Esto no será fácil.

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Narra Temo:

Al entrar al hogar de los Córcega muchos olores inundaron mis fosas nasales, tanto olores fuertes como olores suaves.

Todos estaban en el comedor de la cocina la cual tenía un mantel blanco y sobre este una vajilla decorada con dibujos de flores, algo muy oaxaqueño.

Voltee en busca de Aristóteles pero este no se encontraba por ningún lado.

La señora blanca nos indicó los lugares vacíos en la mesa para que pudiéramos tomar asiento después paso lugar por lugar sirviendo un mole que se veía para chuparse los dedos, más de una vez había escuchado que el mole de Oaxaca era el mejor.

-¡Ya llegue! Perdón por la tardanza tía- gritó Ari entrando al departamento, traía la respiración agitada y de su frente escurria el sudor el cual empapaba algunos rizos traviesos que caían por su frente
¿Había estado corriendo?

Se quedó en el umbral de la puerta recorriendo con la vista el comedor hasta que se topó con mis ojos los cuales lo miraban atento a sus acciones.

Al mirarme reanudó su marcha ala silla vacía al lado mío, tomo asiento mientras volteaba a verme sonriendo de oreja a oreja logrando que sus ojos se enchinaran.

Le devolví la sonrisa con ternura al mirarlo así, ¿Qué lo tenía tan feliz?

-Bueno- comenzó a hablar la señora Blanca.- Está comida especial es para darle la bienvenida a los López quienes ahora serán nuestros vecinos y esperemos grandes amigos.- La mujer de largo cabello tomo asiento dando inicio al almuerzo.

Tome la cuchara introduciendola en el espeso líquido del plato que tenía frente a mi para llevarlo a mi boca y paladear el sabor picante y dulce de aquel exquisito mole.

- Esto sabe muy bien.- Murmure al tragarlo y sentir como mi paladar agradecía degustar tal exquisito platillo.

-Mi tía es la mejor cocinera.- Presumió Aristóteles alegremente.

Voltee a mirarlo para responderle pero al hacerlo note manchas de mole adornando sus cachetes, mirarlo de esa forma me hizo soltar una pequeña risa para después suspirar lleno de ternura.
Tome una servilleta y la acerqué lentamente a su rostro pidiendo permiso con la mirada para limpiarlo, el asintió concediendo tal permiso.
-Dicen que si no te ensucias comiendo mole, no lo comiste.- El sonrió sintiendo el papel pasar por sus mejillas.
-Estoy totalmente de acuerdo.- El cerro los ojos dejando que apreciará sus largas pestañas tupidas, podía sentir perfectamente el calor subir a sus mejillas al tacto de mis dedos.
-¡Aristóteles!- Gritó un hombre que estaba al frente nuestro con aquella voz de mando que caracterizaba a los alfas cuando se enojan.

El grito logró hacerme brincar provocando que el papel con el que anteriormente limpiaba a Ari cayera al suelo perdiéndose bajo la mesa.

-¿¡Por que dejas que ese omega te toque!?- Era un hombre de cabello canoso, con un bigote que sólo veías en caricaturas o detectives de alto rango, del cuello le colgaban tres cadenas y tras esas cadenas vestía una camisa colorida cubierta por un saco negro al igual que sus pantalones.

-¡Audifaz! ¡cuñado! Los López son nuestros invitados, tienes que ser amable.- la señora Blanca se levantó de la mesa golpeandola con sus manos intentando captar la atención de el señor Audifaz pero este no menguo su postura en ningún momento.

Voltee a ver a mi Papancho quien había cerrado fuertemente sus manos convirtiéndolas en un puño.

-Papa no tiene nada de malo que sea amable con Temo.- Respondió Aristóteles a los gritos de el señor Audifaz aun sin ocupar su voz de alfa, por respeto al mayor supongo.
Todos en la mesa estaban en silencio expectantes a los alfas quienes no apartaban la vista el uno del otro.

-¿¡Ahora lo llamas con apodos cursis!? ¿¡Que sigue después!? ¿¡Lo vas a besar!?- gritó haciendo que comenzará a temblar.

-Esposito hablemos después de esto, aquí no es el lugar ni el momento.- Suplico una mujer sentada al lado de el.
Sus cabellos chinos la acusaban de ser la madre de Ari, ella poseía unos hermosos ojos verdes al igual que un olor natural a chocolate, digno de un omega.

Mi Papancho se levantó de la mesa y comenzó a hablar.- Señora Blanca le agradezco mucho su hospitalidad pero no permitiré que lastimen a mi hijo.- Volteó a mirar a los mellizos dándoles a entender que nos íbamos, ellos salieron del comedor para dirigirse ala puerta; por último mi papá me volteó a ver a dedicándome una sonrisa cálida.

Mire a Aristóteles quien no quitaba la vista de su papá, su ceño estaba fruncido y sus puños ocultos bajo la mesa estaban fuertemente apretados.

Con cierta timidez acaricie el dorso de su mano haciendo que su enojo menguara por unos segundos para mirarme y dedicarme una sonrisa triste.

Me levanté para salir del departamento Córcega librandome de toda la tensión que cargaba.

-¿Estas bien hijo?.- pregunto mi Papancho poniendo una mano sobre mi hombro.

-S-si.- tartamude sin dejar de temblar.

Esto no será fácil.

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Lo prometido es deuda, este capítulo lo narro mi bebito Temo y el próximo lo narrará mi pelos de maruchan. ❤
Me encantaría saber si les está gustando la historia🤔❤
Antes de irme quería decir que en el próximo capítulo Ari comenzará a sentir cositas por Temo jiji ya me voy, besossssss❤😂
Pd. Sigo fangirleando muy cabron con la entrevista en cuentamelo ya, enserio son unos bebés. 😍❤

¿Cerezas? o ¿Naranjas?; omegaverse Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora