Un secuestro familiar

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El Holandés Errante ve una única ventana con una luz dentro. Así que...rebuscaron en esa habitación, pero no vieron a nadie. De repente, los piratas escucharon un ruido y se escondieron. 

Sofia: Es una pena que mi padre se haya ido, Clover.

Clover: Ya, bueno...pero ahora...debes descansar.

Sofia: Ay, no puedo descansar con lo de mi padre metido en mi cabeza. ¡Clover! He estado años pensando que nos había dejado para siempre. Gracias a la Librería Secreta encontré a mi padre naufragando en una isla y cuando lo encuentro, se va, otra vez. ¡¿Y si vuelve a estar en peligro?! Clover, estoy muy preocupada.

Clover: ¿No crees que piensas demasiado?

Sofia: No sé, Clover.

??: Es la hija pequeña del marinero Birk.

Sofia: ¿Quién ha dicho eso? ¿Dónde está mi padre?

DJones: Perdona mis modales, princesa. Soy el capitán Davy Jones. Y te recuerdo, que eres la única despierta en todo el castillo.

Sofia: ¿Qué...qué has hecho con mi padre? 

DJones: Awww que mona...¿quieres ver a tu padre? Tus deseos son órdenes. ¡Chicos, llevad a la hermosa princesa con su padre! Pero, debéis tratarla bien. Es una niña, además princesa y muy, muy hermosa.

Los piratas de Davy Jones atrapan a Sofia.

Sofia: ¿¡QUÉ?! ¡NO! ¡SOLTADME! 

Los piratas se llevan a Sofia al barco a una habitación.

??: ¿Quién eres tú?

Sofia se gira y ve a una chica.

Sofia: Me llamo Sofia. ¿Y tú?

Elizabeth: Me llamo Elizabeth. ¿No eres muy pequeña para ser pirata?

Sofia: No soy pirata. Soy princesa de Encantia y Protectora del Mundo Eterno. Estos piratas me han secuestrado.

Elizabeth: Pobrecita.

Sofia: Solo quiero ver a mi padre. Lo tienen por aquí escondido.

Elizabeth: Tranquila, pequeña, encontraremos a tu padre, lo prometo. Yo te ayudaré.

Sofia: Gracias Elizabeth.

Davy Jones se encontraba hablando con Birk.

DJones: ¿Sabes? Conozco a tu hermosa hija. Es...preciosa...y...lo mejor de todo es que está aquí, con nosotros, en el barco.

Birk: Como te atrevas a tocarle aunque solo sea un pelo, te juro que...

Djones: Tranquilo, no le haré daño. Es una niña pequeña. Pero si molesta mucho, tendré que darle lo que se merece. De momento, está bien.





















El pretendiente ideal (parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora