~° One Shots The Umbrella Academy

~°VIII°~

Nota: dkrjrjenw amé cómo quedó el shot, es de mis favoritos!!! Espero que le den un millón de ⭐, porque de verdad le puse todo mi love.

Dedicado a ximena_SR

☂️

—¿de verdad tengo que ir con él, jefe?—miré con cierta desilusión al hombre de bigote sentado tras el escritorio.

—Lo siento, pero Diego es el mejor en esto. Debe ser tu compañero.—suspiré pesadamente antes de salir de la oficina.

Esta sería una noche larga.

•○•

—¿quieres un poco?—el hombre me tendió medio sándwich—. Vamos, sé que quieres.—rodé los ojos antes de tomarlo y darle una mordida—. ¿Sabes a qué hora aparecerán estos tipos?—

—Según los informes, aparecen en el callejón a las 3 de la madrugada e intercambian los maletines.—

—¿quién intercambia drogas en maletines?—

—Los tipos con dinero, mucho dinero.—le quité el refresco de la mano.

—Apenas son las 11, nos queda mucho tiempo ¿quieres... divertirte un rato?—enarqué una ceja—. ¿Qué? Me refería al Free Fire.—señaló su celular.

—Que idiota eres...—

—¿acaso tú pensaste que...? ¡por Dios, que mente pervertida tienes! Pero no me molestaría para nada hacer lo que tienes en mente...—

—¡Mira! ahí están.—

Bajé con cuidado del auto y me acerqué al callejón.
Dos sujetos charlaban sospechosamente, mientras que sujetaban maletines. Era demasiado obvio, eran ellos.

~¿son nuestros tipos?~sonó la voz de Diego a través de mi auricular.

—Sí, me pondré en posición.—

~Yo tengo una posición para ti, linda~

—¿puedes dejar de ser un idiota? Ve al otro lado del estúpido callejón.—

~Sí, jefa.~

Rodé los ojos antes de acercarme al par de hombres.

—Disculpen, caballeros.—ambos tipos me apuntaron de inmediato—. Escuché por ahí que venden buena mercancía ¿es cierto?—

—¿quién eres?—

—Solo una tipa cualquiera, nadie importante.—

Vi como Diego se acercaba por el otro extremo del callejón, preparando sus cuchillos.

—¿una tipa cualquiera?—

~Estoy en posición, jefa.~sonreí.

—Una policía cualquiera, en realidad.—

Los tipos no pudieron ni reaccionar, cuando los cuchillos de Diego se clavaron en sus manos. No me costó demasiado reducirlos aprovechando su distracción.

—Vaya... eso fue rápido.—Diego se sujetó adolorido el estómago.

—¿te cayó mal el sándwich?—a pesar de que bromeaba, me puse seria al ver que su camiseta estaba rasgada—. ¿Qué te pasó?—

—Nada importante.—

—Te duele, es obvio que es importante.—aparté su mano, encontrándome con una cortada.