32

1.4K 73 0
                                    

Llego a mi casa y bajo del coche lentamente. Mis piernas están medio adormecidas por la caída y mis codos los siento latir una y otra ves. Mi espalda cada ves siento punzadas que me hacen herguir.

Entro a la casa y mi mamá esta sentada frente a la puerta mirándome, no puedo deducir muy bien si está enojada, felíz o cualquier otra cosa. Me interroga con la mirada y en cierto punto se pone de pie.

―¿Acaso estuviste llorando?

Parpadeo apartando las lágrimas y bajo la cabeza, noto la indesición de mi madre sobre acercarse o no.

―¿Pasó algo?―insiste―¿Te dieron noticias de Aiden?

Niego con la cabeza y suspiro.―¿Podrías abrazarme?

En otros momentos me hubiera avergonzado de decir esas palabras pero han pasado demasiadas cosas últimamente. Aiden está secuestrado, Kia me detesta, mi mamá no puede ni mirarme y para completar Pos ha muerto por mi culpa.

―Aunque quiera...no sé si puedo. ―murmura.

Asiento una ves más con la cabeza.

―Entiendeme Thalia, me acabo de enterar que eres dueña de terrenos ilegales y que...eres una asesina.

―No todo lo que hago es malo.―me lamo los labios.

Levanta una ceja.―A ver, dime algo bueno. Porque de verdad necesito escucharlo.

Tomo una bocanada de aire cuando siento que voy a empezar a llorar.

―Estoy buscando a Aiden.―por su mirada entiendo que la he dejado sin palabras―A él se lo llevaron por mi culpa y le di mi palabra a su madre de que lo voy a traer de vuelta.

―¿Marta sabe de todo esto?―asiento con la cabeza―Eso es peligroso, Thalia. ¡Y le mentiste a las autoridades!

―Lo sé.

Se encoje de hombros y la siento titubear.―¿Pero porqué me sorprende? Has matado a personas.

Suspiro.

―¿Hasta cuando vas a tratarme así?―le pregunto―¿Ah? Ya cansa.

―Y a mi me cansan tus mentiras.

―Ya no hay nada más en lo que te esté mintiendo.―me dirijo a las escaleras―Estás al tanto de todo lo que sucede en mi vida.―continúo subiendo.

Antes de entrar a mi habitación escucho su voz.

―¡Vas a hacer que te maten!

La ignoro rotundamente y me meto en mi habitación dando un portazo. Evito llorar en lo que queda de noche, eso no va a traer a Pos de vuelta y mucho menos a Aiden.

A la mañana siguiente me quedo mirando el techo de mi habitación más tiempo del habitual. Me repaso mil veces si es necesario ir al instituto hoy, no tengo nada inportante por lo que sea escencial asistir. No tengo exámenes, trabajos, asignaciones o informes cruciales.

Tengo que dar la cara.

Pos murió por mi culpa y lo menos que puedo hacer es darle la cara a nuestros amigos, estaría mal que después de todo decida desaparecer por un tiempo aunque eso sea justamente lo que deseo. Quisiera darle para atrás al tiempo, justo donde todo estaba perfecto, mucho antes de la deuda compartida con Carter. Ahí es dónde todo estaba perfecto.

―¡Levantate que llegas tarde!

Justamente lo que necesitaba, el pequeño empujoncito para levantarme de la cama. Voy al baño y hago mis necesidades personales para luego vestirme con lo casual, pantalones adheridos al cuerpo y una camiseta oscura, me puse las botas de tacón negras.

En ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora