Día normal.

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Narra Temo:

Hoy me había despertado más temprano de lo normal ya que había tenido un mal sueño.

Diego, de nuevo.

Talle mis ojos mientras me estiraba en mi cama cual gato, escuche los huesos de mi espalda tronar levemente lo que me hizo reaccionar levantándome con pesadez al tocador a limpiarse la cara y cepillar mis dientes.

La alarma de mi celular comenzó a sonar así que salí del baño a apagarla y después le marque a Melisa.

-¿Qué onda Tami?.- Rodé los ojos al escuchar ese ridículo apodo.

-Hola Mel.-

-¿Qué pasa? Te veo apagado.-

-Volví a soñar con Diego.- Melisa fruncio el ceño.

-¿No crees que es hora de que vayas a un psicólogo o algo? Es hora de que dejes ese pasado atrás.- Mordi mi labio de forma nerviosa.

-Sabes que eso no funcionaría.-

-Temo, Diego te hizo la vida un infierno mientras vivias en Toluca y de la nada desapareció, lo peor de todo es que su fantasma sigue pegado a ti, es hora de que lo dejes ir. Desde que se fue aquel día no has dejado de soñar con el.-  Trague nervioso sintiendo como el sudor en mis manos comenzaba a brotar y mi aroma a cerezas se tornaba amargo.

-¿Crees que aparezca de nuevo?.-

- No lo se, puede ser una posibilidad aunque no lo creo. El desapareció hace mucho.- Meli no terminó de hablar pues mi Papancho cruzó el marco de mi puerta asotando esta misma.

-¡Cuauhtémoc! ¡Príncipe de los aztecas! Es hora de que vayas a desayunar antes de que se te haga tarde para la escuela.- Mi papá dejo de hablar para poner atención a quien lo saludaba atravez de mi celular.

-¿Meli? ¿Qué onda güera?.- Mi Papancho me arrebató el teléfono para después irse ala cocina platicando con Meli.

Suspire mientras sacaba mi uniforme del closet, me vestí y dirigí ala cocina.

Cuando salí de mi cuarto con la maleta en el hombro me encontré con los mellizos intercambiadose mi teléfono para hablar con Meli contándole que los niños de aquí eran muy amigables.

Me senté a desayunar mientras Meli se despedía con la excusa de que ella tambien tenía que ir ala escuela.

Al terminar todos bajamos del departamento Córcega para montarnos en la burra donde mi Papancho nos escolto a la escuela.

Al llegar papá nos beso a los tres en la frente y se fue directo al mercado.

Aún me pregunto por que mi papá insistía en trabajar cuando las inversiones de avon le daban para vivir toda la vida, al fin y al cabo mi papá jamás podría estarse quieto.

Entre ala escuela encontrando a Ari junto a unos niños que me resultaron familiares, pues ya los había visto en la cena de los Córcega's.

La mayor, si no me equivoco de nombre Frida; era alfa y el pequeño de los ojos grades; Dave; un omega muy amable.

Pero había un tercer niño de cabello rojizo el cual nunca había visto antes, pero podía ver que era alfa por su olor a madera vieja.

Las calcomanías corrieron hacia ellos atrayendo la atención de Ari que en todo momento estuvo perdido mirando su teléfono, al ver alas calcomanías alzó su vista encontrándose conmigo y sonriendo.

Le devolví la sonrisa feliz, me gustaba encontrarlo antes de entrar a clases.

-Buenos días mi amor.- Me saludo Aris besando de forma tranquila y corta mis labios.

-Buenos días.- Los niños comenzaron a fingir arcadas mientras Ari se volteaba a fulminarlos con la mirada.

Los niños rieron para después salir corriendo despidiéndose con movimientos de mano.

Caminamos adentrandonos en las instalaciones directo al casillero de Ari pues el había olvidado su libro de matemáticas y para variar nos daba a primera hora.

-¿Irás al campamento?.- Pregunto Ari mientras cerraba su casillero y tomaba mi mano para caminar al salón.

-¿Campamento?.-

- Si, el fin de semana habrá un campamento para actividades deportivas; ya sabes.-

-Seguramente si.- Al entrar al salón lo primero que vimos fueron las miradas de odio de Zack y Ben, odio de que nosotros si fuéramos felices; pensé.

Ari beso mi mejilla para después tomar asiento atrás de mi.

Al segundo la maestra Diana entró por la puerta saludando a todos, dejo sus cosas en el escritorio y comenzó a hablar sobre el campamento del cual ya me había comentando Aristóteles.

-Iran padres de familia, ya que es un evento para toda la escuela. Serán dos días de campamento: habrán juegos, fogatadas y para cerrar con broche de oro ¡Fuegos artificiales!.- Hablo entusiasmada la maestra.

Me imaginé a Ari y a mi viendo los fuegos artificiales recostados sobre el pasto.

Voltee a mirarlo y un brillo especial destacaba en su mirada.

¿Habrá pensando lo mismo que yo?

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HOLAAAA
Bueno aquí otro capítulo, Espero les guste y quería preguntarles si les gustaría que publicará una historia Emiliaco, si les gusta la idea, mañana mismo público el primer capítulo y si no, pues no Jaja.

Los amo, Me despido❤

¿Cerezas? o ¿Naranjas?; omegaverse Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora