Yuri veía Educación Física los jueves.
Era una jodida estupidez, y se sentía como estar cursando primaria de nuevo. En cada clase la mayoría de sus compañeros no dejaban de hacer chistes y de reírse, mientras otros hacían muecas al profesor cuando este se volteaba.
La única diferencia de las demás clases, es que esa no la veía con Mila. Las chicas veían Educación Física en otra hora. Así que cada jueves a última hora Yuri debía quedarse con sus compañeros de clase que eran insoportables, es decir, prácticamente solo.
Ni siquiera le gustaba aunque tuviera que salir a las «áreas verdes», como los demás le llamaban. Se suponía que eso abarcaba todos los árboles y arbustos y cualquier cosa verde que no fuese un salón de clases o un dormitorio. Como un jardín gigante que rodeaba el campus. A Yuri no le gustaba.
Lo hubiese detestado un poco más, de no ser porque tenía cierta experiencia en aptitud física de cuando estaba más joven. Se consideraba bueno de alguna manera, y era una de las pocas materias que llevaba bien sin esforzarse, si es que no era la única.
Y esa mañana cuando Yuri veía educación física hubiese sido igual a las demás, de no ser porque cuando estaba a mitad de sus calentamientos, Yuri volteó a ver al profesor y Otabek estaba al lado de él.
Yuri frunció el ceño, y de manera instintiva miró hacia los lados. La buena noticia era que no veía a los otros compañeros del salón de Otabek, como Georgi o JJ. Era solo Otabek, y sus propios compañeros no parecían prestarle atención. No tenían por qué. Al ser una materia al aire libre, a veces otros alumnos se acercaban a la pista para hablar con el profesor, ya fuese para saludarlo o para preguntarle algo sobre alguna evaluación. Era lo normal.
Así como lo normal era que los compañeros de Yuri murmuraran cosas entre sí y se rieran, mientras trataban de contar los segundos restantes para cambiar de ejercicio.
Todo estaba normal... Menos Otabek. Plantado unos metros delante de él, con los brazos cruzados y uniforme. Yuri entrecerró los ojos. Moreno y bajito. Y estúpido.
El profesor había dejado de prestarles atención y hablaba animadamente con Otabek, y Yuri, con su manía de ponerse atrás siempre, no podía escucharlos. Ambos asentían y movían sus manos, como si la conversación fuese en realidad importante.
Entre sus compañeros, la mayoría se sabía la rutina de calentamiento de memoria, y de manera rápida alguien del frente tomó el mando y empezó a indicar que ejercicios seguían. El profesor se había puesto a hablar con Otabek, claro que sí.
Uno de los chicos del frente empezó a hablar con el profesor, y pocos segundos después el chico se giró de manera que sus compañeros pudieran oírlo.
—Ejercicios de estiramiento en parejas.
Yuri no se molestó en moverse de su sitio. Siempre era algo parecido. Todos formaban pareja con quien tuviesen al lado, o con un amigo. Yuri se cruzó de brazos y esperó a que los grupos terminaran de formarse. Solía hacer los ejercicios con quien quedara solo.
Más que sorprenderse cuando no quedó nadie de pie, rodó los ojos. Se alejó del grupo y decidió por esperar a que terminaran. Se preguntó qué evaluaciones tenía en la semana, tratando de ocuparse en otra cosa. De nada servía, porque no iba a estudiar, pero le hacía sentirse más o menos responsable.
De todas formas, duró muy poco tiempo así porque el profesor lo llamó con señas para que se acercara a él.
—¿Por qué no estás haciendo los ejercicios? —le preguntó.
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Handsome Devil [OtaYuri]
FanficComo cualquier adolescente, Yuri Plisetsky odia compartir su habitación. Medias sucias tiradas por doquier, bolsas de frituras que él no se comió regadas en el piso y madrugadas sin poder dormir por los ronquidos de alguien más. Es por eso que desde...