V e i n t i t r e s

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NARRA HARRY

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NARRA HARRY

Entre mis labores de ese día, debía asistir al festival que organizaba la universidad con el fin de recaudar dinero para donación.
Mi trabajo era asegurarme de que las mesas de primer año, estuvieran en orden.
Así que rotaba de una en una, ofreciendo a alumnas y alumnos mi ayuda.
De vez en cuando, los apoyaba a colocar un cartel, a extender un mantel o ordenar ciertos materiales.

Para todo lo demás, tan solo los observaba hacer su labor.
Tenían un par de horas para atender los puestos antes de que se les permitiera unirse a la celebración y entonces podrían bailar, beber, comer y divertirse en los juegos mecánicos.

Esperaba ver a Alika entre los estudiantes, no quería levantar sospechas al darle preferencia a su mesa, así que sólo algunas veces me acercaba a dónde estaba ella y de inmediato, cruzábamos miradas.
Al verla la primera vez sentí algo encenderse dentro de mí.
Lucía preciosa con el cabello dividido en dos trenzas, un abrigo rojo de lunares blancos, pantalones negros y botas ajustadas a la forma de sus piernas.
Sus piernas.
Podía pasar el día entero mirándolas y si podía tocarlas, lo gozaría aún más.

-¿Necesitan ayuda aquí?- pregunté y ellas con sonrisas inocentes y tímidas, negaban.
-¿Quiere regalar algo profesor?- preguntó una de ellas y yo me quedé pensando.
No había comprado nada, ni escrito carta alguna y por mi mente se cruzaba la imagen de Alika.
¿Cómo pude ser tan estúpido?

Miré discretamente hacia donde estaba la chica que me interesaba y ella estaba ocupada atendiendo a otras personas.
-Si no trajo nada puede regalar flores anónimas- dijo una rubia de pronto.
Greta Godwin, quien deslizaba rápidamente una hoja para que pudiera dedicar mis flores de forma anónima.
-Claro, de acuerdo- acepté.
Tomé la hoja apunté en ella el nombre de Alika Parker, lo guardé en un sobre blanco y luego elegí una rosa.

Ambas, el sobre y la rosa, fueron atadas con un listón y guardadas ante mis ojos en una gran caja donde habían más flores como esa.
Greta sacudió la caja sin mirar para asegurarse de que mi rosa se perdiera entre las demás.
-Así jamás sabremos a quien se la ha dedicado.
-Perfecto- sonreí, pagué la rosa y me marché.

De camino hacia otro puesto, volví la mirada atrás y vi a Greta acercarse rápidamente a Alika, le dijo algo al oído y ella miró la caja de flores y luego ambas me miraron a mí.
En ese momento, como un relámpago giré la cabeza al frente y seguí caminando.
Aquello había sido extraño y me dejó con una sensación de inseguridad.
¿Acaso Greta Godwin sabía que mi flor fue para esa chica?
Y de ser así, ¿Cómo rayos pudo saberlo?
¿Alika había dicho algo?

Durante un rato me preocupé por eso, pero de cualquier forma no podía concentrarme en un solo pensamiento, porque estaba envuelto en varias cosas, mi trabajo en ese lugar, mi esfuerzo por lucir profesional y mi interés por saber lo que Alika estaba haciendo.

Me preguntaba si al cumplirse el tiempo en los puestos, ella se acercaría a mí.
Últimamente hablábamos poco y eso no me gustaba.
Quería llevarla lejos de ese lugar y estar solos por una noche.
Quizá podría acercarme a ella, quizá podríamos hablar, perdernos entre la gente de ese festival, bailar...
Aguardé.
Pese a las intenciones que tenía, no pude acercarme, porque había alguien más con ella.

Querida mía | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora