Inoportuno

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[Pequeño contenido Lime. No soy buena en esta área, cualquier sugerencia o crítica es bienvenida.]

Ahí estaba de nuevo, despertando con un punzante dolor en su entrepierna. Otra vez había sucedido y es que simplemente no podía evitarlo, Mikasa había sido favorecida con el pasar de los años.

Ella ya no era la niña con la que compartía cama y baño; no, ahora era una adolescente de 15 años con un buen desarrollo, el cual no había notado hasta que la cuidó y cambió al quedar lastimada después de ser apretada por aquel titán del que Jean se encargó de aniquilar, en la batalla contra Reiner y Berthold.

Por más que se regañara mentalmente y se repetía que era su hermana, adoptada, pero al fin y al cabo era su hermana, y que debía respetarla; él no podía evitar que a su mente le llegarán aquellos pensamientos indecentes hacia ella. Después de todo, era un adolescente y estaba entrando a la etapa donde sus hormonas se alborotan.

Cada vez se le hacía más difícil resistirse ante la tentación de hacerla suya finalmente, la masturbación era menos efectiva al transcurso de los días. La necesitaba totalmente, necesitaba tocarla, escucharla gemir, verla sudar y rogarle por más; estar finalmente dentro de ella y sentir la calidez de aquella zona sensible;  ver sus gestos y escucharla gritar del placer; necesitaba llegar al orgasmo junto con ella y vaciarse en su interior. Joder, en serio la necesitaba

Escuchó un suspiro de frustración, pero éste no provenía de él. — ¿Otra vez, Eren? — preguntó el rubio con el que compartía habitación, Armin. — Debes controlarte o ella se dará cuenta.

— Lo intento, ¡pero no puedo evitarlo! — se revolvió su melena castaña con ambas manos. — Y es que ya no puedo volver a verla como mi hermana.

— Tenemos que ir a desayunar. — comentó Armin, dando fin a aquella conversación que cada día se hacía más frecuente.

•°•°•°•°•

Afortunadamente y a duras penas, Eren pudo mantener la calma en el desayuno, puesto a que le hizo difícil ya que a Mikasa le quedaba algo apretado el uniforme, quién solicitaría uno nuevo luego.

— Eren, ¿estás bien? Te ves algo nervioso. — Mikasa se inclinó hacia adelante para posar su cálida y suave mano en la frente de Eren, para ver si no estaba enfermo.

Eren se atragantó al sentir la cercanía de la pelinegra y contó hasta diez para calmarse y evitar que su zona baja reaccione ante el tacto. Tragó como pudo y alejó a Mikasa lo más delicado que pudo; pero de delicado no tenía nada, por lo que se vió más como un empujón hacia su hermana.

— Lo... Lo siento, no quise aventarte, solo me asusté. — Armin se dió una palmada mentalmente. — Y sí, estoy bien, solo fue una mala noche. — Pobre, era tan pésimo para mentir, pero la ojigris no quiso insistir.

Si así fue el desayuno, no quisiera imaginarme cómo será después. Ésta sin duda, será una tortura para el moreno.

Aunque según Eren, el haberse controlado en el desayuno le fue la gloria. ¿Qué podía salir mal después?

•°•°•°•°•

Maldita pregunta, ¿porqué la hizo?

"¿Qué podía salir mal después?" ¡Oh! Sorpresa... Todo.

Las cosas se le complicaron a la hora del entrenamiento, pues su pareja de combate fue precisamente la persona culpable de sus problemas matutinos, quién no los ocasionaba a conciencia.
Armin les rezó a Sina, Rose y María por que no se salieran de control las cosas.

Como era de esperarse, Mikasa vencía fácilmente a Eren, a quién, por petición del castaño, le enseñaba alguna que otra técnica para mejorar sus movimientos en combate.

Ahí fue donde las cosas se iban saliendo de control, parece que rezarle a las murallas no sirvió después de todo.

Al irle explicando, Mikasa guiaba a Eren a través del tacto, cosa que solo lograba acelerar la respiración del castaño e ir cayendo poco a poco a la excitación y perdiendo su fuerza de voluntad.

Para Mikasa, era entretenido enseñarle a Eren a mejorar su manera de pelear; en medio de una demostración, se distrajo al escuchar a Armin quejarse, dándole ventaja al ojiverde para atacarla, pero al estar con la guardia baja se asustó, ocasionando que tanto ella como el moreno cayeran y rodaran un poco.

— Agh. Lo siento, ¿estás bien? — preguntó el moreno mientras se sobaba con una de sus manos la zona donde recibió el cabezazo de su contraria. Abrió los ojos debido a que cayó en cuenta de un peso sobre su cuerpo, y vió que se trataba nada más y nada menos que Mikasa Ackerman. Oh no, ya está por perder la poca cordura que le queda. — ¿Mi... Mikasa?

— Estoy bien. — sostuvo su peso en sus manos recargadas en el suelo, dejando medio caer la otra parte de su cuerpo. De haber sabido lo que venía a continuación, se habría levantado. — Eren, ¿estás b... — dejó la pregunta al aire al sentir un bulto rozar su intimidad. Bajó la vista hacia esa zona y se percató de qué trataba del miembro de Eren, de la sorpresa emitió un jadeo y se sentó completamente, sin saber lo que ocasionaba en su hermano. Eren al sentir a Mikasa sobre aquella zona, instintivamente llevó sus manos a las caderas de ella y las apretó al tiempo que empezó a mover a la ojigris sobre él en un lento vaivén; a lo que Mikasa gimió levemente, logrando encender más al castaño y seguir más rápido con el vaivén; el cual no duró mucho debido a que Mikasa, llena de nervios,  se levantó. — ¡V... Voy al... al ba... baño! — y corrió con la cara hirviendo en dirección a la entrada del cuartel, donde ingresó.

— No me digas — dijo Armin al acercase a su mejor amigo. —, ¿ya se dió cuenta? — y se llevó una mano a la frente mientras negaba con la cabeza. Eren asintió, sonrojado a más no poder y con sus ojos irradiando lujuria.

De algo estaba seguro, si se sintió bien lo poco que pudo sentir momentos atrás, sería el jodido paraíso estar al fin dentro de ella y hacerla gritar del placer.

Y no muy lejos de ahí, se hallaba Mikasa Ackerman recargada al lado de la pared de la entrada del cuartel, respirando agitadamente con una mano de su pecho, sintiendo sus acelerados latidos y su rostro rojo.

Sentía unas punzadas en su zona baja y gimió levemente, aún podía sentir lo que sintió momentos atrás con Eren. ¿Qué había sido eso?

No sé si se note, pero cambie mi manera de narrar, siendo ahora más precisa.

Y nunca he escrito nada de este tipo de contenido, así que espero que les haya gustado.

Gracias por leer, cualquier comentario es bienvenido.

De párrafo en párrafo • Editando, PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora