—¿Volverás a salir?— Simón salió de la cocina con un tarro de helado, majestuoso helado.
—Depende ¿Irás de violinista?—
Gruñó.
—No acapares todo el sofá—me dijo, así que me moví a una esquina del sofá y Simón se sentó en la otra, quedamos frente a frente.
Estire mis brazos exigiendo el helado, el solamente con resignación me lo entregó, lo siento querido, después de lo que hiciste anoche este helado era una completa disculpa.
—Respecto a tu pregunta, hablé con Andrea y me dijo que me consiguió otra cita para esta noche, aunque no estoy muy segura de esta idea.
—Hmmm— su mirada conectó con la mía, sus ojos cafés llenos de alguna curiosidad y calidez. El hombre era realmente contradictorio, con esa calidez que me generaba no sabía si patearlo o abalanzarme sobre él, esto era ridículo, el hombre me hacía temblar.
—¿Simón?
—¿Sí?
—Me estas mirando fijamente.
Parpadeó —¿Tu madre realmente te odia?
Mi boca se volvió una perfecta O.
—¿De donde diablos salió eso?
—Quiero saber más de ti ¿Eso es tan malo?
Supongo que mi mirada, dijo que sí, pero al parecer a mi boca no le importaba mucho.
—Sí, me señala como la culpable de todo lo que le sucedió a mi hermana— su rostro se encontraba relajado y con un toque de compasión —El día del entierro me humilló delante de todos, entendia su dolor, pero no era justo el trato hacia mi.
Pude sentir como las lágrimas pinchaban mis ojos, pero las aleje rápidamente.
Le pase el tarro de helado a Simón, no podría comerme esto yo sola.
—Así que tú ¿Cómo eras cuando tomabas y fumaban excesivamente?— su rostro antes de estar relajado paso a estar fruncido, Jesús su rostro parecía un barómetro. —Respondí a tu pregunta, ahora responde a la mía.
—Era un asco, un completo desastre, enojado, realmente es alguien a quien no desearías conocer— suspiró— pero ahora estoy un poco mejor, más calmado, claro con un poco de ayuda— la esquina de su labio se estiró.
La verdad, sabía muy poco sobre el pasado de Simón, pero que se haya abierto su corazón un poco para mi lo valoro mucho.
—Gracias, por abrirte conmigo sobre el trago y los cigarros, fue bueno conocer un poquito de ti— mis labios se curvaron por su propia voluntad.
—Gracias a ti.
* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
Ya me encontraba lista para la cita de esta noche, la conversación corta que tuve con Simón en la tarde fue bastante agradable.
Llevaba un vestido sencillo negro un poco más arriba de la rodilla y mis preciados botines negros.
—Te ves bien— mencionó Simón, su elogio fue inesperado.
—Gracias— fue lo único que pude responder.
—...y ¿como es que se llama el tipejo?— desagrado se notaba en su voz.
—David, y prometiste comportarte— le señalé.
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Yo contigo, tú conmigo
FanfictionSimón Vargas, con problemas para organizarse y una pequeña ansiedad por fumar, necesitaba urgente una asistente que lo vigilará y lo ayudará con sus labores, bueno la idea de la asistente no fue de él, si no de sus compañeros de Banda, que se encont...