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Escucho pasos rápidos llegar hasta mi habitación y la puerta se abre de momento mostrando a mi madre.

―Thalia...―se acerca―¿Estas bien? ¿Porqué gritaste?

¿Cómo llegue a mi habitación? No recuerdo haber subido y mucho menos cambiarme, porque tengo mi pijama color rosa oscuro.

―¿Una pesadilla?

No lo sé.

Si.

Asiente con la cabeza comprensiva.―Vuelve a dormir. Mañana tienes escuela.

Miro el reloj en la pared.―Querrás decir que hoy tengo escuela.

Se encoje de hombros.

―Te quedan un par de horas, vamos duerme.

Así mismo como entró salió de mi habitación.

Carter.

Ese nombre no salía de mi cabeza, aunque cada ves que pienso en el recuerdo su mirada llena de odio y repugnancia. ¿De verdad le quitó la vida a todas esas personas? Una parte de mi se lo cree pero otra guarda la leve esperanza de que sean mentiras.

Haciéndose imposible dormir me levanto y hago mi rutina básica mañanera. Al cabo de un rato ya había desayunado y partido hacia el instituto.

―¡Thalia!―no más llegar Kia se acerca.

―¿Todo bien?―pregunto al verla tan sonriente.

―¡Más que bien!―chilla como niña pequeña―Aiden y yo hemos solucionado nuestros problemas y somos oficialmente una pareja.

Parpadeo sorprendida.

―Vaya, me alegro por ustedes.

―¿Que te sucede? La Thalia que yo conozco se hubiera vuelto loca por esta noticia.

Me encojo de hombros.

―Creo que no me siento bien.

―Es que la he embarazado.―aparece Marcus―Hemos olvidado el tope.

Kia arruga sus cejas.

―¿El qué?

―El tope.―vuelve a explicar ― ¿Condón? ¿Sombrerito? ¿Casita? Se le dice también globito. ¿Plastiquito? ¿cubridor de pene?...

―¡Marcus!―lo hago callar―Detente.

―Si.―mi amiga asiente con la cabeza― Creo que ya hemos entendido.

Él sonrie.

―¿De que hablan?―Nick se une a la conversación.

―De penes.―ne encojo de hombros haciendo que me mire sorprendido.

―Hablábamos de métodos anticonceptivos.―aclara Kia.

―Lo cuál no hara falta ya que me salgo justo a tiempo.―dice Marcus.

A nadie le importa la manera en que termina su acto sexual.

―Un día de estos te va a llegar la bendición. ―bromeo con una sonrisita.

Mientras seguimos hablando me percato de que Carter está entrando en el instituto, solo. Quizá sea un buen momento para hablar con él.

―Chicos, los veo en clase.―me subo los pantalones y troto para llegar hasta donde Carter.―¡Hey!

Lo llamo y este solo me mira con fastidio por encima de su hombro y continúa su camino. Aprieto un poco más el paso cuando dobla a la derecha, claro está que un paso de él son dos míos.

En ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora