44. ¿Realidad?

1.1K 94 150
                                        

Después de un rato muy incómodo de Roger echándome una pomada para los golpes, se fue para preparar un poco de té. En ese momento que me quedé solo, tomé mi libreta y la hojeé un momento. Sin embargo, hubo una anotación que no recordaba haber visto...Mierda...

"Almuerzo con mis padres, Hampton"

Entre tanto ajetreo de casi morirme por una contusión cerebral gracias a mi caída, olvidé por completo que hoy debía almorzar en casa de mis padres...carajo. Tengo demasiadas cosas en mi cabeza ¿¡Como pude olvidarlo!?

—Roger no me mates, pero debo irme de inmediato—dije levantándome de golpe, noté que traía en sus manos una bandeja con dos tazas de té. Me miró sorprendido, casi ligeramente indignado, y dejó la bandeja sobre un mueble.

—Qué mierda ¿saldrás en ese estado? No me digas que irás en búsqueda de Chrissie para disculparte. Ella puede esperar, si vas así probablemente ni vayas a pensar bien las cosas que vayas decirle; además, no preparé ese té que pediste por las puras—me miré en el espejo por un momento en lo que cerraba mi camisa, mierda estas ojeras me hacen parecer un mapache atropellado. Su ultima frase me hizo sentir peor de lo que ya estaba, cuando volteé a verlo noté que su rostro parecía el de un cachorro abandonado.

—¿Qué? ¡No! No iré con ella—dije rápidamente, sonrojándome un poco, en lo que me ponía los zapatos a tropezones. Cada movimiento que daba era como un ladrillazo a mi cabeza—¡Perdóname! Hoy quedé en almorzar con mis padres y lo olvidé por completo porque soy un imbécil.

Roger tomó una taza soplando un poco para tomar un buen sorbo, hasta que se detuvo y agrandó los ojos—¿Harold y Ruth? Oh vaya, entonces si estás jodido—vi de reojo como dejó la taza de lado y traía mi chaqueta mientras la limpiaba, para luego ayudarme a ponérmela

—Tus palabras de apoyo siempre son apreciadas, Rogie—rodé los ojos dejando que me ponga la chaqueta y me la arreglé en el espejo junto con mi camisa—Aprovecharé en contarles lo del álbum...

—Solo soy sincero Brimi, nadie quiere ver a sus padres después de una resaca de tal magnitud; pero si le vemos el lado positivo, al menos los tuyos aun te hablan. —dijo terminando de cerrar algunos botones de mi camisa—Aunque la idea del álbum me parece genial, al final, fue tu padre quien te ayudó a crear esa guitarra, deberá sentirse orgulloso de que su hijo vaya usarla para algo de provecho...—después de terminar aquella oración noté el ligero desasosiego en su mirada.

Esas últimas palabras me dejaron intrigado y preocupado ¿En qué momento él dejó de hablar con sus padres? Quise preguntarle, pero en todo el ajetreo mis piernas se movían solas, apenas pude agarrar la taza de té y me la tomé de golpe

—¡Cuidado que está...!—Roger hizo una mueca al escuchar el grito de May tras haberse zambutido de golpe el contenido de la taza—...caliente

Parecía un perro deshidratado jadeando y sacando un poco la lengua ¡Mierda como quemaba!

—Vamos hombre, ve antes de que sospechen que te vas por la mala vida—dijo con clara ironía, pero apenas tuve tiempo de despedirme antes de que me sacara de ahí prácticamente empujándome. Me sentí extraño, a decir verdad, que me sacara de esa forma, ni siquiera se despidió. Rasqué mi cabeza, aunque apenas pude hacerlo por el matorral de rizos que llevaba. Había tantas dudas y tan pocas respuestas. Aunque claro, también el espantoso ardor en mi lengua me impedía identificar bien las cosas. Todo pasaba tan rápido.

Cuando apenas entré en mediana razón me encontraba afuera de su casa con él gritándome—¡Ve rápido y trata de no morir en el camino!—hizo una seña con su mano para despedirse antes de cerrar la puerta.

Al desnudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora