Stesha
—¿Y tu hermano? —pregunté a Vicky, dándole pataditas sin ninguna fuerza en la deportiva.
Ella me miró mal, aunque últimamente sentía que siempre me miraba así. Suspiré un poco y me dejé caer en el tronco que hacía las veces de banco en el camping, delante de nuestras tiendas de campaña, dónde estaba sentada Vicky. Era un sitio bonito. Kevin había encontrado un lugar genial.
—Se ha ido con Lindsay y un saco de dormir doble. Diría que no piensan usar la tienda de campaña —explicó.
—Genial, vamos. —Me levanté y le tendí una mano, que miró extrañada.
—¿Dónde?
—¿No te fías de mí, morena?
Cogió mi mano con un suspiro, como si la molestase tener que confiar en mí ciegamente, pero dejó que la ayudase a levantar.
—Vamos a dar una vuelta —le dije a Lara, que estaba dibujando en un cuaderno con los guantes puestos.
—No os alejéis mucho, que es tarde y está oscuro y no quiero tener que salir a buscaros.
—Sí, señora —me reí, antes de tirar de la mano de Vicky para apartarla del campamento.
Caminamos unos minutos, alumbrándonos con la linterna del móvil. Dimos con un sitio con unas rocas planas y nos sentamos juntas, en silencio. Vicky se tumbó sobre la roca y miró hacia arriba con un suspiro. Alcé la cabeza para ver el cielo despejado lleno de estrellas. Pero Vicky y su cabreo conmigo me importaban mucho más.
—Quiero saber que te he hecho, Vicky, llevas semanas rarísima conmigo y siento que no dejo de preguntarte esto, pero es que no dejas de estar así.
—No es contigo, Sty, es conmigo.
—¿Y qué te has hecho a ti misma, loca?
—No dejo de darle vueltas a todo lo que pasó con Manu.
—Solo tienes que hacerme una señal, morena, y le mataré. ¿Has guiñado un ojo? ¿Es una señal?
Se rio con ganas negando con la cabeza y suspiró de nuevo cuando se calmó.
—No es eso. Estuve hablando con él. Creo que se ofendió especialmente porque le rechacé asqueada.
—No me extraña, si es un coco.
—No es por eso, es que nunca he querido besar a nadie... —reconoció y pese a que solo tenía la luz de la linterna apoyada en la roca, pude ver sus mejillas rojas.
—¿Nunca te has besado con nadie, Vicky? —pregunté seria.
—No. —Se sonrojó aún más.
—¿Por qué? —curioseé.
Era una chica preciosa, dudaba mucho que le hubieran faltado candidatos.
—Pues no sé, nunca he querido besar a nadie... —repitió—. ¿Crees que algo anda mal conmigo?
—Claro que no, morena. Y te voy a hacer un favor, porque no quiero que tu primer beso te lo de Manu o un pringado similar.
Bajé de la piedra de un salto y tiré de su mano. Ella me miró sin moverse, con los ojos muy abiertos y las mejillas tan rojas que empezó a preocuparme su salud.
—¿Estás de coña?
—No, morena. Tú tienes que darte tu primer beso. Yo soy tu mejor amiga. Y beso de puta madre.
—Estás loca —se rio con ganas.
—Sí, vamos. No significa nada. Yo te beso, tú ya has recibido un beso. Y la próxima vez que un tío quiera besarte, a lo mejor no te horrorizas —sonreí.
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El nombre de las estrellas - Bilogía Estrellas 1 - *COMPLETA* ☑️
RomanceKevin es un defensor de las causas perdidas y piensa que Lindsay necesita su ayuda. Lindsay cree que su vida es perfecta, al menos hasta que sus padres la exilian a Madrid. Victoria solo se preocupa por el siguiente partido de vóley o su liga de fút...