27. Solo fue un beso

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Mary esperó pacientemente a que acabaran, no tenía claro que iba a decirle. Tampoco debía preocuparse, su amor era reciproco. Freddie la amaba a ella, tanto como ella a él, y no a nadie más y menos a un chico; sin embargo no podía negar que a veces le quedaban las dudas de si su novio era bisexual o al menos sentía cierta atracción por el sexo opuesto, debido a sus acciones y ademanes que tenía.

Aunque con John las cosas eran distintas. Al instante sintió un pequeño repelús hacia él, queriendo echarle la culpa a este y que su novio solo estaba inconsciente, muy en el fondo quería pensar que aquel beso solo era la tensión del momento combinada con la borrachera de su pareja y amigo.

Aunque para la rubia pareció una eternidad, el beso apenas duró unos segundos. Unos segundos tensos para la joven Mary; pero sorprendentes, misteriosos y reveladores para John.

Narra John

A los segundos me separé de él. Apenas rocé sus labios por tiempo tan corto e insignificante a simple vista pero a la vez tan extraño...eran como los de una dama, colorados y suaves. Se nota que se empeña en cuidarlos...a pesar del agradable asombro inicial este se tornó abruptamente en remordimiento total.

¿¡Que acabo de hacer?!

¡Esta aflicción en mí! Besé a mi amigo ¡Que ya está comprometido!

Esto está mal, muy mal. ¡É-él tiene a Mary!

Unos pasos me sacaron de mis pensamientos, se puso delante de mí, hablando de la reina de Roma...

—¡Deaky! Despertaste. Me alegro ¿Quieres algo para beber? Puedo hacerte un té debes sentirte afectado por la resaca—ofreció cálidamente.

Su carácter tan amable y servicial solo me hace sentir peor y ese retumbante dolor en mi cabeza solo lo empeora. Era a un más incómodo debido a que Freddie seguía aferrado a mí como un oso koala, sin embargo a Mary no parecía importarle mucho. Solo sonrió.

—Si...creo que me vendría bien—respondo apenado.

—Está bien iré a prepararlo—dijo dirigiéndose a la cocina.

Apenas se alejó sentí como el agarre de Freddie se aflojaba más liberándome porfín. Sus ojos se cerraron con fuerza, debido a la intermitente luz que entraba desde las cortinas, luego lentamente fueron abriéndose. Estaba en silencio mirando a la nada, probablemente procesando todo.

—¡¿J-John?! —Su voz era ronca y confundida, al instante un enorme sonrojo adornó sus mejillas y casi de un salto se alejó de mí, probablemente al vernos tan sugerentemente cerca— ¡Ay mierda, qué horror! Perdóname ¿d-dormí contigo?

Asentí levemente. Freddie se cubrió el rostro y dejó escapar un gimoteo—¡Perdóname John! Yo...no soy el mismo cuando estoy tomado y...nada de lo que pude haber hecho lo hice consciente, ni siquiera recuerdo algún fragmento de la noche...

Creo que el nivel de incomodidad en la habitación era tanta que simplemente ya no podía empeorar, había llegado a mi nivel máximo de vergüenza. Amanecer con resaca, haber roto algo y encima...¡Haber dormido y besado al novio de la dueña de la casa! ¡Dios, soy un insensato!

Pude notar como Freddie después de disculparse volteó hacia Mary, mirándola aún más arrepentido, cual cachorro después de haber sido regañado. Sus mejillas estaban rojas y torpemente logró levantarse para ir donde ella y abrazar su cintura para luego plantarle un beso en las mejilla.

—Amor yo...

—Freddie...ya pasó, hablaremos después, John sigue aquí—susurró con cierto resentimiento. Removía con tranquilidad el té mezclado con algunas cucharadas de azúcar mientras aun recibía los besos de su arrepentida pareja.

Al desnudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora