— El desayuno es muy importante para nuestro Jefe, por lo tanto tu primer deber de la mañana es servirlo.
Asiento, — Hay una cafetería Starbucks en la esquina de la otra calle. Ahí es donde irás a comprar un Café con vainilla y dos Cruasanes. — me dedica una sutil sonrisa a la vez que camina en dirección al escritorio solitario.
Señala la mesa, — Aquí es tu puesto de trabajo, cuando el Sr López te necesite te llamará por el teléfono.
Asiento nuevamente, — Cuando llegues habrá una carpeta de contabilidad en tu escritorio, tienes que llevarla junto con el desayuno y dejarla en su escrito.
Me entrega una carpeta junto con varios papeles, — Ya desayuno, pero llévale estos documentos. — camino varios pasos y llego a su escritorio.
Respondí a su orden asintiendo con mi cabeza y una sonrisa de labios. Ella repitió mi gesto, mostrando sus dientes blancos y relucientes.
Me acerco lentamente hasta las dos puertas negras y al llegar tocó suavemente con los nudillos.
No recibí respuesta del jefe y sin pensarlo mi mano izquierda repitió otra vez la misma acción.
— Adelante — al escuchar su voz mi cuerpo pego un pequeño brinco del susto.
No esperaba ese grito.Aclaro mis pensamientos y con un leve suspiro prosigo mi trabajo.
Abro la puerta con mi mano desocupada y camino varios pasos hasta estar frente al importante hombre de este edificio.
Noto que su mirada sigue en su laptop, y con total nerviosismo aclaro mi garganta.
Logró captar su atención, aunque su semblante no es el mejor. Su rostro es serio mientras que sus ojos no se despegan de los míos.
¿Me estas leyendo la mente?
— Traje unos documentos. — sonrió de forma automática y dejo los papeles en su escritorio.
Ignora mis palabras, — En 5 minutos iremos al edificio Harrison para una junta empresarial. Necesito los documentos listos para entonces.
Trato de ignorar sus nublados ojos, parecen una tormenta típica de invierno. Donde el cielo es invadido por ese color tan común. Gris.
Pongo la atención de mi vista en mis uñas, — Algo más?.
Vuelve a la postura de antes, con sus manos y ojos concentrados en la pequeña pantalla.
— No, Gracias Sara.
El tono de su voz me impulsa a salir de esas cuatro paredes, al parecer el Sr López no está de un buen humor hoy.
Prosigo con mi trabajo, me siento en mi asiento designado y comienzo a ordenar los documentos que el jefe me requirió.
En unos minutos ya había terminado, ahora mismo me encuentro con Aída, manteniendo una interesante charla sobre sus años en esta empresa.
Trabajo aquí varios años, desde que el actual jefe era un pequeño niño. Ella era secretaria del Sr Raymond López, ex jefe y padre del actual.
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Mi jefe, yo y su ex |#Wattys2020
Romansa¿El amor existe? ¿Alguna vez se enamoraron de alguien perdidamente?, Porque yo tuve la suerte de hacerlo y todavía de mi Jefe. 📛📛📛📛 Está totalmente prohibido el plagio de esta novela, así que por favor respeten el trabajo de los demás. Obra ori...