—Oye, Diego ¿qué crees que me quedará mejor? ¿Pelo suelto o amarrado?—entré al cuarto del chico, encontrándolo aún sin vestirse—. Oye, deberías estar con el traje. Nos vamos en 10 minutos.—
—E-es horrenda.—
No entendía a qué se refería hasta que llevó la mano a la cicatriz en su rostro.
—Claro que no, apenas se nota.—
—Debería t-taparla...—
—¿con qué? ¿un parche pirata para cicatrices?—me acerqué a él, apartando su mano—. No te preocupes, nadie la notará.—
—No estoy t-tan seguro...—suspiré.
—Diego... que no te acompleje algo como esto.—tomé sus manos, dándole pequeñas caricias—. Eres increíble, y si tienes esta cicatriz es porque hiciste algo heróico... no la ocultes, muéstrala con orgullo.—
El chico sonrió antes de presionar levemente mis manos.
—G-gracias, ____...—besé su mejilla.
—Es un placer.—
•○•
La fiesta transcurría de forma aburrida, y omitiendo a Luther y Allyson que bailaban a gusto, los demás estábamos en la mesa. Jugaba aburrida con un tenedor, cuando escuché los vagos pensamientos de Diego.
Debo invitarla a bailar...
Desvié la mirada hacia el chico, quien me miraba de reojo.
—¿quieres bailar?—le sonreí.
—¿l-lees mis pensam-mientos?—
—No es culpa mía, piensas muy alto.—me puse de pie, tomando la mano del chico y arrastrándolo a la pista de baile.
—N-no sé bailar m-muy bien.—
—No te preocupes.—posé sus manos en mi cintura, para luego rodear su cuello—. Yo te ayudaré.—
La música lenta de fondo nos guiaba de un lado a otro, en un tranquilo vaivén. Diego estaba más que tenso, sentía sus manos temblar sobre mi cintura.
—Tranquilo, amigo. Estamos bailando simplemente.—
—¿y s-si te piso?—reí por lo bajo.
—No pasa nada, te pisaré de vuelta pero más fuerte.—Diego sonrió aliviado—. Solo relájate, disfruta del baile.—
Al parecer el chico finalmente se dejó llevar, su agarre en mi cintura se alivianó un poco y comenzó a moverse más libremente. Con el paso de los minutos, los infinitos pensamientos de Diego llegaban a mi mente. Estaba nervioso y al parecer... estaba ¿enamorado de mí?
—Diego...—
—¿s-si?—
—¿planeas decirme eso que tanto piensas o prefieres que siga leyendo tu mente?—
Los ojos del chico se abrieron con sorpresa, al mismo tiempo en que dejaba de bailar.
—S-se me olvida que puedes hacer eso... l-lo siento.—negué mientras retomaba el baile.
—Solo dilo.—
—¿p-pero y si-
—Solo dilo.—
El chico suspiró nervioso antes de mirarme con algo de pena.
—M-me g-gustas, ____.—
Sonreí ampliamente antes de tomar su rostro y besarlo con delicadeza.
—Tú también me gustas, Diego.—
El chico me dedicó una sonrisa de alivio para luego continuar bailando.
A lo lejos, pude ver a Cinco y Klaus aplaudiendo exageradamente. Idiotas...
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