Handsome Devil [OtaYuri]

17. Es horrible que alguien tan guapo tenga que preocuparse por eso

Cuando la canción terminó, entre las cosas que a Yuri le habían gustado estaban el riff de la guitarra y el tono desenfrenado y sin complejos del cantante. Incluso, se tomó el tiempo de recordarlo por si se presentaba la ocasión de mencionarlo en un futuro. Aunque, en el fondo él sabía que eran cosas que quedaban significantemente opacadas si se le prestaba un poco más de atención a la letra.

De inmediato, el teléfono de Otabek comenzó a reproducir otra canción en aleatorio, una que sonaba parecida a una balada, pero él le puso en pausa. Se suponía que debían concentrarse.

—¿Tienes idea alguna del significado de esto? —preguntó Yuri. En su propio teléfono leía la letra en inglés, y levantó la mirada para ver a Otabek.

Otabek, por su parte, permanecía en su cama viendo al techo mientras mordisqueaba un lápiz. Al escuchar a Yuri, se apoyó en los codos y negó.

—¿Algo acerca de un hermoso diablo?

Yuri soltó una pequeña risa, porque esa tenía que ser una de las peores traducciones que podían hacerse.

—Diablo hermoso suena mucho mejor —dijo, para luego estirarse en la cama hasta alcanzar su libreta. Lo anotó, y dio golpecitos en sus labios con el lapicero—. O hermoso demonio... Ya veremos.

Otabek hizo un sonido de estar de acuerdo, y luego de varios segundos habló:

—¿Pasa algo malo con la canción?

Yuri volteó a mirarlo con los ojos entrecerrados y una sonrisa, como si supiera que Otabek lo hacía a propósito.

—No, nada que ver. Mira, aquí hay una parte que dice: «saco el látigo y te apartas, pero te lo mereces» y «me gustaría darte lo que creo que estás pidiendo». —Volteó a ver a Otabek, pero como siempre, este apreciaba toda la situación ajena a él y sin que le afectara—. ¿Planeas leerle a la clase una canción de sadomasoquismo?

Otabek parpadeó varias veces.

—Es una de mis canciones favoritas.

Yuri resistió las ganas de rodar los ojos.

—¿No pudiste elegir una canción más convencional? ¿Una de The Beatles o de Queen?

Otabek lo pensó por un momento.

—Podría ser, pero también es probable que los demás elijan una canción de esas bandas.

Yuri no se lo negaba, pero, ¿acaso había un problema con elegir una canción que todos conocieran? Recordaba que en los últimos años Mila había elegido Imagine de John Lennon como diez veces. Traducir la canción, leerla en clase, hacer varios análisis e incluso en una ocasión la había cantado. Ella no cantaba muy bien, pero nadie le iba a decir nada.

—Tienes que admitir que la letra de esta canción es un desastre —dijo Yuri, y señaló la pantalla de su teléfono—. Es...

Eso sí que hizo reaccionar a Otabek, quien se incorporó en la cara y lo miró con reproche.

—Es una buena canción y una buena banda —declaró, aunque no parecía molesto—. ¿Cuál elegirás tú?

—No lo sé. No he elegido una todavía.

Otabek le sonrió con orgullo.

—Al menos yo tengo una canción.

Yuri lo miró por unos segundos y asintió, porque la verdad es no podía decirle nada aunque quisiera. Otabek se veía bonito de esa manera, relajado, con el cabello alborotado por restregarlo contra el colchón y los primeros uno o dos botones de su camisa abiertos.