Solo Tú (DESCONTINUADA)

Capitulo 8. Sonríe

Narra Maria Hill

Dos semanas antes del juego.

Lonley Together sonaba en la radio del auto. Mamá manejaba serena mientras me llevaba al centro comercial.

Pasamos frente a una pastelería y mire con asombro el nuevo diseño del lugar, había sido remodelado hace poco y se notaba la gran mejora.

—¿Quieres que te compre algo antes de dejarte?— preguntó sonriente al notar mi vista clavada en el local. Voltie a verla y sintiéndome la persona más feliz del mundo, acepté.

—Flan de vainilla— mi madre rio sonoramnete.

—¿En serio vas a desperdiciar la oportunidad de comprar lo que quieras en la pastelería nueva, con un flan de vainilla?

—¿Desperdiciar? Para nada, si el flan de vainilla es delicioso— hablé con seguridad y su sonrisa se ensanchó.

—Okey— Dimos la vuelta y estacionó frente a la cafetería. Luego tomó su bolso en los asientos de atrás y me dio algo de dinero —Solo el flan— me miró con desconfianza —Que te conosco.

Acepté con una risita y salí del auto lo más rápido que pude. Camine a la tienda y entré mirando curiosa los colores pastel que ahora adornaban el lugar.

Pasé frente de los dulces y sentí muchas ganas de probarlos todos, se veían realmente deliciosos. Pero estaba consiente de que en esos momentos solo podía comprar uno de ellos, y ese definitivamente tenía que ser un flan de vainilla.

Volví entusiasmada al auto con mi compra lista. Al sentarme en el asiento delantero mi madre puso en marcha de nuevo el auto, con una sonrisa en la cara y volviendo a subir la música de la radio.

Llegamos al centro comercial y nos despedimos. Baje del auto y caminé hacia la entrada, donde divise a mis amigos. La chica, Cloe, parecía divertirce mientras hablaba burlona con el chico. Sam la intentaba apartar, pero al tener un brazo enyesado apenas y podía mantenerla lejos.

Rei al ver esa escena, jamas me cansaria de ella. Me acerque en silencio y Cloe sin notar mi presencia continuo con su cometido.

—Déjame escribirte algo. Te juro que será bonito— dijo insistente y el chico negó con la cabeza.

—Si no es un "Lo siento mucho por romper tu brazo. Sam eres genial y yo  Cloe, una tonta" no te permitiré nunca poner nada ahí.

—No voy a escribir algo tan estúpido — habló molesta y se cruzo de brazos —Aparte, yo no lo rompí. Se quebró porque eres un debilucho.

—No, se quebró porque estas gorda. — aclaró él y la castaña lo miró ofendida —Yo te quería salvar y así me pagas— señaló su mano enyesada y Cloe función el ceño.

—¡Jodete!— se dio la vuelta y al verme me tomó del brazo —¡Ahora quedate solo!— y asi me jaló lejos del peli negro, entrando al centro comercial.

La mire en silencio y note que se veía realmente molesta.

—¿Estás bien?— me detuve en seco y se volteo enojada.

—Los chicos son un asco— cruzo los brazos y miro el suelo algo triste —En serio quería disculparme. Pero él termino estropeado todo como siempre.

—No pongas esa cara— le sonreí y apreté sus mejillas —Sabes que está molesto porque no puede ir a patinar ahora. Solo dijo eso porque está frustrado. Él sabe que no fue tu culpa.

Cloe suspiro y bajo la mirada, luego la subió y repitió esa acción unas dos veces más.

—¿Por qué estás tan linda hoy?— sonrió con una ceja subida.