Calientostoteles.

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Narra Temo:

Mi Papancho tenía sentados a Julio y a Lupita encima de una maleta negra mientras batallaba con el cierre el cual no se dignaba a cerrarse seguramente por lo llena que se encontraba.

- Papá, ¿No crees que estas exagerando?.- Pregunté admirando el espectáculo desde el marco de la puerta.

-Claro que no Temistocles, todo lo que llevo aquí es muy necesario.-

-Pero papá sólo nos vamos dos días.-

- Mira Cuahutemoc anda vete a hacer tu maleta si no quieres que te queme las patas por metiche.- Me reí nervioso alejandome con dirección a mi cuarto para hacer lo que me ordenó Papancho. 

Al entrar lo primero que hice fue buscar en mi armario la maleta roja que había ocupado para la mudanza a Oaxaca.

Abrí la maleta y comencé a guardar ropa en esta, procure que la mayoría fuera cómoda y casual.

Al contrario de mi papá no llene mi maleta al grado de que no cerrará, sólo empaque ropa para los dos días, tres pares de tenis y mis productos de higiene.

Cerré mi maleta y la acomode junto a mi cama donde después tome asiento descansando un poco.

Me quedé quieto analizando cada rincón de mi habitación pensando en todo lo que había pasado.

Desde que Ari había confesado su amor por mi, había sido corrido de su hogar yéndose a vivir con sus primos; Julieta y Juan Roberto Pablo quienes gustosamente lo recibieron.

Mi alfa me había comentado que su mamá lo iba a visitar constantemente para saber como estaba y dejarle dinero para que sustentara sus necesidades básicas.

También que cuando Audifaz no estaba, el iba para estar cerca tanto de su madre como de Arqui.

Mi novio estaba sufriendo, lo sabía aunque se ocultara tras su máscara de fortaleza que todo alfa ocupa para no demostrar sus sentimientos.

Sabía lo mal que lo estaba pasando y también sabía que no me decía nada para no alterarme pero podía sentir su tristeza, al ser su omega y destino podía sentir todo aquello que lo agustiaba. 

Irá, tristeza, frustración.

Podía sentir el dolor que su alma gritaba, el más que nadie en este mundo deseaba estar con su familia, el más que nadie en este mundo anhelaba que su papá lo amara.

Unas pequeñas lágrimas comenzaron a bajar de mis mejillas, me dolía el pecho al pensar en todo lo que mi alfa había llorado.

¿Qué podía hacer para que dejará de sufrir? ¿Qué podía hacer para que su papá lo aceptará? ¿Hablar con Audifaz? ¿Suplicar que ame a Ari? ¿Alejarme de Ari? ¿Qué podía hacer?

La idea de hablar con Audifaz me daba vueltas en la cabeza como trompo en el suelo.

¿Sería una buena idea?

Me levanté dudoso de la cama, aún no sabía que iba a hacer.

Audifaz al escuchar la noticia se le abalanzó a Ari, quería matarlo pese a que fuera su propio hijo; ¿Qué no haría conmigo?

Comencé a dar vueltas en mi habitación comiéndome las uñas, la cabeza había comenzado a dolerme por la cantidad de cosas que chocaban en mis paredes mentales.

¿Debía? ¿Debía ser valiente y encarar a Audifaz?

La puerta comenzó a sonar sacándome de mis pensamientos, me acerqué a ella y al abrirla me encontré a Ari frente a mi con un ramo de rosas.

Mis ojos se aguaron aún más, el es mi mundo.

-Mi amor, ¿Por qué lloras? ¿No te gustaron las flores?.- Ari entró dejando el ramo en la mesita de noche para después acercarse a mi y acariciar mi mejilla.

-Ari, te he causado tantos problemas.- Mi voz se quebró y pude ver la confusión en la mirada de mi alfa al no entender a donde quería llegar con mis palabras.- Tu papá te corrió de la casa, tu familia te mira mal, en la escuela tus amigos ya no te hablan.- Mis ojos dejaron escapar las gotas que intentaba contener, mis sentimientos eran un huracán.- Soy un error en tu vida, sólo pierdes el tiempo al amarme.- Me tape el rostro con ambas manos ocultando lo arrepentido que estaba por causarle tantos conflictos a mi novio.

Estaría mejor sin mi, Pensé.

-Haber Temo, si yo estoy aquí es por que te amo. Mi amor tu me das fuerzas para continuar, tu le das colores a mi mundo y jamás cambiaría eso, no volveré a tener un mundo a blanco y negro cuando a tu lado es más bonito.- Agarró mis muñecas apartandolas de mi rostro.- Claro que me gustaría que las personas que quiero aceptarán mis sentimientos pero sólo tengo que ser paciente, tenemos que ser pacientes mi amor. Algún día todos se darán cuenta de sus errores.- Solto mis manos de forma cuidadosa para atrapar mi rostro y apretar mis mejillas.- Yo te amo y no pienso dejarte ir, nada de esto es tu culpa. Eres mi mundo amor.- Se acercó despacio a mis labios rozando su aliento en mi nariz.

Con delicadeza dejo caer sus belfos sobre los míos moviendolos con ternura buscando una forma más comoda de besarme, colocó sus manos en mi cintura pegandome a su cuerpo mientras yo deslizaba mis manos por su pecho acariciando y trazando líneas sobre el.

Ari me jalo con suavidad hasta mi cama, donde me recosto quedando encima de mi para  acomodarse entre mis piernas sin separar sus labios de los míos, con paciencia bajo sus manos a mis muslos y con movimientos suaves comenzó a trazar líneas con sus dedos arrancandole a mi boca varios suspiros.

Sus labios bajaron a mi cuello besando con suavidad mi glándula omega haciendo que cerrará mis ojos disfrutando de las nuevas sensaciones que mi alfa me provocaba.

Dejo de besar mi glándula omega para subir a mi oído y susurrar con una voz gruesa.- Déjame demostrarte todo el amor que siento por ti.- Abrí mis ojos para mirarle y al hacerlo observe que sus pupilas se encontraban dilatadas, su lobo había despertado.

Metí mis manos entre sus cabellos acercando su rostro al mío para disfrutar de sus belfos cálidos e húmedos sobre los míos pero esta vez dejando desatar esa pasión que nos consumía lentamente la cual ordenaba a Ari a acariciarme y a mi, a gemir el nombre de mi alfa.

-¡Niños, es hora de ce..- Oh, No.- ¡QUITA TUS MANOS DE MI HIJO SI NO QUIERES QUE LES QUEME LAS PATAS A LOS DOS!.- Aristóteles dejo un último beso en mis labios para luego echarse a correr huyendo de mi Papancho.

-¡ARISTOCRACIO, VEN PARA ACÁ!.- Mi papá perseguía a Ari por todo el departamento mientras los mellizos animaban a mi novio a que no se detuviera.

Salí corriendo de mi cuarto al mismo tiempo en que Ari iba a entrar logrando que ambos nos estrellaramos estampado la cara contra el suelo.

-¡AH, NO! ¡ESO SÍ QUE NO!.- Mi papá levanto de los cabellos a Ari mientras el se quejaba.

-¡Papáaaaaaa!.- Grite jalando a Ari de la camisa.

Mi papá soltó a Ari mientras lo fulminaba.- Última vez que están solos en tu cuarto.- Fue lo último que dijo antes de irse con dirección ala cocina.

Los mellizos reían mientras le hacían burla a Papancho.

-No manches, por un momento pensé que me iba a morir.- Me dice Ari respirando entre cortado.

-Ni me lo digas, ya me veía con las patas quemadas.- Ari se soltó en carcajadas contagiando su risa.

-Hubiera valido la pena Temito bonito.- Me contestó acercándose a mi invadiendo mi espacio personal con la intención de robarme un beso, mis mejillas se incendiaron.

-¡TE ESCUCHE CALIENTOSTOTELES!.-

Espero les guste
Algo de humor, besos.😚
Pd. Vayan a mi perfil, también actualice "Choquemos" ❤

¿Cerezas? o ¿Naranjas?; omegaverse Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora