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Llego a mi casa totalmente adolorida, siento que mi abdomen va a estallar en cualquier momento. Mis piernas...pobre de mis piernas.

―Alguien ha hecho ejercicio.

Giro mi cabeza como el exorcista para mirar a mi mamá.

―No sabes, a la maestra Wendy se le ha ido la mano.

Si no fuera porque la conozco tan bien diría que sólo me observa y está de mi parte, pero cuando llevas toda la vida a su lado te das cuenta de que esa expreción es de que aguanta una carcajada.

―¿Estás segura que no tiene nada que ver con que no haces nada de ejercicio?

Me encojo de hombros sin darle mucha importancia.

―Algo parecido dijo Aiden.

Sonríe. ―Pues Aiden tiene razón.

Asiento con la cabeza y tardo como diez minutos en subir las escaleras, veo el mismísimo cielo disfrazado de puerta y entro a mi habitación. Doy un brinquito no más entrar.

―No puedes simplemente entrar cuándo se te de la gana a mi habitación.

Carter estaba sentado en la esquina de mi cama depositando sus codos en sus rodillas. Su rostro no mostraba cansancio pero tampoco estaba perfecto, sin duda había pasado por mejores momentos.

―Hoy vi a Vyron.―dice.

Esas simples palabras logran tomar toda mi atención. ―¿En dónde?

―El muelle Cliford.

―Bien.―no es información que desconozca, el muelle Cliford es parte de sus tierras.―¿Qué con eso?

―Los escuché hablando de ti, Thalia.―hace una pausa―Debes cuidarte.

―Cómo si no lo supiera. ―murmuro, me quito la chaqueta y la tiro al suelo, ya luego la recogeré.―Largo de mi habitación.

―Estoy hablando en serio.

Lo miro exasperante.―Créeme, yo también.

Carter, en ves de irse, se queda observandome. A decir verdad no se si ese acto me pone nerviosa de buena manera o simplemente me incomoda. Lo ignoro por completo y me siento en mi silla de ruedas del escritorio para quitarme las botas. Las coloco organizadas -lo que nunca hago- en una esquina y tomo ropa para meterme al baño.

Me cambio de ropa. Llevaba puesto mi pijama azul de nubecitas. Es un poco mona pero para dormir es totalmente perfecta, tampoco pienso salir en lo que queda de día lo que facilita las cosas.

―Mierda Carter.―no es para nada agradable salir del baño y encontrarlo como muerto vagando por mi habitación―Te dije que te fueras.

―Luces cansada. ¿Sucedió algo?―si, Carter. De hecho pasaron muchas cosas hoy.

Me di cuenta de que me siento atraída hacia mi mejor amigo que por cierto, es el novio de mi mejor amiga. No sólo eso, también me di cuanta de que sólo yo me siento de esta manera. ¡A parte de toda esa confusa mierda! La maestra Wendy me llevó casi al borde de la locura.

Asiento con la cabeza.―Hoy pasaron demasiadas cosas Carter y lo único que quiero es aclarar mi cabeza un momento.―muevo mis manos para intentar explicar, acto aprendido del mismísimo Aiden Lord―Hoy llevaron mi cuerpo al límite y necesito recomponerme.

De acuerdo, eso tuvo doble sentido.

Hay un momento de silencio en lo que Carter se hace sus propias ideas en la cabeza y luego me obsequia un acentamiento de cabeza.

En ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora