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Desde el momento en que llegue a ese colegio, mi interacción era prácticamente exclusiva con chicas, pues los hombres se encontraban en otro edificio, separado por un muro de ladrillos rojos, que tan solo ellos se atrevían a escalar en ocasiones p...

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Desde el momento en que llegue a ese colegio, mi interacción era prácticamente exclusiva con chicas, pues los hombres se encontraban en otro edificio, separado por un muro de ladrillos rojos, que tan solo ellos se atrevían a escalar en ocasiones para echarnos un vistazo cuando nos encontrábamos en los jardines.

Por esta razón Zahira decidió que sería una buena idea frecuentar esa zona con la excusa de fumar un cigarrillo.

Ahí, conocí a un chico llamado Mark Brady, quien desde las alturas de ese muro, me preguntó sobre mi vida y yo le expliqué cómo había llegado hasta ahí.
Utilicé por supuesto, la misma historia que había dado en clase a mis compañeras y él al igual que todas las demás, me lo creyó todo.
Tal vez yo podría ser una gran actriz.

—Vives sola entonces, eso es genial— dijo.
Él a diferencia de mí, vivía con su madre y solía visitar con frecuencia a su padre y sus dos hermanastros en Irlanda.
—Eso suena divertido, jamás he estado en Irlanda— confesé.
—Creeme, no te pierdes de nada. Mi padre vive en Limerick, es una ciudad aburrida, muy parecida a esta— explicó.
A mí me parecía que esa ciudad era increíble, era mejor que mi hogar, pero ese sujeto, que gozaba de privilegios mayores, por supuesto aspiraba a más— cuando termine de estudiar la universidad me mudaré a Nueva York. ¿Alguna vez has estado ahí?

Había visitado ese lugar una sola vez en mi vida, cuando tenía siete años y no recordaba mucho de ello, sin embargo, volví a mentir un poquito, tan solo para lucir más interesante.
—Si voy todo el tiempo, una amiga de mi madre tiene un departamento cerca de Gramercy Park— le dije y elegí adrede esa zona porque sabía que era una de las más privilegiadas de Nueva York.
—Wow eso es genial, deberíamos escaparnos un día, Nueva York está a tan solo un par de horas de aquí. Puedo invitarte a Broadway, ¿Te gusta el teatro?
—Me encanta— sonreí seductora por su invitación tan fantástica.
Ningún chico me había propuesto algo como eso y me hacía sentir especial, como si se tratara del hijo de un millonario, y tal vez lo era.
El chico trató de decir algo más, pero entonces, Zahira interrumpió la charla y me tomó de la muñeca para jalarme.
—Debemos irnos, es hora de nuestra próxima clase y esa no planeo perdermela por nada— alardeó.

Apenas tuve oportunidad de despedirme de Mark Brady mientras íbamos a prisa por el jardín. Revise mi horario en mi teléfono móvil para darme cuenta que nuestra próxima clase era Historia del arte.
Tenía esa clase los Lunes y los Viernes. Así que supe de inmediato la razón por la que Zahira estaba tan emocionada.
Ya sabía que ella tenía una pequeña obsesión por nuestro profesor.
Harry Styles era el estilo de hombre al que chicas como nosotras admirarían.
Así que, no era sorpresa que en la clase, mis compañeras hablarán de él, como el mejor profesor que nos habían asignado.
Aunque esto quizá se debía principalmente a que era el único profesor que teníamos.
El resto, eran mujeres al igual que todas las chicas con las que convivimos.
Al tener tan poco conexión con los hombres, nadie podía culparnos por sentir ilusión por un profesor joven como aquel.
—Es atractivo— acepté y Zahira a mi lado carcajeó.
—No es atractivo, es el bombón más ardiente.
—¡Ay cállate! Que exageración— reí.
—No exagero, el hombre es precioso— insistió y cerca de nosotras, la voz de otro par de chicas se unía al tema, hasta que finalmente, el tan popular profesor apareció por la puerta.

Querida mía | Harry Styles |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora