Capitulo 31: Es Hora De Despertar, Dormilón.

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Volver a la fogata fue básicamente ignorar todo y hacer como si no hubiera pasado nada. Nos sentamos con los demás y entonces fue como si no estuviéramos sentados juntos. No volvimos a hablar y ni nos miramos. Era como si el otro no existiera, siendo quizás así como Andy quería que fuera.

Mentiría si dijera que solo ignoré todo e hice como si hubiera perdido la  memoria, habria sido más facil asi pero me era meramente imposible.

Ahora tenía más confusión y frustración en la cabeza. Las preguntas no paraban de surgir y estaba desesperandome un poco por no conseguir ninguna repuesta.

No podía entender porqué Andy no terminó con todo y me alejó de una vez. Se lo había puesto fácil y aún así no lo había hecho. ¿Por qué no me miró a los ojos y me dijo que me odiaba? ¿Por qué?

Las cosas habrían sido mas fáciles si todo terminaba ahí, al menos tendría una razón válida para rendirme y obligarme a dejar de sentir lo que fuera que estuviera sintiendo.

Todo habría sido más fácil si tu voz no hubiera sido tan triste y si tus manos no me hubieran dado tanta calidez. ¿Por qué simplemente no lo dejaste asi? No me rompas y después me trates con esa suavidad.

A las 3 de mañana Antony nos soltó y la verdad es que solo nos dimos la espalda y cada uno fue por su camino, nuevamente fingiendo ser completos desconocidos.

Era mejor así, o al menos fue lo que pensé antes de irme a dormir.

Me acosté en mi cama y cerré los ojos suspirando para al menos intentar relajarme y dormir bien. Mañana sería otro día, y quizás las cosas saldrían mejor. Quizás tendría suerte y no sentiría ese vacío abrumador.

—No voy a preguntar de qué hablaron pero por lo que veo en tu cara no fue una conversación agradable— La voz suave de Rebecca se escucho al otro lado de la habitación, sacándome de mis pensamientos y haciéndome mirarla. Estaba encima de su cama con las piernas cruzadas y la mirada fija en mi.

Me senté y le di una sonrisa triste —¿Tanto se me nota?

Ella sonrió y se puso de pie para caminar hacia mí. Se sentó en la cama y me tomó la mano mirándome con suavidad. Soltó un suspiro antes de hablar.

—Andy puede ser un imbecil, y eso todo el mundo lo sabe. Desde siempre ah sido distante, frío, un poco cruel y malhumorado. Él es el tipo de persona que aleja y lastima a la gente sin importarle una mierda. O al menos eso es lo que siempre habíamos creído, que él era un imbecil porque sí— soltó directa —Pero entonces llegaste tú, con tu sonrisa radiante y tu energía a tope. Capaz de demostrarnos que quizás estábamos equivocados.

Dijo provocando una nostalgia maligna en mi, ya no sentía que eso fuera verdad. Baje la mirada desanimada pero ella me tomó del mentón para obligarme a mirarla.

—Tu fuiste la única que se negó a aceptar que él era así porque quería, y fuiste la única que pudo acercarse lo suficiente como para darse cuenta de que tenías razón. Andy no era ese tipo que parecía odiar el mundo, en relidad era un chico normal que le gustaba el basquet, las hamburguesas y jugar por horas un videojuego con sus amigos. Tu fuiste la única capaz de ver a travez de su caparazón y notar gran parte de su verdadero yo. No titubeaste y fuiste capaz de sacar sus sonrisas más sinceras como nadie jamás pudo— tomó bien mi mano y suspiró mirándola mientras una sonrisa se dibujaba en su cara —Una vez dijiste que él actuaba como chico malo a propósito. Y aunque en el momento no entendí que quisiste decir, hoy no lo puedo ver más claro.— levanto la mirada y me miró con intensidad —Y lo digo en serio, nunca lo pude ver más claro.

—¿De qué estás hablando?— frunci el ceño sin saber qué pensar de sus palabras.

—Él está actuando como un chico malo a propósito, justo ahora— aseguró mirándome con fuerza y sorprendiendome en el intento ¿Que? —No puedo decirte como lo sé, pero estoy segura de ello. Y creo que más que nunca tu eres la única que podrá saber y comprender que es lo que está pasando. Después de todo, la barrera de Andy sólo se ha roto por ti. Haz sido la única capaz de atravesarla y de poder ver lo que nosotros no vemos, lo que él no quiere mostrar de sí mismo. Y ahora mismo, hay muchas cosas que él no quiere mostrar.

Solo Tú (DESCONTINUADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora