7. ¿Por qué tenías que decir eso?

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Después de tres semanas de vacaciones junto con su abuelo en Moscú, Yuri tuvo que regresar al internado.

Lo curioso de vivir lejos de su familia al estudiar, es que al principio Yuri había creído que cada época de vacaciones sería lo mejor. Pasar mucho tiempo con su abuelo, salir a comer helado y ver películas. Con el tiempo se dio cuenta de que no podía estar más equivocado.

Lo único que Yuri hacía cada vez que llegaba a su ciudad natal era quedarse en su casa a dormir y comer. Ah, y tener que soportar las llamadas de Mila borracha en Año Nuevo.

Pasaba parte de su tiempo libre hablando con su abuelo acerca de cómo le iba en clases y relatando una que otra anécdota. Por misma petición de Nikolai, también tuvo que contarle acerca de ese nuevo compañero que tenía. Nikolai le encargó una tarea que debía cumplir apenas viera a Otabek.

Además de eso, mientras estaba en el tren lo único en que podía pensar era en el frío que había ahora que era enero, y que por estar encerrado en la casa de su abuelo con la calefacción al tope casi había olvidado.

Al llegar al internado —tarde a propósito para no tener que soportar la ceremonia de bienvenida—, sintió un peso aplastante del lado derecho, y no tuvo que voltearse para saber que se trataba de Mila.

—¡Yuri!

Él le dio una palmada en su cabellera, esperando que así se separara de él.

—Ya, ya.

—Años sin hablar contigo... —dijo ella, quien a pesar de ser más alta, se agachaba para abrazarlo. Yuri volteó a mirarla, ceñudo.

—Hablamos ayer por mensaje, no seas tonta.

Ella asintió y terminó de separarse.

—¡El cabello lo tienes larguísimo! Mira, si te llega al hombro y todo. —Hizo una seña con su mano, indicando por donde le quedaría si ella lo tuviera igual—. Dijiste que te lo ibas a cortar.

Yuri se jaló un mechón y miró sus puntas.

—Ah, sí. Se me olvidó. Tenía varios meses sin ver a mi abuelo.

Mila chasqueó los dedos y dejando el asunto por zanjado, lo jaló del brazo.

—Apenas llegué ya están con los chismes. ¿Sabes de qué me enteré?

—¿Quién salió embarazada?

—¿Embarazada? —Mila se espantó—. No, no. Nada de eso. Sara me contó que Seung-Gil es gay.

Yuri se tensó bajo el agarre de Mila.

—¿Y tú cómo sabes eso?

Mila sonrió.

—Bueno, a Sara le gusta y él no le prestaba atención. Yo como buena amiga le tuve que preguntar a Georgi y él sin querer soltó la sopa. Resulta que tiene novio y todo.

—Ah, ya...

—¡Qué desperdicio de hombre!

«Sabes que no me interesan esas cosas...», quiso decir, y sin poder conseguirlo. Algo dentro de él se había iluminado de alguna manera. Seung-Gil era popular, y desde que estaba en el internado era una de las pocas personas que todos respetaban. Demasiado callado e intimidante para que alguien se metiera con él.

—¿Sabes quién es el novio? —preguntó, para luego morderse el labio. Se sentía como un completo chismoso, pero quería saber y si no se lo preguntaba a ella, no podría preguntárselo a más nadie. Mila se sujetó el mentón, pensando.

—Georgi no me dijo.

—¿Y cómo sabe que...?

Yuri miró hacia al frente, y de inmediato se quedó sin aliento.

Handsome Devil [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora