37. (y eso es lo que somos)

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Yuri permanecía recostado de la pared mientras trataba de no mirar hacia los lados y hacer contacto visual con cualquier persona que pasara por ese pasillo. No es que no quisiera saludar a nadie, pero temía que si veía a alguien conocido iba a tener que contestar a preguntas parecidas a «¿qué has hecho?» o «¿cómo la pasaste?». Eso era lo socialmente correcto después de regresar de vacaciones.

Algunas personas permanecían sentadas en los puestos de espera que se encontraban en el resto del pasillo, y cuando Yuri había llegado hacía veinte minutos, le había impresionado la cantidad de gente dispuesta a aceptar ayuda de una terapeuta. Cuando una chica salió de la consulta, Yuri se abalanzó dentro de la misma como un huracán.

—Hola, ¿qué tal? Sí, lo sé. Me extrañaste.

Minako sonrió y movió sus manos hacia los lados, sin decirle lo contrario.

—Casi no te reconozco con ese corte de cabello —dijo—. No quisiste esperar al segundo día para verme, ¿eh?

—Pues no —dijo, e hizo una pausa mientras tomaba asiento—. Me agrada estar aquí y...

—Viniste porque necesitas saber qué harás este año —dijo ella, y Yuri le sonrió con todos son dientes, culpable—. No te va a gustar, pero te lo diré de una vez. Van a querer que seas tutor.

—¿Tutor de qué? ¿Y a quién?

—Ya sabes. —Ella empezó a revisar su computadora, pero Yuri no sabía, y le miró con la cabeza ladeada—. Tengo entendido que eres bueno en Inglés, y en Física.

Yuri apretó los labios y se inclinó para ver la pantalla, donde se mostraba una versión digital de su boletín de calificaciones. No tenía sentido negarlo.

—Sí, ahora lo soy. Pero... lo de Física fue gracias a Otabek.

Minako levantó las cejas.

—Tienes que contarme un poco más de él. Lo sabes, ¿verdad? Pero no hoy.

Yuri miró hacia otro lado.

—Entonces, ¿inglés? ¿Enseñaré inglés?

Minako asintió.

—Por ahora sí. Nos vemos dentro de unos días.

Yuri suspiró y salió de la consulta, y apenas lo hizo, pudo ver de reojo que alguien se levantaba y caminaba hacia la puerta para poder entrar. Era JJ.

Jean-Jacques le saludó con la mano con una sonrisa antes de entrar y eso fue todo. Yuri parpadeó varias veces mientras se quedaba de pie al lado de la puerta, porque en realidad JJ siempre lo había saludado cada vez que se veían, pero esa vez y por alguna razón Yuri no había esperado que lo hiciera.

Yuri casi olvida que se suponía que las cosas estaban bien entre ellos dos. Además de eso, Yuri se fijó en que JJ no había mencionado nada acerca de su cabello, o de si esperaba que quedaran en secciones distintas, o algún comentario que en otra situación hubiese sido el correcto, donde Yuri después le contestaría con una observación ingeniosa.

Mientras trataba de pensar en las respuestas que pudo haber dado, sintió el teléfono vibrar. Era un mensaje de Mila.

Estamos en la cafetería

Yuri bloqueó el teléfono y lo guardó para luego dirigirse a ese sitio. Cuando llegó, apenas y tuvo tiempo de preguntarse dónde estaban o de perderse, porque Mila se puso de pie y le sacudió la mano lo más alto que podía hacerlo.

—Tu cabello, tu cabello, tu cabello... —A Mila le brillaban los ojos, y cualquiera que la hubiese visto pensaría que era la primera vez que veía a su amigo con el cabello corto. Yuri puso los ojos en blanco, porque en todas las videollamadas que habían tenido durante vacaciones ella lo había visto exactamente igual, pero Mila era Mila.

Handsome Devil [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora