1. Así que esto es el amor

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Sin darme cuenta me había quedado dormido. Lo sé porque vi la mancha de baba que deje en mi almohada. Voltee a ver mi despertador y son las... ¿¡una de la mañana!? ¡Carajo, hoy tenía que ir al estudio a las dos! Me levante de golpe y entre al baño lo más rápido posible para bañarme. Si de por si es un asco levantarse en la madrugada por el frio que hacía, peor era cuando tenía que bañarme con el agua helada.

Apenas acabé la tortura del baño salí a cambiarme, al abrir mi cajón me percate que solo tenía una camisa y un par de calzoncillos limpios. Agarre la camisa y unos de los calzoncillos y me puse a buscar un pantalón que almenos pareciera decentemente limpio. Gracias a dios encontré un pantalón negro por debajo de la cama, tenía una pequeña mancha de salsa en la rodilla, pero no importaba. Me puse la ropa, agarre mi Red Special y salí corriendo del cuarto.

Mientras caminaba rápido, sentí como todo el cabello húmedo se me iba a la cara y no me dejaba ver bien, por más que lo apartaba o me lo ponía detrás de la oreja este seguía cayendo en mi cara, así seguí por un rato hasta que me harte y me detuve para buscar algo con que amarrarme, por suerte encontré en mis bolsillos una liga. Me amarré el cabello en una cola y seguí caminando.

Debido a que estaba distraído luchando por mantener en orden mi pelo no me di cuenta que el sitio por donde estaba no tenía casi nada de luz y estaba desierto, además teniendo en cuenta que era de madrugada y para rematar que era un callejón, este no era el lugar más seguro para un universitario. Logicamente me entro algo de temor, por lo que me aferre a mi guitarra y acelere el paso.

Seguí caminando por un rato. Al menos el miedo se había pasado.

Hasta que sentí los sonidos de unos pasos. Intente no prestarles atencion pero cada vez se oian mas cerca. Decidí acelerar los míos.

Pero esos pasos también empezaron a acelerarse hasta convertirse en los de alguien corriendo, me valió todo y empecé a correr como alma que lleva el diablo.

No se por cuánto tiempo corrí pero creo fue lo suficiente como para perderlo de vista ya que cuando parè solo pude escuchar mi respiración agitada.

Ya me estaba tranquilizando.
Cuando siento como unas manos me taparon los ojos.

Desesperado me pongo a chillar y a lanzar golpes al aire. Por reflejo agarro muy fuerte las manos y las aparto de mis ojos, cuando volteo veo llorando de la risa a- ¡¿Roger?! -el maldito se estaba cagando de la risa frente a mí.

Entonces cai en cuenta  que él también vivía por aquí.

—Oh dios mío Bri, chillaste como niña!— dijo mientras se limpiaba las lágrimas. Para luego volverse a reír el desgraciado.

—¡Carajo Roger casi me matas del susto!—Estaba rojo como un tomate y mis ojos estaban húmedos pero gracias a dios no se dio cuenta por la poca luz que había.

—En verdad que sí. Pero tengo que admitirlo eres rápido, por un momento más y te perdía de vista. —dijo mientras se ponía a caminar. Me quede un rato en mi sitio para secarme los ojos sin que se diera cuenta. Roger se volvió a detener.

—¿Vienes o qué?— volteo a verme.

—Ah sí, perdón.

Mientras caminábamos mis nervios estaban a flor de piel y no solo por el teatrillo que arme frente a él. Si no por estar junto a él.

Es decir, no es la primera vez que me regreso con él o algo por el estilo ya que nos tocó regresarnos juntos en varias ocasiones, como vivía cerca, y debo admitirlo era divertido y podíamos hablar de cualquier cosa, como todo par de amigos. Pero justo ahora que estoy dudando de mis propios sentimientos... ¡No sé de qué diablos hablarle! Estoy en blanco y el silencio cada vez se estaba poniendo mas incomodo entre nosotros. Y parece que él también se dio cuenta porque paro de repente y me vio extrañado.

Al desnudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora