Si le preguntarás a Mikasa Ackerman cuál era su deseo, ella te diría que no lo sabe, pero la realidad es otra, pues no hay nada en este mundo que Mikasa desee más que ser madre.
Así es, la sería y fría Mikasa ¿quiere un bebé? Si, leíste bien.
Ella anhelaba que llegara el día en que tuviera a una pequeña personita corriendo por la gran casa que tiene, pero sus esperanzas no eran muchas, debido a que no tenía suerte respecto al tema de las relaciones románticas.
Mucha gente le repitió a lo largo de los años que se apurara, porque se le iba a ir el tren, así que tomó una decisión...
Inseminación artificial con esperma congelado.
Gracias a todos sus ahorros -los cuáles al fin les encontró un uso-, pudo llevarla a cabo, quedando preñada de Carla, una hermosa y preciosa niña.
No sabía nada del donador, su nombre ni nada; pero le agradecía infinitamente el que le haya brindado la oportunidad de tenerla.
Actualmente, han pasado 5 años y su hija cada vez crecía más, yendo en contra de los deseos de si madre, pues quería que su niña nunca creciera. El deseo secreto de toda madre.
•°•°•°•°•
- ¡Carla! — se escuchó en la gran casa. — ¡Baja a desayunar!
— ¡Ya voy, mami! — se escuchó en el piso de arriba, luego de un portazo.
El desayuno iba transcurriendo tranquilamente hasta que el teléfono de casa sonó.
— Yo voy, mami. — dijo la azabache yendo a contestar, no dándole el tiempo a su madre de darle respuesta alguna.
Mikasa suspiró y prosiguió a tomar un poco de su café, de seguro eran sus padres queriendo saludar a su adorada nieta.
— Mami, es para ti. — musitó la niña a su madre, llegando con el teléfono en mano, el cual entregó.
— ¿Diga? — cuestionó, viendo como si hija proseguía a tomar su desayuno.
— ¿Es usted Mikasa Ackerman?
— ¿Quién la busca? — según recuerda, no debe nada.
— Soy la señora Jaeger. — escuchó que le contestaron, no se había percatado de que era la voz de una mujer.
— Sí, ella habla. — contestó a su anterior pregunta. — ¿Se le ofrece algo?
— Bueno, querida, hablaba porque mi esposo se encuentra un poco mal de salud... — escuchó una pausa, la cual utilizó para hablar.
— Oh... Lo lamento tanto, pero ¿qué tengo que ver yo en esto? — llegó al grano, pues tenía un presentimiento, solo que no sabía si era bueno o malo.
— Sé que no lo vas a creer, pero... Él quiere conocer a su nieto o nieta. — después de eso, hubo una larga pausa.
— ... ¿Qué? — frunció el ceño. — Disculpe, pero no sé de qué me está hablando.
— Claro que sí, cielo. Hace 5 años, solicitaste inseminación artificial con esperma congelado, quedando preñada de una niña, ¿cierto?
— Ajá, ¿y?
— Mi hijo fue el donante. — sentenció.
— Espera, ¿qué?
— Por favor, le pido que cumpla la última voluntad de mi esposo y le deje conocer a su nieta. — pudo oír súplica en su voz.
— D... De acuerdo. — y colgó.
Dejó el teléfono en la mesa de la sala y se dirigió al comedor, donde se encontraba su hija.
— ¿Quién era, mami? — preguntó la niña, intentando comer decentemente.
— Una señora, nada más. — contestó, escaneando con la mirada a Carla.
— ¿Ocurre algo?
— Nada, amor.
•°•°•°•°•
Se encontraba esperando en el punto de encuentro que aquella señora le dió cuando volvió a llamar, arreglaba de vez en cuando sus prendas y las de la ojiverde, buscando calmar sus nervios.
Una limusina llegó frente a ella y después de confirmar su identidad, subieron.
•°•°•°•°•
Ambas bajaron del transporte, mientras Carla tenía una gran sonrisa en su rostro.
— ¡Ese paseo fue impresionante, mami! — gritó mientras daba saltitos. — ¡Me sentí como una princesa! ¡Hasta había muchos dulces!
— Carla, deja de brincar o vas a terminar vomitando.
Desde las escaleras de la mansión, se encontraban dos personas viéndolas. Una señora de cabello azabache y un joven de hipnotizantes ojos verdes, quien miraba con una pequeña sonrisa como aquella niña brincaba de la emoción por viajar en limusina.
La asiática notó la presencia de ambos, y tomó a su hija de la mano, para comenzar a subir aquellas escaleras para llegar a la entrada de la gran mansión.
— B... Bueno días. — saludó, sientiendo su corazón acelerarse. — Mi nombre es Mikasa Ackerman, y ella es mi hija, Carla Ackerman.
— Hola. — movió su mano derecha en señal de saludo y les sonrió a ambos.
La mayor sonrió al ver que aquella niña había heredado la sonrisa de su hijo, además del color de sus ojos. Cosa que también Mikasa notó.
— Hola, hermosa. — se agachó a su altura. — Mi nombre también es Carla.
— Wow... Mi nombre es famoso. — dijo con la mirada llena de ilusión.
— Algo así, y dime, Carla, ¿te gustó el viaje en limusina? — preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
— ¡Siii! — dió un brinquito y estiró sus manos. — Parecía una princesa, además había muchos dulces. — repitió lo mismo que le había dicho a su madre y sacó de su bolsita, unos dulces. — ¿Quiere uno?
— ¡Carla! — le regañó su madre.
— No hay problema, Mikasa. — la calmo la señora. — Después de todo, eso es suyo.
— ¿En serio? — sonrió con ilusión.
— Claro que sí, cariño. Después de todo, somos familia.
— ¿Es cierto, mami? — jaló la manga del chaleco de su madre.
— Si, amor. Ella es tu abuela. — presentó.
— ¡Abuela! — la niña saltó a sus brazos.
La blonda quedó conmovida por la escena, pues si hija al fin puso conocer a una de sus dos abuelas.
— Abuelita, ¿y quién es él? — señaló al hombre que seguía procesando la información, haciéndolo reaccionar.
— Él, Carla, es tu padre. — reveló Mikasa.
— ¡¿En serio?! — Eren le asintió con la cabeza. — ¡Papi! — saltó de los brazos de su abuela a los de su padre.
— Me alegra tanto conocerte. — se sinceró el castaño. Él sabía que tenía un hijo, pues era consciente que algún día, una mujer iba a ser inseminada por el esperma que donó; y no podía pedir mejor hija que aquella azabache energética que ahora se encontraba en sus brazos, tan llena de vida como lo fue él de niño.
Mikasa sonrió ante la escena, sabiendo que a partir de ahora, sus vidas cambiarían por completo.
Yo digo que sale una buena historia de aquí, ¿no creen?
Perdón por tardar tanto, pero se me viene una exposición de 35 minutos en las que debo durar hablando 5 minutos SIN LEER ;-;
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De párrafo en párrafo • Editando, Pausada
Fanfiction𝐄𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬, 𝐝𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐫𝐚𝐟𝐨 𝐞𝐧 𝐩𝐚𝐫𝐫𝐚𝐟𝐨. » No todos los One-shorts estarán basados de acuerdo al manga. » Habrá Universos Alternos. » Probable contenido +18. » Todos los One-shorts s...