~°IV°~

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Cuando Diego observó a la chica salir del armario totalmente aterrada, sintió como su corazón comenzaba a latir con fuerzas. Acomodó su saco con torpeza, creyendo que sus hermanos escucharían el sonido de su alborotado corazón.

—No te preocupes, ya estás a salvo.—Luther se acercó a la chica al ver que Diego estaba congelado.

—¿mis papás...?—

—Están bien, afuera. Los criminales ya fueron aprehendidos.—la chica le dedicó una pequeña sonrisa.

—Muchas gracias, a todos.—

Uno por uno, la chica fue dándole un fugaz abrazo a sus héroes, siendo Diego el último.

—¿t-te l-lastimaste?—el chico se dio un puñetazo interno al tartamudear.

—¿esto?—la pequeña señaló la pequeña cortada que resaltaba en su mejilla—. No es nada, de verdad.—

—Tal vez si la tratas ahora, la cicatriz no será tan notoria.—Allyson se acercó.

—Esta bien, papá siempre dice que una cicatriz, ya sea en la piel o en el alma, siempre nos hará más fuertes.—Diego miraba a la chica con ojos aún más maravillados—. ¿Puedo... volver con mis papás?—

Los hermanos llevaron a la chica con su familia y, tras asegurar que no haya nadie más en el edificio que estuviese en peligro, se retiraron del lugar.

Mientras que para los Hargreeves aquel solo fue un rescate más, el pequeño Diego no olvidó nunca más a la chica con la herida en la mejilla

•○•

—¿A dónde vas?—preguntó Klaus al ver a su hermano salir de la casa.

—No te importa.—

—¿podrías llevarnos a la cafetería de aquí cerca? Tenemos hambre.—

—¿"tenemos"? Diablos, Klaus. Deja de drogarte.—

Sin esperar la respuesta de su hermano, Diego salió del hogar y subió a su auto con rapidez al ver que comenzaba a lloviznar.

•○•

Le tomó apenas unos minutos llegar al cementerio y ubicar la tumba de Eudora, la cual ya no tenía tantas flores como antes.

—Espero que te gusten.—le dejó un ramo de lirios frente a la pequeña placa plateada—. Mamá... las cortó para ti.—

El hombre miraba fijamente como la lluvia comenzaba a mojar las flores, sin notar que alguien se paró a su lado.

—Es algo raro ¿sabes?—Diego dio un pequeño brinco al escuchar aquella voz—. Cada vez que le regalaba flores, ya sea por un cumpleaños o por una celebración cualquiera, Dora me miraba fingiendo enojo y me decía "no quiero flores, las flores son para los muertos"—una risita seca escapó de los labios de la extraña—. Y míranos ahora.—dejó unos girasoles junto a los lirios.

—¿la conocías?—

—Amigas de toda la vida, hasta que la vida misma nos separó... ¿y tú?—

—Ella... era muy preciada para mí.—

—Ya veo...—

Un pequeño silencio reinó entre ambos.

—¿cómo... cómo haces para que deje de doler?—soltó Diego al revivir la imagen de la mujer muerta entre sus brazos.

—No puedes. El tiempo es el que se encargará de eso... y a veces ni él puede curar el dolor. Pero, como decía mi padre: una cicatriz, ya sea en la piel o en el alma, siempre nos hará más fuertes.—Diego volteó a mirarla sorprendido—. Supongo que las pérdidas de seres queridos aplican a la misma filosofía.—

—Tú... eres esa niña.—

La chica volteó a mirarlo por primera vez, por lo que Diego pudo observar la cicatriz en su mejilla.

—¿me conoces?—

—Yo... soy de la academia Umbrella. Estuve el día en que esos criminales incendiaron tu departamento.—

Lo chica lo miró con el entrecejo fruncido unos segundos antes de cambiar su expresión por una de sorpresa.

—¡eres el chico que tartamudeaba!—Diego suspiró.

—Sí, era ese.—la chica rió bajito—. Sé que era un idiota, pero mira... ahora no me trabo al hablar.—

—¿idiota? Para nada, creía que eras tierno.—la chica desvió la mirada a los pequeños charcos que comenzaban a formarse en el césped—. Hasta debo admitir que me volví una gran fanática tuya después de aquel día. Tuvieron que pasar muchos años para poder olvidarme del gran Kraken.—Diego sonrió.

—Bueno... a mí también me costó bastante olvidar a la chica de la cicatriz.—

Ambos mantenían la mirada en el suelo y una pequeña sonrisa adornando sus rostros, les alegraba saber que se pensaron mutuamente durante tanto tiempo.
La lluvia empeoró de repente y el clima se tornó muy frío para la simple vestimenta que ambos traían.

—¿quieres ir por un café?—soltó algo avergonzado Diego, mirando de reojo a la chica—. D-digo, si no t-tienes otra cosa que hacer.—finalmente la miró de lleno, notando que la chica le sonreía.

—Me encantaría.—

Ambos dejaron el cementerio con un humor totalmente diferente al que tenían al llegar.

Tal vez, el tiempo no era el único que podía quitar el dolor

Rjfkdkd el GIF quita la onda emocional del shot pero es genial jajaja

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Actualización: es triste que esté corrigiendo este shot tres años después y ya este meme es más preocupante que gracioso xdxd

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~° One Shots The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora