14

2.8K 99 2
                                    

Creo que me voy a quedar sin mi lindo y trabajado trasero. Llevo más de tres horas conduciendo y el busca de mi teléfono dice que casi llego a mi destino. Pero claro, eso dijo hace una hora antes de mandarme por una carretera sin salida.

Suspiro.

Hasta ahora no he pensado que voy a decir una ves llegue. La madre y los hermanos de Carter murieron, como no ha mencionado otra familia imagino que no tiene por lo que su padre no debe recibir muchas visitas. ¿Debería decir que soy su hija? ¿Una amiga? Esta claro que simplemente no puedo decirle que soy una conocida de su hijo que viene para saber si Carter va a experimentar su misma enfermedad mental.

Un rato más tarde llego a un edificio totalmente blanco con muros de aproximadamente seis pies, esta claro que intentan evitar que alguno se escape. Desde mi ángulo el edificio carece de ventanas y no le vendría mal un poco de mantenimiento. Compruebo una ves más que este es el lugar correcto y bajo del coche.

Paso por entremedio de dos guardias y entro por la muerta doble de cristal.

―Bienvenida al hospital psiquiátrico, ¿en que puedo ayudarte?

La señora de cabello rojizo me dedica una falsa sonrisa.

―Vengo a visitar a Marcos Novogratz.

Teclea a una rapides inhumana y vuelve a mi.―Se encuentra en el patio en estos momentos.―de un cajón cara una carpeta con una hoja encima―Tienes que llenar esto para poder pasar.

Asiento con la cabeza.

Tomo el boli y lleno los blancos con mi información personal. Hubiera mentido si no me hubieran pedido la identificación. En el espacio de "relación con el pasiente" coloqué "familiar".

―Bien. Una enfermera pasará en nunos momentos para que lo veas.

―De acuerdo.

Me quedo de pie ya que no me siento cómoda en este lugar. En una esquina hay unos muebles con una mesa de cristal en el medio pero desde que entré tengo los pelos de punta.

Este lugar me da mala espina.

―¿Thalia?

―Soy yo.―me acerco a la chica bastante joven de bata blanca.

―Mi nombre es Bobby, yo te llevaré hasta donde Marcos.

No contesto nada aunque Bobby se ve amigable. Pasamos varios pasillos con puertas de metal a los lados, nisiquiera quiero pensar en que habrá dentro.

―¿Es tu primera ves aquí?―imagino que a adivinado por mi cara de espanto.

Asiento con la cabeza.

―Tranquila, pronto te acostumbrarás.

Espero que no.

Bobby abre una puerta a final de pasillo y los reflejos del sol me dejan ciega por unos segundos.

Pobres pasientes.

Al parecer el patio de este lugar es un pedazo de hierba rodeado por los edificios. Por lo menos el terreno tiene varias yardas. Hay banquitos de piedra en algunas esquinas y alcanzo a ver dos frondosos árboles.

―Sígueme.

Caminamos por el centro hasta un banquito de piedra en donde un señor de bata azul clara esta sentado.

Es él.

Él es Marcos. Tiene las mismas facciones de Carter. Es imprecionante la manera en que el color de sus ojos y la flrma de su rostro son idénticas a Carter. Marcos jugaba con sus pulgares y miraba a la nada.

En ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora