Hisashi Midoriya. (OVA)

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~El mismo día donde Izuku fue picado~

Último día donde Hisashi vería a su hijo, el mismo día donde Izuku obtuvo los poderes de araña.

Solo podía ver a su hijo los Viernes ¿Por qué? Porque era el único día donde tenía libre 4 horas en la madrugada. Su trabajo no era noble, era vender armas ilegales.
Las conseguía por un colega que lo ayudaba, era un trabajo donde podías morir dependiendo del vendedor, pero lo sustentaba económicamente, para poder vivir “Bien" y ayudar con lo básico a su familia.

En uno de sus trabajos, Hisashi tuvo que venderle un arma a alguien un tanto... Extraño, pero esa persona era Shigaraki.

Hisashi pensaba “Este tipo da miedo, si veo que intenta hacer algo necesito quemarlo vivo”.

Para su bien, la venta había ido correcta, cuando estaba por irse, Tomura lo detuvo con sus 4 dedos.

-Joven, ya tiene el arma, déjeme ir.-Dijo Hisashi firme, a pesar de que por dentro tenía miedo, la timidez de Izuku provenía de el.-Este sujeto va a matarme.

-Esos ojos tuyos... Se lo que significan, éstas triste, te sientes culpable, sólo quieres morir ¿No es así?.-Preguntó el peliceleste

-Te equivocas, tengo una familia, ellos son mi razón para vivir.-Respondió Hisashi, sin rodeos.

-Vender armas no te sustentara mucho, conozco el negocio en el que estas metido amigo, después el sujeto que te ayuda se cansara de tí y te matará.-Habló Shigaraki.-Tienes potencial amigo, ¿Quieres unirte a la liga de villanos?.

-¿Villanos? Que seres tan despreciables, paso de tu oferta, amigo.-Respondió que Hisashi.

-¿No eres ya un villano? Dejando sólo a tu hijo, vendiendo armas a chicos malos, que posiblemente ahora estén torturando tu violando a personas inocentes, si te unes a mi liga, podremos hacer un mundo mejor, una sociedad ideal ¿Te parece?.-Hablo Shigaraki, estirando su mano, pero escondiendo un dedo.

Hisashi lo pensó un poco, y tenía razón, él no estaba lejos de ser un villano, por lo que aceptó la petición del joven peliceleste, pero eventualmente se arrepentiría.

Era un villano, no podía volver a ver a su hijo, así que durante la tarde de un Martes, fue hasta el sitio secreto que tenía con Izuku, para dejarle una nota donde diría que tendría que ir al extranjero.

Las primeras misiones eran algo simples, no se alejaban de lo que ya hacía, aunque a veces tenía que matar, no le gustaba, le asqueaba la idea de quitarle la vida a una persona, vomitaba al ver los cuerpos y no podía dormir en las noches.

Su primer trabajo en donde se usó el nombre de “La liga de villanos”, fue para el ataque a la USJ, fue repentino, tampoco sabía cómo habían podido conseguir colarse, pero no tenía más opción que ir.

No quería pelear, no era muy bueno, pero cada trabajo que había hecho le sirvió para mejorar sus reflejos.
Había estado esquivando los ataques de Eraser Head por un rato hasta que simplemente se aburrió.

Había dejado de pelear hasta que Shigaraki le ordenó asesinar a un pequeño niño de pelo morado, lo iba a hacer, pero se retractó totalmente cuando vio una cara conocida.

Midoriya Izuku estaba ahí, su hijo, estaba involucrado en la UA, su campeón que no tenía quirk había logrado entrar a la clase de héroes, se sentía feliz de que su chico pudiera cumplir su sueño, pero se odiaba a si mismo, por 2 razones.
La primera, es que nunca lo apoyó con su sueño de ser héroe, y la segunda, es que estaba apunto de matar a los amigos de su hijo, los que posiblemente serían los primeros amigos de Midoriya.

No quería hacerlo, no podía hacerlo, pero se sorprendió, al ver que su hijo había lanzado un gran y fuerte golpe mientras era rodeado por rayos azules.
El viento fue tal, que salió disparado de ahí, ya no quería seguir peleando así que rezó porque apareciera algún héroe profesional ahí.

El ataque a la USJ había fracasado, por una parte estaba frustrado, pero su lado cuerdo le decía “Tú hijo es una gran persona, menos mal eso no pasó a mayores”.

Los otros trabajos que tenía también eran menores, de hecho, había vuelto a vender armas de forma ilegal, solo que ahora con su traje de villano y para el nombre de la liga.

Todo lo que había obtenido cambio, cuando Shigaraki debió llevarlo con el líder de la Liga.

Solo con mirarlo, el miedo se sentía fuerte, traje, medianamente alto, casi de la misma estatura que Hisashi.

De todos los reclutas “nuevos”, Hisashi era el más prometedor, sobretodo cuando se enteraron de que  uno de los estudiantes de primer año era su hijo.

Shigaraki tenía el gran plan de capturar a Bakugo y transformarlo en villano, con esa explosiva actitud, era buen candidato para ser alguien de mal.

Hisashi tuvo que llamar a su hijo por obligación, hablaron de forma normal, pero esa llamada no era para ponerse al día, era para rastrear la dirección.

Así fue como supieron donde sería el campamento, y Deku había sido cómplice de forma indirecta.

Hisashi no podía evitar sentirse mal, todo lo que había hecho estaba en su cabeza a la hora de que estaba apuntando a su hijo con una pistola.
No podía, no podía asesinar a su hijo a pesar de ser una orden directa de Shigaraki.
Se quitó la máscara para revelar su identidad, ¿Que lograría con eso? Absolutamente nada, ya era un pecador, y los pecadores deben ser castigados.

Simplemente traicionó a la liga para salvar a uno de los amigos de Izuku, sabía que moriría, pero no le importaba, se lo merecía.

Sus últimas palabras aparte de su despedida, fueron “Perdón, Inko...”

Un gran poder, Una gran responsabilidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora