Después simplemente explotó.
Ocurrió de forma rápida e inesperada: el brillante orbe oscuro comenzó a crepitar y corroer la carne en donde estaba engarzado. Su luz se intensificó por una única fracción de segundo. Y a continuación estalló.
El dios que lo portaba ni siquiera tuvo tiempo para entender que estaba a punto de pasarle.
La gigantesca y devastadora explosión lo consumió todo. Dejando tras de sí tan sólo un enorme yermo humeante, donde segundos atrás había estado más de la mitad del Parc des Princes y parte de una bonita gran arboleda exterior.
Vanidad por encima de todos, observo la escena estupefacta. Incrédula. Con la mandíbula completamente desencajada.
-¿Gue- ¿Guerra? –se vio obligada a preguntar al final. Ojos vidriosos y el corazón ya no sólo roto, sino simplemente desolado.
Los Blight que no fueron diezmados por la inesperada explosión, se dispersaron de forma caótica. Como un enjambre que se disgrega tras perder a su reina.
Muerte aún en brazos de Vida dejó de forcejear, para sumirse en un estado ausente. Como si todo a su alrededor le fuese, de pronto, completamente indiferente.
Por su parte el estupor de Vida no distaba mucho del la mujer. Observando el vacío dejado por el dios con mudo sobrecogimiento. Sorpresa infinita. Más aún cuando Vanidad pese a su estado físico lamentable, entre enloquecida y desesperada, se las arregló para caminar torpemente un par de pasos para inquirirles:
-¡¿DÓNDE ESTÁ GUERRA?! ¡¿QUÉ LE HABÉIS HECHO?!
Y pese a la situación, Vida se mostró genuinamente devastado al obligarse a decir:
-Vanidad... Guerra no... Se ha- Se ha ido ¿Lo entiendes? El poder con el que habéis estado jugando era demasiado grande. Lo ha consumido por completo. Era cuestión de tiempo que ese orbe colapsara. Muerte y yo ya habíamos visto esferas de poder parecidas antes y habían tardado tan sólo unos pocos segundos en explotar. Esta-
-¡ESTABA BIEN! –lo interrumpió la diosa frenética, incapaz de creerse ni una palabra. -¡Yo la he portado durante más de treinta años y no me ha pasado nada! ¡VOSOSTROS! ¡Vosotros le hicisteis algo!
Tras esta declaración, Vanidad se centró específicamente en Muerte, quien ahora sentado sobre el pasto no sólo la ignoró, sino que para mayor desesperación de esta, comenzó a hacer algo parecido a ponerse a acariciar las briznas del césped con sus dedos fracturados manteniendo una expresión ausente y desapasionada.
-¡TÚ! ¡TÚ LE HAS HECHO ESTO! – clamó entonces completamente fuera de sí. Estallando en llamas iridiscentes. Haciendo de pronto uso de toda la fuerza que le quedaba para tomar su forma de batalla. Llena de más amargura y odio del que nunca pensó que podría experimentar.
Estaba herida. Y su poder se reveló mucho menos impresionante que antes. Pero seguía siendo una diosa. Una diosa enloquecida por el dolor y la rabia.
-¡Esa esfera estaba perfectamente bien hasta que TÚ le pusiste tus sucias manos encima! –agregó Vanidad dirigiéndose directamente a Muerte. -¡Destruyes todo lo que tocas! ¡ERES UN MONSTRUO! ¡UNA COMPLETA ABOMINACIÓN!
El aludido siguió sin prestarla atención, pasando a recostarse sobre el césped, como si aquella fuese en realidad una agradable tarde de picnic. La mujer incapaz de controlarse por más tiempo, aulló frenética desde lo más profundo de si misma:
-¡TE ODIO! ¡TE ODIO CON TODO MI SER! ¡ES TÚ CULPA! ¡SIEMPRE ES TU CULPA!
La alarma se transformó en miedo, y el miedo en terror.
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Apeiron [ AMOLAD ]
RomanceTras su última discusión Vida y Muerte realmente llegaron a pensar que tal vez nunca podrían volver a hablarse de nuevo. Pero las cosas nunca son tan simples y Vanidad tiene otros planes. Este fic continua la historia original desde el "presente"...