Al desnudo

2. Un encuentro inesperado

Narra Roger

Me quede viendo a Brian mientras se alejaba.

Debido al frio que hace pongo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta, y me voy por el sitio de siempre. Mientras camino un pensamiento no deja de revolotear en mi mente: Hoy lo note algo extraño.

Es difícil de explicar, pero era como si estuviera fuera de sí. Lo veía nervioso y distraído. Justo ahora le iba a preguntar, pero me dejo con la palabra en la boca ya que tenía que irse a entregar el proyecto ese. Lo cual es aún más raro ya que él es muy serio con eso de su carrera, siempre adelantaba la entrega de trabajos para no estarse complicando como ahora. Además ¿Quién diablos se va caminando a esa universidad a las 6 de la mañana? Teniendo en cuenta que solamente en bus son como dos horas de viaje, no me quiero imaginar cómo será a pie.

Me encogí de hombros- Supongo que eso de estar yendo al estudio a las dos de la mañana, acabar a eso de las cinco y dormir unas tres horas al fin le está sacando cuentas al pobre-pensé en voz alta.

Es decir, es la conclusión más lógica, otra seria que quizá me quiere evitar. Pero no lo creo... O eso espero. Ahora en el almuerzo que tengamos le preguntaré.

Seguí con la idea rondando un rato más por mi cabeza, hasta que me percate que ya había caminado todo el trecho a mi casa y estaba parado como un idiota frente a la puerta. No se por cuánto tiempo estuve así pero espero que nadie me haya visto. Miro a ambos lados. No había ninguna persona. Era de esperarse son las 6 de la mañana. Saco de mi bolsillo la llave y abro la puerta.

Al entrar la poca luz que emitía la calle me permite ver el desalentador paisaje de mi apartamento: Ropa sucia tirada, platos sin lavar, pedazos de comida desconocidos por el suelo. Y lo peor era la basura acumulada de hace semanas ahí, la cual ya tiene fluidos misteriosos asomándose por la bolsa. Una mueca de asco se dibuja instantáneamente en mi rostro.

—Seh... Creo que limpiare un poco, si Brian ve esto nunca más va a querer volver y quizá le salga con el chisme a los demás que soy un puerco y que no me se cuidar solo

Toco el interruptor de la luz para poder ver mejor... no funciona. Intento nuevamente, no sucede nada. Ay porque esta mierda no funciona-toco con más fuerza el bendito interruptor. Hasta que recordé lo que paso...

...—Ah sí, me cortaron la luz por falta de pago—suspiro enojado.

Dejo el interruptor de lado. Cierro la puerta y abro las cortinas. Entró más luz, pero eso solo me permitió ver mejor la dimensión del desastre. Abrumado me desplomo en mi único sillón, el cual ya se sienten los resortes.

—Almenos no estoy como Bri, el pobre deberá estar corriendo como alma que lleva el diablo—pensé en voz alta, me causa gracia imaginarme a Brian corriendo. Él no es alguien de mucho deporte, pero supongo que sus piernas largas le darán más ventaja...

Me quede apachurrado en el sillón.

Mis parpados empiezan a pesar...

Quizá sea mejor...

Tomar una pequeña siesta...

Ya después...

Limpiare...

Roger cayó dormido.

Mientras tanto a unas cuantas casas de distancia Brian se encontraba cual cenicienta lavando todo el cesto de ropa sucia.

Narra Brian

Mierda... las manos ya me duelen por tanto estar restregando, algunas manchas eran casi imposibles de sacar, como la marca de salsa que deje en mis pantalones favoritos. Esos jabones que dicen quitar manchas al instante son una estafa.