26. Resaca (parte 2)

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Brian quedó en silencio sin saber que decir.

Roger volteó rápidamente y se vio en el espejo, él sabía muy bien que su aspecto no era muy masculino y muy en el fondo eso le causaba inseguridad. Siempre batallaba con que lo confundieran con mujer o molestaran por sus rasgos finos.

Y estar ahora con aquella lencería de mujer frente a su mejor amigo le hizo sentir realmente cohibido; sin embargo no tenía tiempo de pensar demasiado las cosas y armarse un drama en su cabeza; ya que un extraño sonido provino de su estómago, que lo hizo agarrarlo al instante, apenas lo escuchó supo claramente lo que iba a pasar después.

No esperó la respuesta de Brian y salió corriendo con ambas manos en la boca hacia el baño, cayendo abrazándose al inodoro, seguido de vomitar todo con fuerza.

Brian, que se había quedado en el cuarto, al principio no entendió lo que Roger hizo pero cuando escuchó el "¡BRUAG!" proveniente del baño se alarmó y fue corriendo hacia este. Viendo a su mejor amigo con media cabeza metida en el retrete.

Se sentó a su lado y acarició su espalda. Le quitó el ligeramente apretado bra y lo botó hacia un lado del baño y empezó a frotar su espalda, además de recogerle el cabello.

—¡No vuelvo a tomar carajo! —gimoteó aferrándose al inodoro temiendo volver a hacerlo.

—Sabemos que no es cierto Rog—se lamentó Bri con voz serena mientras seguía acariciando su espalda; aunque su principal objetivo era calmarlo, indirectamente tenía una doble intensión y esa era poder sentir lo más posible su suave y tibia piel con las manos.

—¡Lo sé!—lloriqueó.

Después de haber echado toda la borrachera de la noche anterior por el retrete, Roger se levantó temblando y se limpió la boca. Completamente avergonzado de estar vestido apenas en bragas y encima haber vomitado en el retrete de su amigo. Intentó no verlo y solo fue al lavamanos para echarse agua.

Narra Brian.

Pobre Rogie. Es completamente ignorante del hecho que cada vez que se mueve con únicamente esa pequeña braga, cubriendo apenas lo necesario de su cuerpo, me mata...

¡Y es horrible! ¡Soy un asqueroso pervertido, por la mierda!

Pero verlo apoyado en el lavamanos, agachado ligeramente para lavarse la cara causando que alce sus caderas y deje ver más de él...¡Es imposible que mi maldita mirada automáticamente no gire hacía él!

—Bri—Roger y yo cruzamos miradas a través del pequeño espejo del baño—¿Podrías dejar de verme el culo por favor? Soy tu mejor amigo por dios ¿¡Crees que soy mujer o que!? ¿O acaso te gusta verme semidesnudo?

—L-lo siento...

Mis mejillas empezaron a arder espantosamente y por fin aparto la mirada de su cuerpo para salir del baño.

Al hacerlo me tiré en mi cama y cubro mi rostro con una almohada para ahogar un grito de frustración pura.

¿¡Porque no puedo disimularlo bien!? Ahora está enojado conmigo ¡¿Si empieza a sospechar nuevamente?! Todo sería tan fácil y normal si él no fuera hombre o de lo contrario que yo sea una mujer. No me juzgaría tanto ¡Sería lo normal! Pero no, debo ser un maricón que acaba de descubrir que está enamorado de su mejor amigo.

No puedo tomar tal riesgo de explicarle que me siento atraído a él. Hay tantas posibilidades y solo una de varias es positiva; no podría soportar su rechazo, a pesar de todo es mi mejor amigo y prefiero sufrir por un amor pasajero que por perder una verdadera amistad.

Al desnudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora