejando llevar por la rabia y el dolor, y es entendible, tu no tienes el mismo corazón que tu madre- su pulgar secó una lagrima que caía- Y lo sabes pequeña.
-Esto no se puede quedar así, no más, ya no mas compasión, ya no mas dolor, símplemente es hora de que mi mamá deje de atormentarme.
-Me encantas- las palabras de Simón me hicieron sonrojar, tonto, lo sé, pero era inevitable teniendo a este hombre que me encantaba y a la vez me volvía loca.
-Creo que es momento de tener un poco de paz- los labios de Simón rozaban los míos, dulces, tersos y cálidos, amaba esta sensación.
-Es momento- en sus labios se formaronm una sonrisa y despues volvieron a mis labios, calidez inundaba mi cuerpo, sus labios comenzaron a recorrer mis mejillas, y fue hasta mi cuello, dejando rastro de sus labios en mi, comenzó a hacer pequeños circulos en mi codo, esa acción hizo que por mi cuerpo corriera una onda de escalofríos, su mano se fue alejando hasta rozar uno de mis pechos, al notar el tacto,su sonrisa fue maliciosa
-Simón- Su mano comenzo el recorrido por debajo de mi bata y me di cuenta que no llevaba sostén.
Mierda
Y en ese momento comenzó a masajear mi pezón, santo bebé Jesús.
Solté un gemido ante su agarre.
-Eres tan sensible, me encantas.
-¿Crees que es buena idea hacerlo aqui?
-¿por qué no?- sus dedos todavía seguían masajeando
-Teniendo en cuenta de que tengo un brazo roto- me solté a reír
-No te voy a obligar, sino te sientes cómoda, sera en otro momento ¿de acuerdo?- sus labios plantaron un tierno beso en mi frente y mi corazón se llenó de alegría y ternura, pero a la vez me dio necesidad de él, tome su hoodie y lo acerqué a mi, comencé a besarlo, era profundo y cálido, sentía el calor recorriendo mi cuerpo, lo deseaba, lo quería y lo amaba, despegue mis labios de los suyos y los llevé hasta su cuello, dejando suaves besos sobre su piel, Simón bajaba con suavidad la bata que llevaba y me dejo expuesta
-Te adoro tanto- me susurró al oído
-Creo que aquí estoy comoda- una sonrisa tonta apareció en mi rostro
-Seré cuidadoso, lo prometo- su mirada era suave y tierna y se alejó un poco, contemplandome, quedando anonado ante lo que estaba viendo -Eres hermosa- lo miré con dulzura, el comenzó a sacarse la camisa y lo ayudé, no podia hacer tanto con un brazo, sus pantalones fueron los siguientes y quedamos piel con piel, Simón se posicionó entre mis piernas -Si te rompo una costilla me dices, por favor- solté una pequeña carcajada, porque se veía tenso, me veía como una muñequita de porcelana -Lena, en serio
-Simón, te diré si me rompes una costilla o algo por el estilo- besé sus suaves labios, Simón buscó entre sus pantalones y sacó un condón, vaya, el chico andaba preparado.
En unos segundos su masculinidad se introdujo en mi interior y solté un breve gemido, sus embestidas eran mas intensas al pasar el tiempo, nos moviamos entre las sábanas, besandonos, tomándonos y expresando todo el amor que nos teníamos.
-Te amo Lena- ya habíamos terminado, su respiración se enconttaba agitada.
-Gracias- susurré, mientras el cansancio me llevaba -Te amo Simón- y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2020 ⏰

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