~° One Shots The Umbrella Academy

~°Hazel°~

Dedicado a seventiesdreamer  (oie, fue divertido escribir esto)

☂️

—Hazel...—el hombre volteó a verme—. He estado pensando en algo muy muy serio, y creo que podría ser de tu interés.—

—Uy, suena importante ¿Qué es?—

—Bueno...—saqué un pequeño cuento que traía en mi maletín—. ¿Alguna vez leíste Ricitos de oro?—

—Sí, la usurpadora que se come los alimentos de una adorable familia de ositos.—

—Oye... es algo fuerte llamarla usurpadora. Como sea, anoche estaba leyendo el cuento y creo que hay algo muy triste detrás de la estúpida trama infantil.—

—¿qué cosa?—

—Pues... Ricitos de oro entró a la casa y había tres camas ¿verdad? En ese caso, mamá y papá oso dormían separados... ¿no crees que ellos estaban atravesando una crisis matrimonial y solo se mantenían juntos para no generarle problemas psicológicos a Osito?—

—A mí me parece que tú eres la de los problemas mentales.—Cha-Cha apareció en la puerta del auto, dándome un susto de muerte—. ¿Qué mierda hacen aquí? Nos pagan para matar gente, no para hacer teorías conspiranoicas sobre... cuentos infantiles.—la mujer suspiró desilucionada—. Por Dios, trabajo con un par de imbéciles.—

Mientras que Cha-Cha averiguaba sobre nuestro próximo objetivo, Hazel y yo decidimos ir por algo de comer.

—Es un bonito lugar.—miré la cafetería en la que acabábamos de entrar.

—¿hueles eso? Es... hermoso, me recuerda a mi hogar.—

—No... eso es olor a desinfectante de piso y café. Que triste si tu casa olía a esto...—

—Hola, bienvenidos.—una mujer algo mayor nos recibió—. Soy Agnes ¿Qué se le ofrece al caballero y a la linda muñeca?—fruncí el ceño.

—La única muñeca aquí es la que voy a quebrarle si vuelve a llamarme así... Quiero un chocolate tibio con brownies para acompañar.—me crucé de brazos molesta.

—Disculpe a mi... sobrina, es algo agresiva a veces. Ya sabe, los videojuegos.—miré incrédula a Hazel—. Yo quiero un café con donas, por favor.—

La mujer asintió sonriente antes de retirarse a la cocina.

—¿"Sobrina"? ¿en serio?—

—¿qué querías que le dijera? ¿que en realidad eres mi nueva compañera? ¿que eres asesina profesional con sólo 15 años? Por favor...—

Cuando la mujer volvió con nuestro pedido, Hazel inició una ridícula y muy incómoda conversación con ella. Era obvio que al gordinflón le gustaba la anciana.

—Bueno...—dejé el dinero sobre la barra—. Creo que es hora de irnos ¿verdad, tío?—sonreí falsamente.

—Sí sí, tienes... razón.—

Sin despegar la mirada de la mujer, Hazel salió de la cafetería, no sin antes chocarse con una de las mesas.

—Idiota...—recibí el cambio de la mujer y me dispuse a salir de la cafetería.

Al cruzar la entrada, un niño de aproximadamente mi edad estaba por entrar, así que le detuve la puerta. Recibí un simple gracias acompañado de una leve sonrisa, a lo que solo asentí.

—¿te dijo algo de mi?—miré confundida a Hazel apenas subí al auto.

—¿qué?—

—Agnes ¿te dijo algo de mi?—suspiré antes de cerrar la puerta.

—Ahora que lo mencionas, sí. Dijo que eras muy dulce y que le gustaría salir contigo.—

—¿de verdad?—

—Pff, claro que no, idiota. Ahora arranca, Cha-Cha nos va a matar si se entera de que llevamos tanto tiempo fuera del departamento.—