Un vistazo al pasado, allá a inicios de 1968
La radio sonaba, bien puesta sobre una mesa de caoba muy antigua, quizás tan vieja como este apartamento. La noche era lluviosa cual típico clima londinense de otoño. Brian sentado en un viejo pero cómodo sillón rojo practicaba una nueva canción que había compuesto, llevaba horas tratando de crearle una melodía que combinara con la letra, aunque había empezado a tomarle el ritmo. La habitación estaba envuelta en un ambiente cálido, con la luz naranja que emitía el foco al centro del dormitorio permitiendo alumbrar adecuadamente todo el lugar. La vieja calefacción en una esquina ayudaba también con el ambiente. El contrastante calor de habitación, combinado con la fuerte tempestad allá afuera, hacía sentir a Brian extrañamente relajado. Su cabello esponjoso caía sobre su rostro mientras se dejaba llevar por el primer compás de la canción que había compuesto, sonrió, había logrado ponerle la melodía que deseó. Suspiró y se quitó la guitarra de encima para agarrar su libro que hablaba del universo. Había un examen importante en cuatro días. Debía dar su respectiva repasada, empezó su relajante lectura sobre el espacio, un infinito sorprendente donde su curiosidad apenas podía saciarse si se metía de lleno en esta única lectura.
Repentinamente esa voz de narrador en su mente se vio interrumpida cual vinilo rayado cuando la puerta empezó a sonar. Era un sonido entre suave pero nervioso. Aquello preocupó a Brian ¿Serían ladrones? No. Ellos no tocan las puertas ¿aunque quién sabe? hay cada maniaco en Londres. Se levantó con precaución y caminó lentamente a la puerta, abrió la cortina de la ventana, era una silueta delgada y algo pequeña, bueno definitivamente todo era pequeño a comparación de él. No parecía una amenaza; y efectivamente no lo era, pero la sorpresa fue tal cuando vio a Roger tiritando de frio en el umbral de su entrada. Los ojos de Brian se abrieron como platos cuando lo vio en ese estado, tiritando, con su hermoso cabello rubio completamente empapado. Brian tragó saliva ¿había descrito a Roger con la palabra hermoso? Apenas fue una pregunta fugaz ya que se borró cuando notó golpes y rasguños en el rostro. Sus mejillas estaban rojas por el frio, tenía solo su mochila y parecía que hubiera llorado. Hacia sonar la punta de su zapato contra el suelo.
—¿¡Roger qué diablos te ocurrió!?
—Un pequeño altercado—dijo nervioso agachando la mirada— por favor, por favor Brian...sé que es muy repentino, pero necesito que me dejes entrar—rogó asustado, aquello solo preocupó más al rizado y lo hizo pasar. Cuando lo hizo Roger dejó caer su mochila y se cubrió el rostro. Brian sin saber que hacer pensó que iba a llorar. Estaba listo para ayudarlo. Pero el rubio solo se quedó así un rato antes de levantar la mirada nuevamente. No había llorado, pero podía percatar que su quijada estaba sobrenaturalmente tiesa
— ¿Tienes algo de tomar, por favor? Vodka, tequila ¿algo fuerte?
Brian no supo que hacer, quedó por segundos enmudecido ante sus palabras y no supo que darle a su amigo. Aunque su desconcierto duró apenas unos segundos ya que rápidamente se puso buscar alguna botella de vino que sus padres dejaron en su última visita y nunca terminó— ¿Vino está bien?
— ¿Tiene más de 10° de alcohol? —preguntó con una voz lastimera, aunque con enormes ojos de cachorrito triste. Aquello sin darse cuenta hizo sonrojar a Brian ligeramente y lo puso algo nervioso sin entender.
—¡Ah! Aaaah...Déjame ver... ¡creo que sí!
—Perfecto, gracias Brian—exclamó con lánguidos ojos verdes mirando hacia la pared. Brian tras su afirmación corrió a buscar unas copas haciendo sentir aún más miserable a Roger—En serio perdóname por haber aparecido de manera tan abrupta en tu casa y molestarte a tan altas horas de la noche, cuando apenas nos estamos conociendo, creo que fuiste la única dirección que recordé en el momento.
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Al desnudo
FanficBrian May está pasando por una etapa confusa de su vida, pues siente que se está enamorando de su amigo y compañero de banda Roger Taylor. Ocultando así sus verdaderos sentimientos por el miedo al rechazo y de perder la amistad de Roger como la de...