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—¿Y bien?—les pregunto a todos.

Estabamos en la cafeteria del instituto, todos se asombraron al vernos a Carter y a mi en la misma mesa junto con nuestros amigos y ya estaban molestandome las miradas indiscretas.

—¿Y bien qué?—Aiden le da un golpe juguetón a Kia.

—¿Cómo que qué? ¿Les fué bien anoche?

Marcus nos da una sonrisa pícara.—Yo si hice muchas cosas anoche.

Pos bufa.

—¿Dormiste con Natalia?

Niega con la cabeza.—Ojalá. Fue con una morena, Sacha se llamaba.—hace un gesto con sus manos—Tenía unos senos así de...

Lo golpeo antes de que siga avanzando.

—A nadie le importa tu noche loca, Marcus.

Se hace el ofendido.—Te equivocas. Carter escuchaba con atención mis redactaciones.

Todos en la mesa miramos a Carter y este con aspecto serio nos dio una mirada fría.

—Deberias sonreir más. —le dice Marcus. Luego de un rato sin la respuesta de Carter vuelve a hablar.—Puedes venir a mi casa esta noche, estoy más que seguro que puedo hacerte sonreir.

Ruedo los ojos.

—Aiden y yo recolectamos cinco mil dólares en carreras.—me informa Kia, al parecer es la única sensata aquí.

—Marcus, Natalia y yo solo conseguimos dos mil dólares.—habla Poe.

Asiento cautelosamente con la cabeza y entrelazo mis manos sobre la mesa.—Bien, con lo de ustedes y sumando lo que Carter y yo logramos ganar en las apuestas anoche la cantidad bajaría a unos...quince mil.

—Pff, lo dices como si fuera poco.—dice Marcus.

Alguien que lo calle...

—En una noche logramos mucho, si seguimos así saldaremos la deuda mucho más antes de lo provisto.

—Thalia tiene razón.—la vos de Carter resuena por primera ves desde que llegamos a la cafetería.

—¿Carter admitiendo que tengo razón?—coloco una mano en mi pecho sin poder creerlo—Al parecer el polvito te esta haciendo efecto ahora.

—Eres una idiota.

—No le hables así. —salta Aiden en mi defensa.

—Yo le hablo cómo se me pegue la gana.

—No, no lo vas a hacer.—para la sorpresa de todos el chico rubio de acento irlandés sale a mi defensa.

—Oh vamos, ¿vas a ponerte del lado de esta?—señala Carter con su mentón en mi dirección.

—Chicos ya bajenle a la testosterona.—intervengo—Ahora mismo tenemos que pensar como equipo así que dejen las peleas por idioteces.

—Thalia tiene razón. —habla Kia.

—Tengo una idea, ¿porque ahora que estamos todos juntos no decimos lo que nos molesta de los demas y veremos que podemos hacer?

Se miran unos a otros.—Es una pésima idea.

—Exacto.—dice Carter—Vamos a decir lo que nos molesta y no se va a resolver. Solo vamos a crear otro enemigo.

Puede que tenga razón pero no perdemos nada con intentar.

Yo empiezo.—acomodo mis cabellos—Me molesta que Carter me insulte, que el irlandés me coma con la mirada y que Marcus me coquetee.

Hay un silencio antes de que Marcus lo rompa.—Pensé que te tenía enamorada.

En ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora