Capitulo 5. No Finjas Que Somos Ella

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Vanessa me miraba atenta desde el sofá de la habitación mientras le hacía un vago resumen de esa noche tres años atrás. Parecía muy interesada en lo que decía y su mirada brillaba, recordándome nuevamente a cierta persona.

—Después de todos estos años su filosofía me sigue fascinado. Cada vez entiendo más porqué la gente seguía con tanta seguridad sus pasos. Desearía haberla conocido— se acostó en el sofá mirando el techo y ladeo la cabeza hacia mi —¿Y después que? ¿Solo te aconsejó y se fue? ¿No hablaron algo más?

La mire en silencio, recordando nuevamente lo que había pasado después, luego hable dudoso —Algo así...

—¿"Algo asi"?— La pelirroja levantó una ceja y se acerco para sentarse a mi lado en la cama.

—No te voy a contar— dije con dureza y se cruzo de brazos.

—¿Por qué?— Porque ni yo mismo entendía lo que había pasado, ni lo que había pensado y mucho menos lo que había sentido. Llevaba años sin pensar en eso, incluso despues de darme cuenta que luego de ese día volvía a ocurrir una y otra ves. Quizás me había vuelto demasiado consciente de ella —Dijiste que aceptabas el trato de decirmelo todo.

—Acepté bajo mis reglas— tomé de la cerveza que tenía en la mano —Y te dije que solo sería por hoy, así que no te emociones mucho con saber más historias —hice una pausa y solté un resoplido con molestia— Ni si quiera sé que ganas con ésto— volví a dar otro trago y sentí su mirada fija en mi, la ignore tomando el celular y abriendo los mensajes de Antony insistiendo en lo del juego.

—¿Eso es algún tipo de sistema de defensa?— levante la mirada sorprendido.

—¿De qué hablas?

—Llevo un tiempo notandolo. Cuando algo te incomoda o te inquieta, tu personalidad se vuelve más arizca y malhumorada. No se si lo haces a propósito pero pretendes ser un chico malo para empequeñecer lo que te preocupa— frunci el ceño con sorpresa y confusión, Maria había dicho algo parecido en el pasado y escucharlo nuevamente me hacía cuestionarme algunas cosas. Vanessa me miro con pasiencia, luego sonrió victoriosa —Parece que dí en el clavo.

—Ni pienses que es algo importante—  dije con desprecio y la pelirroja puso los ojos en blanco. Mi celular vibro y encontré otro mensaje de Antony preguntando por mi respuesta, suspire cansado de su insistencia.

—¿Quien es?— observó mi celular con curiosidad y lo apague impidiéndole ver algo.

—Alguien del grupo— solté indiferente y me terminé la cerveza, me pare de la cama para buscar otra pero se habían acabado, así que llamé a la recepción para que trajeran otra caja a mi nombre.

—¿Entonces no me vas a contar que paso al final?— Se acomodo en la cama y yo me reviste contra la pared mirándola con los brazos cruzados.

—Te dije que no ya.

—Hablo del juego— rió —¿Como terminó ese juego?

Miré hacia la ventana, hacia la nocturna imagen del bozque. Recordé el fatídico día.

—Perdimos— solté —Ni si quiera nos acercamos a ganar— devolví la vista a la pelirroja— Parece que mis presentimientos no son tan falsos después de todo.

—Más bien parece que no seguiste para nada el consejo de Maria— giró los ojos.

—Yo deje bien claro que no lo haria.

Vanesa negó con la cabeza mientras se golpeaba la frente. Luego suspiró y casi al instante tocaron la puerta, llamando la atención de los dos. Ella se puso de pie y caminó al blanco pedazo de madera, abrió con lentitud y un chico con el uniforme del campamento la saludó.

Solo Tú (DESCONTINUADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora