Capitulo 3. Te Gusta....

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—¡Chicos, chicos!— La voz chillona de Yanet me despertó y volví a esconder la cara bajo mi almohada. —Tienen que ver esto. ¡Despierten ya!

—¡Oye loca deja de gritar!— alzó la voz Elliot y luego boztezó —¿Que haces despierta a estas horas? ¿El entrenamiento tonto de ustedes empieza a las cinco o que?— escuché un golpe y reí, ojalá haberla visto golpeandolo, hilarante como siempre.

—¿Que diablos pasa?— Sentí la voz adormilada de Antony y levante la cabeza asustado ¿Que hora es?

—Solo miren.— musitó con entusiasmo mostrando un sobre negro en su mano. La mire sorprendido y me senté en la cama bostezando.

—¿Una carta negra?— preguntó confundido Michel desde el segundo piso. Mire hacia arriba y estaba apoyado en la baranda con Andy bostezando al lado. —¿Por qué nos darían una carta a nosotros? Normalmente la primera semana solo le llegan a los nuevos.

—Por eso era importante— murmuró la rubia —Se que no es normal y por eso me apresure tanto. Esta carta es el destino, y que sea para con nosotros quiere decir algo— dijo con seguridad mientras Camille, Sarah y Rebecca se asomaban a la puerta. Elliot gruñó.

—¿Destino? El destino me dijo que debía dormir hasta las siete de la mañana y mi reloj dice que falta mas de media hora para eso— se quejo el castaño y volvió a taparse con las sábanas.

—¿Quieren que lo lea o no? Tengo mucha curiosidad con lo que dice— Ignoró las quejas de Elliot y nos miro espectante mientras sacaba la carta del sobre.

—Ya estamos despiertos. Solo hazlo— dijo despreocupado Andy para luego volver a bostezar.

—Ok... No se puede ser valiente sin primero sentir miedo— leyó la frase que cada carta tenía, era algún tipo de pista o el principio de la reflexión. Dio la vuelta a la carta —¿Alguna vez ansiaste tanto algo que tú corazón comenzó a doler? Recuerda tu deseo más doloroso y dejalo en lo más alto.

—¿Eso es todo?— pregunto Antony con desepcion caminando hacia ella.

—Pues si... Oh, tiene un bambú pero no se que significa— tendió el papel a Antony y este se razco la nuca pensativo.

—En Japón las personas escriben sus deseos para ciertas ocasiones en papeles y los ponen en las ramas del bambú, mientras más alto se ponga se dice que tienen más posibilidades de que se cumplan— murmuró Andy aún adormilado. Lo miraron sorprendido —¿Que? A cierta persona le encantaban este tipo de cosas y hablaba de ellas todo el rato— dijo con molestia. Cruze los brazos enojado, era obvio que esa persona era Mary, más de una vez me había hablado de la cultura japonesa, le fascinaba. Miré de reojo a Andy. Si te molestaba tanto ¿por qué lo recuerdas tan bien?

—¿Entonces hay que poner nuestros deseos en lo más alto de una planta de bambú?— alzó una ceja Elliot sentándose.

—¿No escuchaste o que?— Rodó los ojos Yanet —No es un deseo cualquiera. Tienes que buscar en tu corazón tu deseo más doloroso— Elliot la miro desentendido.

—¿Y como voy a saber eso?

—!Ahg no se! ¿Nunca haz deseado algo que te haga sentir triste? En tu retorcido corazón debe haber algo doloroso.— El castaño la miro mal y Camille se acerco a su cama en silencio, la miro espectante.

—Debes tener algún recuerdo de algo que alguna vez deseaste con tantas ganas, que al ver que no lo obtenias tu corazón dolía— la mirada de Elliot se suavizó.

—¿Tú tienes un deseo así?— el tono de su voz era suave, posiblemente porque no quería herir los sentimientos de la pelirroja con una mala pregunta. Camille bajó la mirada y luego puso una sonrisa triste.

Solo Tú (DESCONTINUADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora