~° One Shots The Umbrella Academy

~°II°~

Dedicado a lyramccalldepotter

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Antes de que los siete conocidos miembros de la academia Umbrella hayan aparecido en el foco de atención, cuando aún eran unos simples bebés, Reginald y su desconocido hermano habían adoptado a una niña de escasos recursos. No era especial en lo absoluto, solo era una simple bebé cuyos padres decidieron entregar por unos cuantos billetes. Sin siquiera cuestionarse qué harían con ella el par de multimillonarios.

Modificación genética.

Ese era su objetivo.
Tras unos cuantos experimentos, lograron fusionar el ADN de la niña con el de un animal: el lobo. Los hermanos Hargreeves estaban maravillados al ver que la chica no tenía efectos secundarios aparentes así que, descartando una prematura muerte, se esforzaron en descubrir cuáles eran las habilidades de la chica y cómo ponerlas en práctica.
Los años pasaron, la pequeña fue criada junto a sus otros 7 hermanos y, en todo ese tiempo, nunca manifestó poder alguno.
El dúo Hargreeves, negados a aceptar que no tenía ese "algo", decidió aplicar un nuevo método: la presión.

•○•

—¿qué es esto, padre?—la pequeña miraba adormilada el pequeño cuarto al que su padre la había llevado a tan altas horas de la noche.

—Te haremos una prueba, Número Ocho.—Reginald encendió las luces de la sala, dejando a la vista a un Luther totalmente inmóvil sobre una camilla.

—¿¡qué le pasó!?—la pequeña Hargreeves intentó acercarse, pero su "tío" la detuvo.

—Si quieres acercarte, debes demostrar que puedes hacer algo.—

—¡pero no puedo!—forcejeó—. Déjame verlo...—

—Vamos, sabemos que no eres como Siete.—

—¡No puedo!—____ miró a su padre, quien se mantenía inmóvil en el rincón de la sala—. ¡padre! ¡dile que me suelte!—

Al no recibir respuesta de su padre, sumado a los fuertes agarres de su tío sobre sus brazos, la pequeña comenzó a alterarse. Se estaba enojando.
Poco a poco, sintió como la ira iba expandiéndose por todo su cuerpo, llegando a sentir una extraña presión en el pecho. En ese momento, la mente de ____ se nubló por completo.

•○•

Cuando la castaña volvió en sí, se encontraba en su habitación, completamente sola. Hubiese creído que todo había sido un mal sueño de no ser por las marcas que comenzaban a surgir en sus brazos.

—¡Luther!—

La chica se levantó de la cama y salió apresurada al cuarto del rubio, a quien encontró durmiendo plácidamente.

—¿____?—Luther miró adormilado a la chica, quien parecía estar al borde de un ataque.

Si antes el chico estaba preocupado, cuando la castaña se lanzó a sus brazos realmente se asustó.

—Tú... estabas ahí y... yo no podía hacer nada.—

A pesar de no entender nada de lo que estaba pasando, Luther estrujó a la chica entre sus brazos. No podía comprender qué quería contarle debido a los sollozos, pero al parecer todo había sido un mal sueño.

—No lo fue, mira.—la chica señaló las marcas violáceas en sus brazos.

—Pero eso es imposible, yo me acosté anoche y hasta ahora no me he despertado.—

—Estabas ahí, Luther... yo te vi.—

—... ¿y luego que pasó?—

—No lo sé... me sentí extraña y ya no recuerdo más.—

—Debemos preguntarle a papá... ahora.—

Ambos chicos se alistaron y bajaron a desayunar como todos los días, pero esta vez el silencio en la mesa fue mucho más tenso.

—¿qué pasó anoche?—preguntó Luther, haciendo que todos menos su padre voltearan a verlo.

—¿a qué te refieres, número Uno?—

—¿qué le pasó a ____ en los brazos? ¿y qué es eso de que yo estaba en una camilla?—

Los demás hermanos miraban confundidos tanto a su padre como a los dos jóvenes que miraban molestos al adulto.

—Solo eran unas pruebas, no hay porqué preocuparse.—

—¿pruebas? ¿se le puede llamar pruebas a eso?—____ se puso de pie molesta—. Eso fue horrible, me hicieron creer que Luther estaba muriendo.—estrujó la servilleta entre sus manos con fuerza—. ¿Qué me hicieron?—

—La pregunta aquí es ¿qué hiciste tú?—Reginald la miró inexpresivo—. Anoche te saliste de control y casi le arrancaste el brazo a tu tío, está en el hospital en este momento, creen que un oso salvaje lo atacó.—se cruzó de brazos—. ¿Crees que estás en posición de exigir respuestas? Tienes suerte de que no te expulse de la academia. Eres un peligro para ti y para tus hermanos.—

____ no podía creer lo que escuchaba, estaba comenzando a enojarse demasiado.

—¿qué te pasa en los ojos?—Klaus la miró sorprendido—. Están... cambiando.—se alejó un poco de la mesa.

¿Ella era un monstruo?

Buscó consuelo en la mirada de sus hermanos, pero solo encontró miedo y sorpresa.
Estaba por salir de ahí, cuando Reginald habló una vez más.

—No eres como ellos, tú eres un experimento fallido. Anoche lo demostraste.—le dio un sorbo a su jugo de naranja—. Mitad humana, mitad bestia... Creíamos que serías extraordinaria pero ni siquiera puedes controlarlo. Fallamos contigo.—

____ no soporto más aquello, salió rápidamente de la academia sin un destino en mente.

•○•

Ya casi era medianoche y la única persona que caminaba por las calles frías de la ciudad era la pequeña Hargreeves.
Se sentó en un banco con vista al río, clavando la mirada en un pequeño barco que cruzaba sin apuro alguno.

—Aquí estás...—Luther se acercó preocupado a la chica—. Está helando ¿no tienes frío?—la chica negó levemente con la cabeza.

—No siento para nada el frío, supongo que eso y arrancarle brazos a los tíos de la gente son mis poderes... ¿Cuál será mi nombre de heroína? ¿Alfa? Suena lindo, creo...—

Luther miró preocupado a la chica, parándose frente a ella y tomando sus manos.

—¿estás bien?—____ miró inexpresiva al chico.

—Salir de esa casa fue lo mejor que hice en mi vida... Así que sí, ignorando que soy una niña-lobo inútil y que mi propio padre me llamó fracaso y amenaza... estoy bastante bien.—

—Vamos a casa, es tarde.—

—¿por qué volvería a esa casa, Luther? Nadie me quiere ahí.—

—Yo sí.—respondió con seguridad el rubio, haciendo que el rostro molesto de la chica se suavizara—. Eres la razón por la que cada día me despierto con ganas de ser una mejor persona.—le dedicó una sonrisa—. Tal vez papá quiere que seamos los salvadores de la tierra pero... yo solo quiero ser un gran héroe para ti.—

____ sintió como sus ojos se humedecían al escuchar aquellas palabras, abrazó con fuerzas al chico mientras que las lágrimas comenzaban a salir.

—Te quiero mucho, Luther.—

El rubio afirmó su abrazo al escuchar aquello.

—____... yo a ti te amo.—