~°XVII°~

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Dedicado a ZipiYZape-12

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El almuerzo en la academia Umbrella estaba siendo más tenso de lo normal aquel día. Lo usual era que nadie hablara durante las comidas, pero en esta ocasión no se escuchaba ni el sonido de los cubiertos chocando con los platos.
Ocho miraba asustada al chico frente a ella, sabía bien lo que planeaba y no podía estar más en desacuerdo.

Viajes en el tiempo.

Cinco estaba obsesionado con ello y a pesar de compartir poderes, la chica no compartía su forma de pensar. Más de una vez Ocho quiso hacerle entender que aquello era arriesgado y que no quería que algo malo le sucediera. Pero Cinco era más terco que una mula, debía demostrarle a la chica que él podía hacerlo.
Cuando Reginald le prohibió intentar los saltos temporales, Cinco miró de inmediato a Ocho, quien estaba algo más tranquila ante la negativa del padre. Pero Cinco no iba a darse por vencido, él quería intentarlo, quería  ser admirado por la chica frente a él. Después de todo, todo lo que él hacía era para llamar su atención. No podía aceptar un "no" como respuesta, debía hacerlo de inmediato.
Ignorando los llamados de Reginald, Cinco salió de la academia.

—¡no lo hagas!—

Ocho sujetó con fuerzas el brazo de Cinco, haciéndolo detenerse.

—Él no puede decirme qué hacer.—

—Pero es arriesgado, piensa en lo que podría salir mal.—

—¿y si sale bien?—la chica lo miró preocupada.

—Cinco... no lo hagas.—

El chico tomó la mano que presionaba su brazo y la apartó gentilmente, dedicándole una sonrisa.

—Esta bien, volveré antes de que puedas extrañarme.—

Antes de poder decirle algo más, Cinco comenzó a correr y atravesó un portal.
Ocho, al ver que el chico no volvía, no pudo evitar ir tras él.

Ese día, ninguno de los dos niños volvió a su hogar

°•°

Hargreeves se encontraba en su oficina terminando de arreglar los preparativos para el día siguiente, cuando una enorme nube oscura cubrió el techo del lugar. Cualquiera se hubiese aterrado ante aquello, pero él solo se puso de pie y corrió con algo de dificultad el escritorio.
Una pequeña Ocho salió disparada de aquella cosa, aterrizando donde segundos antes había estado el escritorio.

—Llegas justo a tiempo, Ocho.—Reginald volvió a tomar asiento.

—Estoy en casa...—la chica sonrió al borde de las lágrimas.

La felicidad le duró poco al ver que su cuerpo adulto había desaparecido y en su lugar volvía a ser una niña.

—No te preocupes por eso, hiciste mal los cálculos... Igual que Cinco.—

Al escuchar aquello, Ocho miró de inmediato a su padre, quien no parecía muy sorprendido por todo aquello.

—¿dónde está Cinco?—

—Aún no llega, pasado mañana estará aquí.—

—¿cómo lo sabes?—

—Yo lo sé todo, pequeña.—

—¿sabes... dónde he estado?—el hombre asintió—. Entonces sabes lo que pasará en unos días.—

—Lo sé, es por eso que reuniré a todos tus hermanos.—

~° One Shots The Umbrella AcademyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora