Capitulo 32: Solo Eres Una Niña.

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Flashback

Moví los pies de arriba a bajo mientras los dejaba colgar en lo más alto del pequeño muro que separaba el marcador de la cancha de fútbol. El equipo completo corría de un lado a otro en el entrenamiento mañanero. Las porristas tenían el día libre asi que me podría permitir estar ahí mirando todo el tiempo que quisiera.

El entrenamiento parecia eterno pero de alguna forma era lo suficiente entretenido como para tenerme observando por más de una hora sin siquiera aburrirme un poco.

Aunque siendo sincera, el entrenamiento no era presisamente lo que me parecía interesante. Sino ese chico de mirada distante y aires rebeldes que por alguna razón no podía desaparecer de mi vista.

Andy.

No sabía en qué momento se había vuelto así, pero ya no podía detener mi curiosidad hacia él. Era como un imán, que sin darme cuenta me atraía más y más.

Quizás era su aura misteriosa y desconocida que no podía evitar llamar ni atención y curiosidad. Quizás eran sus ojos solitarios que por alguna razón me parecían tristes. O quizás era esa personalidad fría y poco interesada que definitivamente ocultaba algo más profundo y magnífico de sí mismo.

Sabia que lo poco que conocía de él no era suficiente, sabía que debajo de sus palabras crueles y malas miradas había algo más, y estaba convencida de querer conocer todo lo que él se empeñaba en ocultar.

Ya había conocido su amabilidad y me negaba rotundamente a aceptar que no había sido auténtica. El hecho de que nunca más haya sentido esa parte de él no quería decir que no estuviera aún ahí.

Me mordí al labio ahogando un suspiro frustrado. Quería entender lo que pasaba por su cabeza pero no era nada fácil. Si no confiaba o se abría a mi jamas podría acercarme a lograrlo, y era frustante saber que no tenía idea de como hacerle entender que podía confiar en mi.

¿Que puedo hacer?

El entrenamiento acabó y con él mis pensamientos distraídos. Noté a los del equipo dispersarse, mientras algunos iban hacia las duchas los otros se juntaban en un grupito en el centro del campo hablando de algo.

Andy era parte de ese grupito y aunque no estuviera hablando parecía  interesado en al menos ser parte de la conversación. Sonreí para mí misma feliz de verlo por primera vez interactuando con alguien más por si mismo, normalmente era yo la que medio lo obligaba a salirse de la zona de confort que siempre lo mantenía alejado de todo el mundo.

Me bajé de un salto del muro y comencé a caminar hacia el grupo. Cuando me quedaban pocos pasos para llegar note a Andy dar un paso hacia atrás y girarse algo inquieto. Lo observé confundida pero no detuve mi caminar hasta que él se percató de mi presencia.

Sus ojos fueron a los míos provocando inmediatamente un raro tirón en mi pecho. Al verme sacudió la cabeza inquieto y sus mejillas por alguna razón se mancharon de un suave color rojo.

Era la primera vez que lo veía poner ese tipo de expresión y debía admitir que así sonrojado se veía muy tierno y lindo. Todo lo contrario a lo que estaba acostumbrada a ver en él.

Continúe acercándome y Andy reaccionó ante eso. Aún más nervioso y espantado. Camino hacia mí y se detuvo justo en frente I pidiéndome el paso.

—No te acerques más— dijo con tono alarmante.

—Pero quiero saber de que hablan.

—No tienes que saberlo.

—¿Por qué no?

Lo miré en espera de una respuesta que me convenciera. Andy me miro desconcertado y tras unos segundos de estar en silencio soltó un suspiro en rendición.

Solo Tú (DESCONTINUADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora