— ¡Mikasa! ¡Ya levántate! — gritó un castaño mientras golpeaba la puerta de la habitación de su hermana. Su madre llegó a su lado.
— ¿Eren? — el adolescente volteó a verla. — Mikasa ya se fue.
El mencionado parpadeó un par de veces, procesando la información.
Su hermana nunca se iba sin él.— ¿Porqué? — preguntó confundido, pues siempre se iban juntos y faltaban los dos al mismo tiempo. — Mikasa nunca me lo mencionó.
— Eh... ¿Y ayer en la cena? — Eren se quiso golpear en la frente. Olvidó que tenía que llegar temprano por su puesto como presidenta de la clase.
•°•°•°•°•
Eren se encontraba llegando al instituto, atrayendo miradas femeninas conforme avanzaba. Sí, señor, Eren Jaeger era uno de los chicos más populares y atractivos; gracias a eso, todo mundo conocía el nombre de Mikasa Ackerman.
Lo cual no era de mucho agrado para la azabache, pues al ser demasiado unida al castaño, muchas chicas le tenían odio y envidia; según ellas, intervenía en sus oportunidades de enamorar al ojiverde.
Eren llegó al salón 104, dónde tanto él como su hermana tomaban clases, y se sentó en la mesa que ambos compartían; frunció el ceño al ver de nuevo las amenazas que las demás chicas le dirigían.
Dió una rápida mirada a su alrededor, a pesar de ser consciente de que no fue nadie de su salón, pues no eran muchos y a todos les agradaba Mikasa. Tomó las notas y las botó al cesto de basura que estaba fuera de su salón; dándoles un claro mensaje a las demás de que él la defendería siempre.
— Oí, Annie... — la mencionada pasó su mirada de Armin, su pareja, al mejor amigo de este. — ¿Han visto a Mikasa?
— Fue al baño. — contestó el ojiazul.
— Ya hace rato que se fue... — pensó en voz alta la rubia para luego hacerle una extraña señal a Christa, la cual ninguno de los dos varones entendió; parecía un código entre chicas.
Vieron a la rubia sacar un pequeño paquete de su mochila, dándoselo de manera discreta al castaño. — Cuando la veas, dáselo. — comentó en voz baja la ojiazul.
— ¿Qué es eso, Christa? — preguntó Armin, en un tono algo alto.
— Baja la voz, Armin. — regañó la rubia. — Mamá nos dijo que tenemos que ser discretos. — ante eso, su hermano entendió a lo que se refería.
Aún sin entender la situación, Eren salió del aula dispuesto a encontrar a su hermana.
•°•°•°•°•
— Mikasa, ¿estás ahí? — preguntó fuera de los baños de chicas, al no tener respuesta, volvió a insistir. — Mikasaaa...
— ¿Qué haces aquí?
Al voltear, se dió cuenta de que se trataba de Hanji, la novia del primo de su hermana... Bueno, su hermana adoptiva, pero al fin y al cabo su hermana.
— Busco a Mikasa, Armin dijo que ya hace rato que está aquí. — contestó como si nada, volviendo a golpear la puerta. La castaña suspiró. — ¡Miky, contesta!
— Ya, Eren. Mikasa no está en el baño. De seguro que... — fue interrumpida.
— Si van a hablar de mí, ¿al menos podrían hacerlo en voz baja? — espetó la azabache, irritada. No la podía ver, pero Eren la conocía bastante bien como para afirmar que ella acaba de virar los ojos.
— ¡Hola, Mika-chan! — saludó Hanji, olvidándose por un momento del lugar donde estaban hasta que alguien se lo recordó.
— Oí, cuatro ojos... — el moreno tembló ante la llegada repentina de Levi. — Déjala estar en el baño en paz, a lo mejor le dió diarrea. — la puerta del baño se abrió abruptamente.
— ¡Cállate, enano! — exclamó enojada y vergonzosa la asiática. — ¡Esa conclusión está por muy lejos de ser la verdad! Auch... — se sostuvo el vientre.
— ¿Estás bien, Miky? — preguntó el moreno, sosteniéndola.
— No.
— Está bien. — los demás rodaron los ojos. — Por cierto, Miky. Christa me dijo que te diera esto. — dijo mientras sacaba el pequeño paquete que la hermana de su mejor amigo le dió hace rato en el salón.
La azabache se sonrojó. — ¡Dame eso, Eren! — exclamó Hanji, a modo de alerta y quitándole el paquete. — ¡Debes ser más discreto! — dijo antes de tomar a la blonda del brazo y entrar de nuevo a los baños.
— Pero, ¿qué hi... — La castaña le cerró la puerta en la cara, golpeando su nariz. — ¡Auch! Las chicas son raras.
— Mocoso, ¿acaso no comprendes?. — el moreno volteó a verlo, confundido. — Tsk... Eres un desperdicio de oxígeno.
•°•°•°•°•
El día pasó “normal” después de lo ocurrido en la mañana.
Y lo pongo entre comillas, porque Eren quedó algo traumado después de la explicación que el azabache le dió de la situación.Digamos que Levi Ackerman no solo le explicó el tema de la menstruación, sino también lo que conllevaba: El sexo, los embarazos y alguno que otro consejo para el primer tema y evitar el segundo; eso, sumándole lo directo y preciso que fue al explicárselo al castaño.
— ¡¿QUE LEVI DIJO QUÉ?! — exclamó una azabache sumamente furiosa y avergonzada, al saber los detalles de la conversación que tuvieron su primo y su hermano.
— Eh... ¿Que si teníamos relaciones nos debíamos a cuidar? — contestó, pero ahora de forma dudosa ante la reacción de Mikasa. Su madre negó con la cabeza desde la entrada de la cocina.
¿Cómo podrían festejar un cumpleaños si el cumpleañero estaba por ser asesinado por el humor que traía su hermana gracias a su primer periodo?
Déjenme dejar en claro dos cosas:
» Me gusta manejar a Armin y Christa como hermanos. Cuando es Historia, ahí si no tienen parentesco.
» Adoro poner a Levi y Mikasa como primos, hermanos o parientes lejanos.
ESTÁS LEYENDO
De párrafo en párrafo • Editando, Pausada
Fanfic𝐄𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬, 𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐫𝐚𝐟𝐨 𝐞𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐫𝐚𝐟𝐨. » No todos los One-shorts estarán basados de acuerdo al manga. » Habrá Universos Alternos. » Probable contenido +18. » Todos los One-shorts s...