Solo Tú (DESCONTINUADA)

Capitulo 34: Así No Me Sentiría Rota.

—Esto es ridículo, ¿cómo pudiste aceptar algo así?— Daniel me reprendió mirándome con enojo, era más que obvio que no estaba feliz de mi castigo voluntario.

Me acomodé en la banca de las gradas incomoda por la voz y los ojos furiosos que me pedían explicaciones de lo sucedido. Al parecer Daniel se había saltado el entrenamiento solo para venir a discutir conmigo con toda la furia que tenía acumulada desde que había nacido.

—Tuve que hacerlo.— dije subiendome de hombros. Daniel me miró estupefacto.

—¿Pará qué? ¿Para volver a acercarte, ilusionarte y que te rompa el corazón? ¿Acaso eso es lo que quieres? No pensé que fueras tan masoquista.

—Claro que no, Daniel.— lo mire mal —Ya estás poniéndote muy paranoico. Solo quería comprobar algunas cosas que no me dejaban continuar mi vida como si nada.

Daniel bufo sin comprender nada, se puso de pie y se paso la mano por el rostro con frustración.

—¿Combrobar que? ¿Que es un imbecil? Pensaba que eso ya lo sabias.— me miró firme.

Frunci el ceño desconcertada con sus palabras, cada vez estaba siendo más irreconocible.

—Ey, ya basta, te estás pasando. ¿Por qué tanto enojo? Solo es un maldito reto, por dios.

Daniel negó con la cabeza en mi dirección —No, no es un maldito reto y lo sabes. Solo estas siendo terca y estas volviendo a lo mismo de siempre, al lugar donde lo único que obtienes es daño. ¿Cómo quieres que no me enoje si tu misma estas corriendo hacia el fuego?

—No estoy corriendo hacia ningún lado.— me puse de pie mirándolo estupefacta —Sácate de la cabeza que todo lo que tiene que ver con Andy va a hacerme daño. Es mas, en estos dos días ah tenido oportunidades de hacerlo y no lo ah hecho ni una vez.

Daniel bufo casi ofendido.

—¿Y quién te asegura que no lo hará? Solo han sido dos días, Mary. Quizás no sea hoy, quizás tampoco mañana, pero de la misma forma en la que te dañó en navidad sin que sospecharas nada lo volverá a hacer y tu serás la única que terminará mal.— se llevo la mano al pecho —Como tu mejor amigo y como una persona que te conoce bien sé que incluso así vas a volver a él una y otra vez hasta que ya destruya todo lo que hay en ti. Y no puedo permitirlo. Solo estoy protegiendote.

Suspiré hacia un lado ya cansada —Quizás ese es el verdadero problema, Daniel. Que piensas conocerme perfectamente y te crees el único que sabe lo que es mejor para mi. Pero no, no es así. Yo soy la única que puede decidirlo, y esta es mi decisión, aceptala.

Hablé con una firmeza y un enojo que me sorprendió a mi misma. Pero no podía dudar, tenía que dejarle claras algunas cosas antes de que continuara con esas estupideces. No quería continuar con eso, sabía que no llegaríamos a ningún lado.

—Me voy, y no voy a discutir más de esto si no refrescas tu maldita cabeza.

Tomé la botella de agua de la que estaba tomando antes de que él llegara, dí media vuelta y me fui con pasos firmes toda digna.

Entendía el punto de Daniel, de protegerme y eso. Pero no podía permitirle mandar en mi vida y decidir lo que estaba bien o mal para mi. Y mucho menos cuando estaba tan ciegamente convencido de que estaba haciendo lo incorrecto. ¿Tan poca fe tenía en mi?

Él y su estúpida filosofía de que algo como creer en Andy solo iba a hacerme daño. Sus problemas absurdos con Andy estaban llegando demasiado lejos y ya estaban comenzando a hartarme.

Las escusa de "Andy es malo y sabes que por eso siempre terminará haciéndote daño" ya no tenia sentido. Andy solo era Andy, el mismo chico bilopar que no tiene idea de como controlar o entender lo que siente. Alguien con quien Daniel muy pocas veces habia intentando interactuar. Era obvio que su forma de verlo fuera algo negativa ya que ver sus partes buenas no era tan fácil, pero aún así eso no era escusa para toda la repulsión sin sentido que el rubio tenía.