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Bajo las escaleras y me adentro en la cocina.―Buenos días.―saludo a mis padres.

No es común encontrar a mi padre a esta hora en la casa, su horario de trabajo es desde temprano hasta tarde. Mi mamá y yo le hemos dicho que se lo tome con calma y busque un trabajo con menos horas pero la respuesta siempre ha sido la misma: "A mi me gusta". Y dejamos de insistir.

―¿No deberías estar trabajando?

―Nos dieron el día libre hoy.

Mi mamá me mira con una sonrisa.―Para aprovechar yo le dije a mi jefa que estoy enferma y me la ha dejado pasar.

―Así que pasarán el día juntos, eh.―digo en tono pícara.

Ella se hecha a reír con las mejillas de color rosa y mi papá simplemente continúa con su desayuno.

―¿Tu no tienes escuela Thalia?―mi papá despega la vista de su plato para hablarme.

―Instituto.―le corrijo―Y si, ya tengo que ir de salida.

Tomo una manzana antes de salir de la casa y montarme en mi coche. Arranco en dirección al instituto cantando por el camino una que otra canción de las que ponen en la radio.

Bajo de mi coche y camino en dirección a Tana que es la primera que veo del grupo de amigos.

―Hola Thalia.

―Hola Tana. ¿Esperas a alguien?

Asiente con la cabeza.―Ariel se ha vuelto a retrasar.

Pienso antes de soltar la pregunta pero de nada sirve ya que como quiera voy a terminar haciéndola. ―¿Tú y Ariel son algo? Siempre los veo cercanos el uno con el otro.

Las carcajadas de Tana no tardan en llegar.―¿Pero que cosas dices Thalia? Somos buenos amigos, siempre hemos estado ahí para el otro. Algo así como Aiden y tú.

Seh.

―Exacto.―sonrío sin mostrar los dientes.

―Por cierto, el chico es lindo. Y atento.―hago un sonido parecido a "Mjm"―¿No te encanta que sea tan alto? Digo, a mi me encanta mirar para arriba y encontrar unos profundos ojos, ¿a ti no?

―Si...―murmuro empezando a cabrearme.

―Me encantaria ponerme de puntitas para poder besarlo. ¿A ti no?―aprieto mis puños― Pero Thalia, ¿me estás escuchando?

Asiento con la cabeza y con una sonrisa fingida.

―Claro.

―Siempre me ha gustado eso de que el chico sea mas alto.―callate.

Aprieto mis dientes para no soltar ninguna barbaridad.

―Tiene un cabello hermoso y puede poner una mirada candente, ¿verdad?

―¡Bueno ya!―no quiero que hable de Aiden en ese tono y en esa forma.

Es extraño que hable de él así, nisiquiera Kia empieza a describirme las tantas cualidades de Aiden. Es extraño, simplemente no me gusta escuchar a otra chica hablar de él así.

Las carcajadas de Tana se empiezan a escuchar y yo frunzo el ceño, ¿no se supone que estaba entregada babeando por Aiden? ¿Qué es lo gracioso ahora?

―¿De que te ríes?―digo confundida.

Tana termina de reír y afinca su agarre en sus libros.―Oh vamos, es tan obvio. Te gusta Aiden.

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