El camino hacia la casa de Leo fue entretenido, principalmente porque Leo no dejaba de subir y bajar las ventanillas y gritar el coro de fuese cual fuese la canción que sonara en ese momento. Yuri, en su condición de amigo nuevo tuvo que sentarse al frente, tratando de ser ajeno al hecho de que Mila y Otabek estaban atrás.
—¿No deberías beber menos si estás manejando? —preguntó Mila.
Leo sacudió el hielo de su vaso sin prestarle mucha atención. En ese momento Leo dio una vuelta en una esquina y Yuri tuvo que colocar su mano en el tablero para sostenerse.
Algo que Yuri no había mencionado antes, es que Leo manejaba pésimo.
—Mila, por favor. Tengo sangre latina. Puedo beber cuanto yo quiera.
—¿Eso era español? —preguntó Mila, y se inclinó hacia delante en el asiento para jalar el hombro de Yuri—. ¿Qué dijo?
—Algo de que puede beber. Ignóralo.
Leo volteó hacia Yuri, como si recién se hubiera dado cuenta de que estaba allí.
—¿Quieres?
Yuri miró el vaso con desconfianza. Sin contar el incidente del vodka, nunca había bebido. Nunca. Movido por un impulso que quizá se relacionaba con querer parecer mayor de lo que era, tomó un trago. Casi lo escupe, y le tomó cada parte de su ser no arrugar la cara en una mueca extraña. Juró escuchar una risa venir de parte de Otabek.
—Le dejé las llaves a un amigo, así que no se asusten si ven gente que no conocen allí.
Yuri no dijo nada, pero pudo escuchar que Otabek y Mila intercambiaban palabras en la parte de atrás, ambos susurrando de esa manera característica que Yuri había visto a las parejas usar.
—Sara me dijo que estaría allí —dijo Mila, y los demás permanecieron en silencio por el resto del viaje.
Cuando llegaron, Leo casi saltó del automóvil, y Yuri no entendió el propósito hasta que lo vio correr y abrazar a alguien en la puerta. Al salir Yuri se dio cuenta de que era un chico, y tuvo que desviar la mirada ante ese abrazo, porque le daba la impresión de ser demasiado íntimo para que él estuviese viéndolo.
—Este es mi amigo Guang-Hong. Es un amor, quiéranlo como yo lo quiero a él.
El amigo les saludó con la mano.
—Listo, entremos.
Yuri trató de no asombrarse demasiado, porque en comparación, Mila y Otabek solían pasearse por casas igual de grandes como parte de sus vidas diarias. Una vez él había ido a la casa de Mila, así que sabía a lo que atenerse. Alguien se había encargado de colocar comida en una mesa, y botellas de alcohol de marcas que Yuri desconocía puestas de manera demasiado ordenada en otra. Se fijó en que Sara les tomaba fotos.
Tal y como Leo les había advertido, había otras personas de su grupo de amigos dentro.
—¿Dónde están sus padres? —se preguntó más para sí mismo.
—Esta casa es de él —dijo Guang-Hong, quien parecía haberlo escuchado. Yuri volteó a mirarlo, y de cerca, el chico parecía mucho más joven—. Tiene familia que trabaja en el colegio —explicó.
Yuri asintió, medio cohibido. Hasta ese chico tenía un vaso con alcohol en la mano.
—¿Estamos todos en esta sala? —preguntó Leo—. Bien, ¿todos se conocen?
Yuri miró a su alrededor. Además de las personas que habían llegado con él, estaban Sara y su hermano gemelo, JJ y el chico que Leo presentó como su amigo, Guang-Hong. A Yuri le sorprendió que JJ no estuviese con su novia, pero nadie pareció verse extrañado o hacer chistes al respecto. Yuri se tuvo que recordar que él era el nuevo, y que probablemente habían hecho decenas de reuniones iguales en ocasiones anteriores.
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Handsome Devil [OtaYuri]
FanficComo cualquier adolescente, Yuri Plisetsky odia compartir su habitación. Medias sucias tiradas por doquier, bolsas de frituras que él no se comió regadas en el piso y madrugadas sin poder dormir por los ronquidos de alguien más. Es por eso que desde...