N u e v e

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Harry era generoso con sus manos y eso me hacía derretir con facilidad

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Harry era generoso con sus manos y eso me hacía derretir con facilidad.
La forma en que tocaba mi cuerpo, era simplemente mágica, aunque podía notar que se recataba bastante, pues en ningún momento fue atrevido.
Sin embargo eso no hizo falta porque después de nuestro rato de besos y caricias, entré a casa siendo plenamente conciente de la humedad de mis bragas.
Simplemente no podía creer que eso hubiera ocurrido y tampoco podía creer que no existiera nadie en esa ciudad a quien pudiera hablarle de ello.
Pensé entonces en un par de amigas de mi ciudad natal, pero sería complicado explicarles y sabía que ellas malinterpretarían todo, en cuanto supieran que ese tipo era mi profesor y también era un hombre casado.
Todo en eso parecía tan mal.

Sentada con la vista pérdida, entre la oscuridad, una vibración dentro de mi bolso me advirtió de la llegada de un mensaje y supe de quién se trataba desde antes de mirarlo.

«Me divertí mucho esta noche. Eres una niña hermosa. Salgamos pronto de nuevo, cualquier día estará bien, puedo hacerme tiempo. Descansa.»

Decidí no abrir el mensaje aún. Prefería hacerlo al día siguiente, cuando tuviera la cabeza bien puesta y supiera si quería seguir con eso o no.
Por supuesto, no era una sorpresa que después de haber pasado la noche soñando con él, a causa del recuerdo de sus manos tocándome, aún tuviese deseos de verlo.

¿Que era lo que una chica debía hacer en mi situación?
¿Debía arriesgarlo todo y salir con el profesor de los problemas maritales?

La mayoría de las veces me consideraba una chica que buscaba en los demás un cierto grado de normalidad, pero Harry no era normal en absoluto.
Había sobrevivido a una masacre, había estado casado, había estudiado y se convirtió en un profesor, mi profesor. Luego de pronto comenzó a interesarse en mí y algunas veces, me preguntaba si él estaba loco.
La mayoría de la gente como él lo están. Su vida estaba compuesta por acontecimientos poco sencillos y todas esas cosas afectan la mente y el alma de cualquiera.
Tal vez por eso su esposa lo había dejado o tal vez no.
Porque aunque me esforzase tanto en mirarlo con cautela, no encontraba ningún indicio de locura en él y entonces, la poca resistencia que tuve, se fue a la mierda.

«Yo igual me divertí mucho. ¿Quieres hacer algo esta noche?» le pregunté al llegar a mi trabajo en la florería y lo imaginé respondiendo algo como: "quiero hacer algo todas las noches". Pues él era sincero, iba al grano, hablaba claro, no le importaba dejar a la vista todo lo que sentía y pensaba.

«Contigo, si» respondió unos minutos después «Buenos días, espero que estés disfrutando tu café» agregó y al leerlo, volví la vista a mi café sobre el mostrador.
¿Cómo lo adivino?

«¿Cómo supiste que estaba bebiendo café? ¿Estás espiandome?»

Harry respondió un «jajaja» y pude escuchar en mi mente el sonido de su risa.
Era particular y bastante hermosa.
«Es algo a lo que me atrevería, pero no lo estoy haciendo. Tan solo imagino que lo haces frecuente, debido a ciertas cosas que has dicho»

Querida mía | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora