Handsome Devil [OtaYuri]

23. Comer pizza y gritar por la calle

—Esto tiene que ser lo más estúpido que he hecho en mucho tiempo.

Otabek volteó a mirarlo. A pesar de la naturaleza de la situación, su mirada permanecía igual que siempre, y sin poder compartir del todo lo que Yuri expresaba.

—¿Quieres discutir acerca de lo que considero estúpido?

—No, gracias —dijo Yuri, para luego girar uno de los dardos en su mano. Permanecía de pie con la otra mano en la cadera y miró a Otabek antes de volver a hablar—: ¿Lo tengo que tirar a cualquier número y ya?

Otabek se peinó el cabello con las manos, reteniendo un suspiro.

—Lanzas el dardo y dependiendo del sitio donde caiga utilizaremos esta tabla —dijo Otabek, para luego levantar una hoja de la mesa y señalarla— para decidir qué haremos.

Yuri hizo una mueca.

—¿Recuérdame por qué hacemos esto?

—Leo dijo que esto es lo que hace con Guang-Hong cuando quieren salir.

Yuri hizo un gruñido. «Yo creo que ellos hacen otro tipo de cosas, y no te veo diciéndome que las hagamos juntos», pensó.

La verdad es que Otabek lo hacía porque le debía una salida a Yuri, y Yuri siempre estaba listo para hacer cualquier cosa que incluyera a Otabek, aunque empezaba a arrepentirse. En la última semana no se habían podido poner de acuerdo en lo que iban a hacer, al punto que el asunto incluso llegó a oídos de Leo.

Contrario a la creencia popular, a Leo le iba bien en clases. Mejor que a la mayoría de sus amigos, al menos. Eso no quitaba que algunas de sus ideas —como esta según Yuri—, fuese una de las peores ideas del mundo.

El juego era así: cada uno tenía tres oportunidades, dependiendo donde cayera el dardo sumaban los puntos y eso daba un número. Según ese número, había una tabla donde a Otabek le correspondía elegir la comida, y a Yuri la actividad. Era muy elaborado y complejo para el gusto de Yuri, y al principio Otabek tuvo que explicarle al menos dos veces como era que funcionaba. Todavía seguía sin entender demasiado, pero él intentaba hacerlo.

—Sabes que podría matar a alguien con esto, ¿verdad? —preguntó Yuri, tanteando el filo del dardo con el dedo.

—No. Ves demasiadas películas —dijo Otabek mientras retenía una sonrisa, para luego agarrar sus tres dardos de la mesa—. Además, tienes muy mala puntería para eso.

Yuri frunció el ceño.

—Veo películas basadas en libros y... mi puntería es promedio.

Otabek tomó impulso y lanzó un dardo contra el blanco. Yuri subió las cejas al fijarse que le había dado casi en el medio. De inmediato, lo vio lanzar los otros dos. Cuando Yuri se acercó a quitarlos, revisó en la tabla para sumar y revisar cual era la actividad que correspondía a ese puntaje.

—¿Y bien? —preguntó Otabek.

—Es comer pizza —dijo, para mostrarle la tabla.

—Perfecto. Te toca.

Yuri lanzó el primer dardo con todas sus fuerzas, solo para ver que se clavaba casi fuera del blanco. No quiso voltear a ver a Otabek aguantando la risa, así que los otros dos los hizo con menos fuerza. Al sumar, Yuri vio la tabla y se fijó en que el puntaje correspondía a «gritar por la calle». Se lo mostró a Otabek.

—¿Puedo preguntar por qué gritar por la calle es una opción? —preguntó Otabek, quien continuaba viendo la tabla y revisando el resto de las opciones.

Yuri se encogió de hombros. Cada uno había propuesto ciertas comidas y actividades a realizar, y al parecer Otabek no estaba muy conforme con las ideas de Yuri.