Capitulo 6. Dolor En Papel

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Luego de media hora de juego reñido, había olvidado lo bueno que era Antony en esa área y ya me estaba cansando del empate. Maldije para mis adentros mientras intentaba dar todo para ser mejor y ganarle de una vez.

—¿Te acabas de enterar de algo así ahora? Esa ley lleva años en el campamento— escuché a mis espaldas la voz de Camille, mientras se sentían sus pasos y los de alguien mas acercarse.

—Te digo que no tenia idea. Pensaba que se podía hacer— habló Sarah con tono angustiado.

—Lleva más tiempo puesta de lo que crees— dijo Camille con burla. Se sentaron en el sofá del lado de Antony, llamando su atención por unos segundos.

—¿De qué hablan chicas?— preguntó el peli negro con tranquilidad cuando empezó una pausa en el juego, dejándonos descansar por unos minutos. Las chicas lo miraron y Camille habló.

—Parece que cierta persona no sabía que está prohibido para las chicas salir de las habitaciones después de las 10 de la noche— ¿Que? La observé sorprendido, yo tampoco tenía idea, y me senti algo raro al no estar enterado de eso.

—Esa ley lleva más de 10 años vigente, estás un poco atrasada Sarita— rio el peli negro y la castaña lo miro mal.

—No puedo creerlo. Siempre vi a alguna chica romperla sin ningún problema. Incluso alguien tan responsable como Mary la rompía a diario. Era imposible para mí creerla — se quejó cruzando los brazos y quede anonadado. ¿María que? Miré  a Antony y me devolvió la mirada confundido.

—¿Que pasa? Parece que viste un fantasma— Río burlon y al no ver cambio en mi expresión levanto una ceja con confusión. La pausa del juego terminó y sin pensar continuamos jugando.

—Lo que acaban de decir...— baje la voz y sentí solo la mirada de las chicas, pero sabía que Antony me prestaba atención. —¿Es cierto?

—Pues si, la ley de no salir de la habitaciones es algo real— habló dudosa Sarah y Camille se aclaro la garganta.

—Y lo de Mary también. Ella era consiente de esa ley y aún así la rompía casi todas las noches— sentí algo de inquietud, si eso era verdad entonces significaba que... —Ella rompía la ley para ir a donde estabas tú— levante la mirada a la pelirroja, sintiendo un nudo en la garganta. ¿Acaso sería eso cierto? Aquella niña tan recta y obediente era capaz de romper alguna regla por.... ¿mi?

—¡GOL!— Se levanto de golpe Antony exaltandome por completo. —Ni si quiera estabas mirando— rio con fuerza y comenzó a festejar con un baile raro. Lo mire y devolví la mirada a la pantalla, abrí la boca incredulo, había perdido, justo en los últimos cinco minutos.

—No estaba prestando atención. No se vale— me quejé poniéndome también de pie.

—Ya perdiste— Se puso las manos en la cintura con orgullo —Aparte no fue mi culpa que te desconcentraras— miro a las chicas y sonrió sospechosamente —Ni de ellas.

La pelirroja y la rubia mostraron una sonrisa cómplice y sin entender nada comencé a discutir con Antony, negando por completo esa derrota. Pero ya era tarde, el chico no parecía estar dispuesto a jugar otra partida y perder lo que según él, le había costado tanto: que yo fuera delantero en el juego.

Suspiré en rendición y no tuve más salida que aceptar, después de todo ese era el trato. El rostro de Antony se iluminó por completo y comenzó a gritar como loco "Vamos a ganar, vamos a ganar"

Solo Tú (DESCONTINUADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora