Capitulo 13. Idiota/Tonto

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Abri los ojos con lentitud, notando que las cortinas estaban abiertas y por lo tanto la luz del sol caía en mi cara. Gemi dándome la vuelta y tapando mis rostro con la almohada. Necesitaba mis 10 minutos extra.

-¡De pie, bella durmiente!- gritó Yanet dando un salgo en en mi cama, haciendome rebotar soltando la almohada y dejándola caer en el suelo. Lancé una mirada asesina a la rubia.

-¿Por qué me despiertas siempre si yo no entreno?- gruñi con el seño fruncido.

Ella rió sonoramnete y Rebecca apareció por las escaleras con una sonrisa -¿Quién lo diría? Nuestra positiva Mary en las mañanas es toda una malhumorada.

La mire mal -No soy malhumorada- ellas rieron y me dejaron para que me preparara para salir, me esperarían abajo en la sala común.

Gruñi contra la almohada. La noche anterior mis pensamientos no me dejaron dormir bien. Andy y su profunda voz aparecía una y otra vez en mi mente. Se repetían las preguntas. La forma en la que me sentí cuando él recordó algo que me gustaba. Él volvía a acariciar parte de mi frente para arreglar el mechón de pelo y el corazón se me volvía a enloquecer.

Suspiré.

-Hola, dormilona- escuché a Daniel subir las escaleras. Me gire y lo mire, el sonrió -¿Se te pegaron las sábanas?

Gruñi y me tape hasta la nariz con la sabana -Solo quiero dormir- tomé mi peluche de conejito y me acomodé.

-No digas eso- Daniel se puso al lado de la cama y jalo toda la ropa de cama dejándome al descubierto. Me aferré a mi conejito -Vamos, no seas tan floja. Tu no eres así.

Gruñi por tercera vez y el rubio me quito el peluche. Lo mire amenazante -Deja a Lala en paz.

-Si te despiertas y vienes con nosotros al entrenamiento- negué con la cabeza a intenté quitarle a la pequeña de las manos pero él la subió por encima de su cabeza a una altura que ni dando el mejor de mis saltos alcanzaría. Maldita enanes-Ni lo intentes. No llegaras jamás- dijo burlon y me puse de pie en la cama saltando a orcajadas sobre su espalda.

El chico rió mientras yo intentaba quitarle el pequeño peluche. No logré mucho. Daniel no sólo era más fuerte, sino que más alto y ágil. Los tiempos habían cambiado bastante.

-Ya rindete- dijo entre risas poniendo el juguete lejos de mi alcance. Mi respiración estaba agitada, pero no me detuve. Me sostuve de su cuello con fuerza intentando recuperar a mi pequeña, pero eso no daba resultado.

-Ya, esta bien. Me cambiare y bajaré- dije en modo rendición. El rubio sonrió y me dejó bajarme. Lo mire mal -¿Feliz? Ahora dame a Lala.

Extendí la mano y el me miró juguetón -¿Por qué cuidas tanto de un peluche de un conejo? ¿No estás mayor para eso?

-Es un regalo de alguien especial- dije y su rostro se puso tenso. Aproveche su distracción y le quité a la blanca conejita de las manos. Caminé hacia la cama y la deje ahí -Mi papá la ganó para mi en una feria.

-Oh, no lo sabia- dijo con tono aliviado -Eres muy cercana a tu padre ¿no?- dijo inocente y mi corazón se contrajo. Dos días seguidos hablando de mi padre resultaba demasiado duro para mi.

-Si. Me voy a cambiar, esperame abajo porfa- mandé poniendo la mejor de mis sonrisas, él me miró algo confundido por mí rápida respuesta pero no dijo nada y obedeció.

Intenté no pensarlo, me bañe y me cambié de ropa. Daniel era mi amigo, en esos días nuestra amistad se había reforzado mucho, los tres años parecían no haber pasado y podíamos ser igual que antes el uno con el otro. Pero sabia que hablar de mi padre con él no era buena idea. Nunca antes lo habíamos hecho así que él no tenía idea de la relación o las csoas que habían pasado con mi papá. Ese hombre era mi héroe, mi maestro, mi amigo y mi esperanza. El único problema con eso era que ya no estaba ahí para mi.

Solo Tú (DESCONTINUADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora