32.- Vacaciones familiares

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Kevin

—¡Menuda tentación! —le dije a Lindsay, mientras me dejaba caer sin ninguna delicadeza en la hamaca de al lado.

Estaba tumbada con un bikini minúsculo al sol, con las gafas de sol y el pelo apoyado alrededor de su cabeza. Estaba preciosa. Pero como siempre, no me sorprendí por ello.

—Es nuevo. —Señaló su bikini, como si yo hablase de esa prenda enana.

Cuando nuestros padres habían hablado de ir de vacaciones, con los de Lindsay, Carlos y Andrea y, por supuesto, llevándonos a Stesha, como cada año desde los doce más o menos, no había ni imaginado que juntos, significaba juntos.

Es decir, nos habíamos ido antes de vacaciones a la playa, pero cada uno a su apartamento, o su habitación de hotel, o lo que fuera. Pero en aquella ocasión, se les había ocurrido la genial idea de meternos los once en la misma casa... Y no iba a quejarme, porque lo primero que había visto al despertarme, era a Lindsay en bikini tomando el sol junto a la piscina.

—Me refería a ti —la provoqué, haciendo que me mirase sonrojada—. A tirarte a la piscina —aclaré bromista.

—Ni se te ocurra, greñas.

Sin embargo, dejó el móvil sobre la mesa que tenía al lado, a la sombra, como si estuviera esperando que la tirase de verdad. ¿Y no habíamos decidido ya que yo no sé decir que no a una mujer?

Me quité la camiseta y se la tiré a la cara. La apartó de sí como si le hubiese tirado la ropa interior sucia y luego me la lanzó de vuelta.

—Hablo en serio. —Se cruzó de brazos, mientras yo dejaba la camiseta en la hamaca de al lado y me acercaba peligrosamente—. No quiero mojarme el pelo.

—Vamos, Linda, los que tienen tirria al agua son los gatos, no los reptiles.

—Sin embargo, tú no deberías mojarte, no vayas a crear más gremlims...

—¡Auch! —Me reí de su ocurrencia y tiré de su brazo para colgarla de mi espalda—. Ahora sí que vas al agua.

—¡Que no! —Se resistió un poco, tratando de bajarse, pero la oí reírse—. ¡Suéltame!

—¿Eso quieres? —La descolgué de mi hombro justo al borde. Si quería apartarse de mí, seguramente acabase en el agua.

—Eres lo peor —aseguró con una sonrisa.

—Podría haberte tirado ya.

—Juegas con tu presa, como un gato con un ratón.

—¿Tan segura estás de mi victoria, Linda?

—Claro que sí, idiota, ¿cómo voy a ganar a esto?

Me golpeó con los puños en los brazos, aunque o no hizo fuerza o no tenía mucha. Pero el gesto estuvo a punto de tirarla y tuve que rodearla con mis brazos para que no acabase en el agua.

—Bueno, en realidad, tienes mucho poder sobre mí —aseguré, con la boca algo seca, porque con el movimiento había pegado mucho sus tetas a mi pecho—. Solo tienes que pedirme lo que quieras, Linda.

—No quiero mojarme el pelo —me pidió con un pucherito.

—¿Tienes una cita? —bromeé—. Estás al borde de una piscina, quizá no pueda evitar que te mojes el pelo...

—Como me tires, vas conmigo. —Se aferró a mis brazos con fuerza y yo no pude evitar partirme de risa.

—Iría contigo hasta a las estrellas, Linda —prometí.

El nombre de las estrellas - Bilogía Estrellas 1 - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora